Ciencias Sociales Colombia , Bogotá D.C., Jueves, 01 de octubre de 2015 a las 11:28

¿Sismos en Venus?

Apoyándose en la geología planetaria, David Tovar, geólogo de la U.N., estudia una diminuta región de Venus para indagar sobre el promedio global de la difusión de calor en zonas altamente fracturadas

UN/DICYT Se trata de un área de aproximadamente 700.000 km2 (casi el equivalente al estado de Texas), explica el único latinoamericano que adelanta una maestría en Ciencias Geológicas con énfasis en Geología Planetaria en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos).

 

“A pesar de no poder observar la superficie directamente por su densa atmósfera, existe una región alfa en Venus de altísimo fracturamiento donde hay fallas y pliegues que evidencian algún tipo de actividad sísmica”, explica el joven investigador, quien también es cofundador y codirector del Grupo de Geología Planetaria y Astrobiología Titán, de la Universidad Nacional.

 

Según el egresado de la U.N., en el segundo planeta del sistema solar se han identificado 1.194 centros volcánicos cuyo diámetro excede los 20 kilómetros, y 167 volcanes con diámetro mayor a 100 kilómetros. De hecho, según información de la sonda Venus Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que orbitó el planeta hasta enero del presente año, las concentraciones de dióxido de azufre en la atmósfera registran grandes variaciones, su causa podría ser la actividad volcánica actual.

 

“No es lo mismo tener una erupción con una columna de aire como sucede en la atmósfera terrestre, donde los flujos dependen de la composición del magma y pueden ser muy fluidos o poco fluidos dependiendo de la viscosidad, que si los comparamos con una erupción en el océano, donde la presión de la columna de agua es muy grande”, explica Tovar, quien agrega que dicha presión en los océanos se puede comparar con la columna de aire que hay en Venus. Esto, amplía Tovar, es lo que impide que ciertas erupciones que se dan en los océanos de la Tierra sean tan comunes en Venus.

 

Al estudiar a Venus, menciona el geólogo Tovar, se asume que por su composición y distribución de masa, su interior debe ser parecido al de la Tierra; sin embargo, parece que no es así, la forma en que este planeta libera calor desde el interior a la superficie, su presión atmosférica, así como su temperatura global, son muy diferentes, lo que contribuye a que los procesos en la superficie varíen con respecto a lo que se consideran condiciones típicas en el denominado Planeta Azul.

 

Aunque todavía no se ha podido determinar si hay volcanes activos, sí se sabe que los tuvo, pues así lo evidencian las imágenes de radar que muestran flujos de lava en donde la reflectividad de la superficie cambia en distancias muy pequeñas.

 

Es decir, “si son zonas más brillantes o zonas más oscuras, nos brindan un indicio de cómo es la topografía y la textura del terreno, eso nos puede dar una señal del comportamiento de los flujos de lava en la superficie”, señaló Tovar durante una reciente conferencia ofrecida en la U.N., dentro del ciclo organizado por el Grupo Titán, que se desarrolla todos los lunes.

 

Planeta con rocas muy secas y nada de agua

 

Venus no tiene agua y esa es una de las características más interesantes en su superficie y la litosfera en general. Las rocas que allí se encuentran son ultrasecas, muy distintas a las terrestres. “En términos generales, si hay que escoger un planeta que sea más parecido a la Tierra, tal vez es Venus (en el tamaño), pero en realidad, geológicamente hablando tienen muy poco en común”, afirma el experto Tovar.

 

La pregunta interesante acerca de Venus, como aclara el geólogo, es si ¿en sus etapas primigenias pudo haber sido habitable?, o ¿pudo albergar agua? Sin embargo, estas inquietudes no han sido respondidas porque ha sido muy poco estudiado.

 

En ese sentido, dijo, ya se está desarrollando la tecnología que resiste la temperatura de 462°C de Venus, esto con el objetivo de instalar sismómetros para entender su comportamiento, que podría dar pistas sobre cómo se formaron los planetas. “Cuando hay cráteres significa que no hay procesos activos, mientras que los lisos evidencian que hay actividad geológica reciente”, subrayó.

 

Como todos las investigaciones en geología planetaria, el estudio que adelanta David Tovar en la Universidad de Minnesota es un trabajo comparativo en el que se pretende indagar sobre cómo funcionan los volcanes, ya sea en Venus o en la Tierra, pues por ejemplo, esto permitiría comprender cómo se han dado formaciones tan raras como el volcán Ol Doinyo Lengai, en Tanzania, que tiene erupciones a muy bajas temperaturas.