Previendo el tamaño de posibles tsunamis en el Caribe
CGP/DICYT El tsunami del Índico ocurrido en 2004 ha hecho que los investigadores reevalúen si un terremoto de magnitud 9.0 y el tsunami resultante podrían suponer también un gran riesgo para la región del Caribe. Este tema se ha abordado los días pasados durante la Reunión Anual de la SSA (siglas en inglés de la Sociedad Sismológica de América).
"Antes de 2004, pensábamos que un terremoto de aproximadamente 8.0 era el más grande que podríamos ver en el Caribe, a partir del historial de los terremotos y la longitud y el movimiento de las fallas", explica Christa von Hillebrandt-Andrade, de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA, Estados Unidos).
No obstante, esos presupuestos han cambiado. "Ahora algunos piensan que varias fallas presentes la región podrían ser capaces de producir terremotos de 8.6, y la planificación de catástrofes solo considera terremotos de 8.5 y 9.0", señala la experta.
Preparar una posible catástrofe es muy importante, ya que “ha pasado mucho tiempo desde que un gran terremoto y tsunami golpearan la región, pero casi 3.500 personas han perdido la vida en los últimos 500 años a causa de los maremotos en el Caribe", apuntó von Hillebrandt-Andrade. "La vulnerabilidad es enorme porque gran parte de nuestra población e infraestructura se encuentra a lo largo de la costa", añadió.
La región tiene diferentes zonas de subducción y fallas, la mayoría de las cuales se ubica en alta mar y es difícil de estudiar. Un lugar especial es la zona de subducción asociada con la Fosa de Puerto Rico, ubicada al norte, aproximadamente en la frontera entre el Mar Caribe y el Océano Atlántico. Un gran terremoto en la trinchera podría producir un tsunami que llegaría a Puerto Rico en 20 minutos y podría sentirse tan lejos como en el litoral este de los Estados Unidos.
Otra preocupación es un posible tsunami generado por deslizamientos de tierra submarinos, lo que podría ocurrir después de un terremoto de magnitud moderada, señaló la experta, quien agregó que los investigadores han descubierto rastros de deslizamientos de tierra muy grandes a lo largo de las partes escarpadas del lecho marino.
Otras regiones que los sismólogos están vigilando más de cerca incluyen las Antillas Menores, la República Dominicana y la costa norte de Panamá. Von Hillebrandt-Andrade apunta que. Muchas veces, los gestores de emergencias trabajan con escenarios, en lugar de centrarse en las probabilidades de que un tsunami de cierto nivel tenga lugar en un periodo de tiempo específico.
Además, " sería útil tener más información sísmica del fondo del océano", agregó la especialista, lo que podría obtenerse "colocando sismómetros en el fondo marino cerca de estas fallas para poder apreciar más su movimiento y detectar los terremotos más pequeños", según la información de la SSA recogida por DiCYT.