Tecnología España , Ávila, Lunes, 15 de diciembre de 2008 a las 19:01

Reconstruyen en tres dimensiones la Cueva del Pindal en Asturias

Un equipo de la Polit茅cnica de 脕vila trabaja en este entorno Patrimonio de la Humanidad

Marta Martín Gil/DICYT La Cueva del Pindal se sitúa en las proximidades de la localidad de Pimiango, en el concejo de Ribadedeva (en el Principado de Asturias), muy cerca del límite con Cantabria. Este hermoso rincón es muy conocido por unas pinturas rupestres descubiertas en el año 1908. De hecho, está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde julio de este año, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España.

 

Pero poder visitarla no estaba, hasta ahora, al alcance de todo el mundo. Sin embargo, gracias a los trabajos de un equipo de profesores de la Escuela Politécnica de la Universidad de Salamanca de Ávila, encabezado por Diego González Aguilera, recorrer su planta lineal disfrutando de esas pinturas prehistóricas es mucho más sencillo y, a la vez, espectacular.

 

Porque este equipo, conocido como Grupo de Investigación Tidop (Tecnologías de la Información para la Documentación del Patrimonio) acaba de finalizar, bajo la supervisión del profesor Mario Menéndez, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED, su documentación métrica integral y su reconstrucción 3D.

 

Pero, ¿cuál es la importancia verdadera de este trabajo? “La determinación de la componente geométrica en la documentación del patrimonio implica la cuantificación precisa de las características especiales del objeto, especialmente su forma y dimensiones, su orientación y su ubicación”, explica el profesor González Aguilera, “y esta operación adquiere importancia en el sentido en que sus resultados pueden convertirse en la base para su reconstrucción, siendo también testimonio del estado previo para cualquier intervención o modificación”.

 

Escáner láser terrestre

 

Recientemente, la utilización del escáner láser terrestre, empleado en las investigaciones, posibilita una nueva aproximación al problema de la documentación geométrica y modelización tridimensional de las cuevas paleolíticas y su arte parietal. Según comenta el encargado del estudio, se trata del escáner terrestre Trimble GX, montado sobre la rótula giratoria Manfrotto 400, que permite giros con tres grados de libertad, necesarios para acomodar la posición del escáner a las características de la cueva. “Los datos capturados por este equipo se resumen finalmente a las coordenadas tridimensionales XYZ de una malla de puntos, así como sus valores radiométricos con el sistema de color RGB”, puntualiza los detalles técnicos González Aguilera.

 

Este láser y el empleo de dos cámaras digitales de alta resolución han conformado básicamente el equipo necesario para llevar a cabo el trabajo de campo. “Los trabajos de campo se realizaron durante cinco días alternos. En ellos participaron cinco miembros del grupo Tidop auxiliados por dos operarios del Consejo. “De este modo se pudo simultanear el barrido láser con la toma fotográfica”, aclara González Aguilera, que explica además que, dada la complejidad de la geometría del interior de la cueva y los problemas derivados de las oclusiones, tanto para los barridos láser como para las tomas fotográficas fue necesario realizar un total de 19 estaciones láser, desde las cuales se ejecutaron escaneos generales de 360º con pasos de malla de dos centímetros a 20 metros, y dos disparos por punto. “Esta configuración de toma de datos garantizaba un solapamiento de más del 15% entre las nubes de puntos obtenidos, teniendo de este modo una garantía para la correcta fusión de las nubes de puntos”, recalca el profesor de la Politécnica. De hecho, se obtuvieron un total de 33 millones de puntos en coordenadas XYZ para la definición geométrica del interior de la cueva.

 

Por otro lado se encontraban las tomas fotográficas, que comprendieron dos tipos de trabajo distintos: un conjunto de tomas para completar los trabajos del láser, mediante la posibilidad de dotar a las nubes de puntos de textura fotográfica de alta resolución, y otra serie de tomas con el objetivo de ojo de pez, para la generación de panorámicas enlazadas que permiten la consecución de una visita virtual. Para ello se determinaron 25 estacionamientos fotográficos desde los cuales se realizaron las siete tomas necesarias para componer cada uno de los 25 panoramas.

 

Tratamiento informático

 

Tras el tratamiento informático de todos los datos el equipo obtuvo una ortofoto en planta. “En ella se muestra una sección en planta de la cueva, que puede considerarse como un plano preciso y detallado de la configuración de la oquedad”, comienza a enumerar sus conclusiones el profesor González Aguilera.Además, se obtuvieron ortofotos de la sala de las grabados y un modelo 3D texturizado. “Se trata de un modelo interactivo a través del cual se puede navegar, conservando las propiedades métricas y pudiéndose contemplar el objeto desde puntos de vista inaccesibles”, aclara el profesor, que señala esta ventaja del sistema.

 

Vuelos virtuales a través de las informaciones gráficas obtenidas
 
El profesor Diego González Aguilera explica que a partir de los datos obtenidos ha sido posible elaborar otra serie de herramientas y aplicaciones que han dado como resultado la obtención de vuelos virtuales, es decir, una serie de archivos de video generados a partir de los modelos tridimensionales del láser, así como también una visita virtual que ha sido generada mediante la composición coherente del conjunto de fotografías panorámicas obtenidas con anterioridad y, también, se ha logrado elaborar secciones transversales y longitudinales de la cueva. Con esto se completa el trabajo realizado en el entorno que permitirá, entre otras cosas, una mejor y mayor difusión de la cueva.