Sostiene una 'telaraña cósmica' a la materia y la energía oscura del universo
UNAM/DICYT Aunque cada vez más miradas tecnológicas observan el universo con telescopios y sondas espaciales para proveer de datos a los científicos, aún se desconoce el 96 por ciento de sus componentes, pues la materia ordinaria o visible, que irradia luz y constituye galaxias, estrellas, planetas y a todos los organismos vivos, representa apenas cuatro por ciento de lo existente. Lo anterior fue explicado por el cosmólogo Vladimir Avila Reese, investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, en la conferencia El universo invisible, celebrada en el auditorio Paris Pishmish de esa entidad universitaria en el marco del Año Internacional de la Astronomía.
En su ponencia, Avila Reese señaló que la misteriosa mayoría cósmica es un enigma estudiado por astrónomos de todo el mundo, quienes la dividen en dos tipos: la “materia oscura”, invisible porque no emite ni refleja luz, y la que, calculan, constituye el 21 por ciento del cosmos, y la “energía oscura”, medio antigravitante que forma el 75 por ciento restante.
Una telaraña cósmica
El modelo más aceptado entre los astrofísicos señala que la materia oscura se distribuye en el universo en una gigantesca 'telaraña cósmic', donde se condensa en filamentos y halos galácticos a partir de un estado inicial uniforme, por la acción de la gravedad, explicó el investigador. La fuerza gravitacional comprime la materia oscura, siempre en la dirección más corta; primero toma la forma de varias tortillas que, al aplastarse por atracción, se alargan formando los “hilos invisibles” que conforman la red.
Estas hebras, a su vez, se fragmentan en enormes y densos esferoides llamados halos, que atrapan al gas de materia ordinaria o visible, gestando en su centro, como si fueran grandes semilleros, a las constelaciones y estrellas. El resultado, explicó Avila Reese, es una verdadera telaraña cósmica donde los halos galácticos tejen filamentos con nudos en sus intersecciones, y donde el grueso del volumen corresponde a enormes huecos. En esos nudos están las “cunas gigantes” donde se forman los cúmulos estelares.
Los estudiosos de esta estructura –desarrollada con supercómputo en la Universidad de Durham, Inglaterra, por el grupo encabezado por el astrónomo mexicano Carlos Frenk Mora– calculan que la 'telaraña cósmica' mantiene unidas a las mil millones de galaxias brillantes que existen en el universo observable. Una de ellas es la Vía Láctea, de la que el Sistema Solar conforma menos de una millonésima parte. “Hoy es posible reconstruir el mapa cósmico en tres dimensiones y hacia el pasado, y para explicarlo se sabe que la materia oscura es el ingrediente clave. La radiación caliente del universo temprano borra toda semilla de galaxia, pero si ésta es de materia oscura, no le afecta la radiación y puede seguir condensándose por su gravedad”, detalló Avila Reese.
Buscan los “ingredientes” invisibles
La estructura invisible del universo figura entre los 10 problemas más relevantes de la ciencia actual, afirmó Avila Reese. Ahora, uno de los retos más importantes a resolver se centra en los “ingredientes” que constituyen la materia y la energía oscuras. “Ambas representan los mayores misterios de la astronomía y la cosmología. Sobre ellas se plantean tres hipótesis: que están formadas por partículas exóticas como los neutralinos y vacío cuántico remanente; que su estudio dará lugar a una nueva teoría de la gravedad, y que las dos pueden ser evidencia de la existencia de más dimensiones espaciales”, advirtió el cosmólogo del IA. Según Avila Reese, “cualquiera que sea la respuesta, significará una revolución en el conocimiento que tenemos de los componentes del universo”.