Salud España , Salamanca, Miércoles, 20 de enero de 2010 a las 17:52

Químicos de Salamanca estudian compuestos de productos cosméticos susceptibles de producir alergia

Proyecto del Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca

JPA/DICYT Un equipo del Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca perfecciona un método para analizar algunos compuestos de productos cosméticos que son susceptibles de producir alergia en contacto con la piel. El proyecto de investigación ha seleccionado ciertos alérgenos para mejorar las técnicas que se utilizan en su detección en ciertos productos de uso común.


"Estamos estudiando posibles reacciones alérgicas que se producen en la piel debido al uso de cosméticos que presentan cierto contenido de algunos compuestos que están bajo sospecha de producir alergias", comenta a DiCYT Miguel del Nogal, uno de los responsables del proyecto de investigación. El trabajo ha seleccionado un grupo de unos 30 compuestos que producen dicha reacción alérgica simplemente por contacto con la piel y que pertenecen a productos cotidianos que se pueden adquirir en la actualidad en los comercios, como cremas hidratantes, perfumes o espumas de afeitar. 

 

Sin embargo, el principal empeño de este equipo de investigación no es precisar cuáles son estos componentes o evaluar su efecto desde un punto de vista médico, sino poner a punto la técnica para estudiarlos con mayores garantías, ya que se trata de un grupo de especialistas en ciertas técnicas de análisis que pretenden perfeccionar.

 

Una de estas técnicas se denomina generación del espacio de cabeza y facilita el análisis a los investigadores, pero este equipo de la Universidad de Salamanca se propone calibrarla para el análisis de distintos tipo de sustancias. En este caso, la muestra que se quiere analizar se introduce directamente en un vial, que se cierra herméticamente y se somete a una temperatura hasta que alcanza un equilibrio entre la muestra y el aire que queda por encima. Después, se usa un inyector de temperatura programada, de manera que se enfrían los componentes y así se concentran, usando CO2 líquido.

 

Con estas técnicas, la muestra ya está lista para ser analizada con métodos más convencionales: la cromatografía de gases y la espectrometría de masas (que ayuda a determinar las sustancias que contiene un compuesto, especificando las cantidades en las que se encuentra cada una y su estructura) y la cromatografía de gases (que se basa en la separación de los componentes de una mezcla y su posterior detección).

 

"La metodología que seguimos es poner a punto un método, pero no con la idea de analizar posteriormente un número muy alto de muestas, ya que no hacemos análisis rutinarios", apunta el investigador. "Una vez que comprobamos que funciona, el trabajo queda a disposición de las empresas o investigadores" interesados en un este campo en concreto.

 

En la misma línea se inscribe un proyecto anterior ya finalizado, aunque similar desde el punto de vista metodológico: determinar la presencia de disolventes residuales en productos farmacéuticos. Dentro del conjunto de los disolventes que se utilizan en la síntesis de fármacos, hay algunos totalmente prohibidos y otros limitados y este tipo de técnicas permiten analizar si quedan residuos potencialmente peligrosos.