Observación espacial para cuantificar el CO2 de los bosques y los incendios
Cristina G. Pedraz/DICYT España es uno de los países europeos más castigados por los incendios forestales, causados en más de un 95 por ciento de los casos por el hombre. Combatirlos es complejo y, al igual que en otros campos, la investigación y las nuevas tecnologías se convierten en una de las mejores bazas para minimizar su impacto. Conscientes de esta importancia, uno de los 12 proyectos aprobados recientemente en el marco del programa CENIT (Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Tecnológica), gestionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), se centra en la I+D+i para el combate integral contra incendios forestales y la conservación de los bosques.
En el trabajo, denominado Prometeo y que se llevará a cabo durante los próximos cuatro años, participan 15 organismos públicos de investigación entre los que se encuentran la Universidad de Salamanca o la Fundación Centro de Supercomputación de Castilla y León; además de firmas vinculadas a la región como Tecnosylva, con sede en León y que tratará de mejorar y desarrollar nuevas herramientas para facilitar la gestión de las emergencias; o Deimos Imagin, con ubicación en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid) y cuyo trabajo se basará en cuantificar y fomentar el empleo de la biomasa procedente de la selvicultura preventiva, así como optimizar el balance de CO2 mediante nuevas técnicas relacionadas con los incendios forestales.
El Laboratorio de Teledetección (Latuv) de la Universidad de Valladolid, que colabora con Deimos Imagin, se encargará de esta última línea con el objetivo, por un lado, de cuantificar cuánto dióxido de carbono acumulan los bosques y, por otro, de comprobar la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera en un incendio. Así lo avanza José Luis Casanova, responsable del Latuv, quien recuerda que el Laboratorio lleva más de 20 años trabajando en materia de incendios forestales.
“Empezamos determinando a través de satélite el riesgo de incendio, después pasamos a su detección en tiempo real, a fijar sus características, como la temperatura, y a estudiar cómo se propaga y en la actualidad analizamos cuánto CO2 se emite en el incendio. Es una línea de trabajo continuada”, detalla.
Como parte del proyecto Prometeo, los investigadores del Latuv prevén desarrollar “algoritmos u otros procedimientos a partir de la observación espacial que permitan en el menor tiempo posible observar, primero, cuánto CO2 se acumula en el bosque y, segundo, cuando éste arda, cuánta proporción va a liberarse y qué daños se van a producir”. El Laboratorio ya ha trabajado en este campo en China, donde los incendios hacen estragos en inmensas extensiones. La idea ahora, como detalla el experto, es trasladar y adaptar esa investigación a los países mediterráneos. Para ello se estudiará el crecimiento de los árboles, puesto que “cuanto más engordan más madera y más carbón tienen”, y después se estimará el CO2 que puede desprender durante el fuego, ya que “no es lo mismo un incendio rápido en el que sólo se queman las ramas que uno que va más despacio, con una temperatura mayor que acaba con todo”, concluye Casanova.
Predicción en función del tiempo
Uno de los aspectos novedosos de la investigación es la capacidad de optimizar el balance de CO2 mediante observación espacial. No obstante, el Laboratorio de Teledetección también es capaz de estimar la evolución del incendio en función de las condiciones meteorológicas. “Podemos realizar una predicción del avance del fuego. Para ello hay que estudiar en qué condiciones se encuentra el combustible en relación al tiempo y las características de la zona”, indica.
En este sentido, emiten un informe en el que se especifica la velocidad de propagación en metros por minuto, la dirección por la que avanzará y a cuánta gente podría afectar. Asimismo, ofrecen datos sobre cuántos combustibles se pueden ver afectados y cuántas hectáreas se van a quemar pasados 30, 60 y 120 minutos.
El Laboratorio proporciona sus datos a entidades de prevención nacionales, así como a organismos de Grecia o Portugal. En estos momentos no existe otro grupo en el mundo que suministre este tipo de información. “No sólo detectamos cómo funciona el incendio sino cómo va a propagarse”, insiste Casanova, quien destaca que cuentan con un sistema de alarma operativo las 24 horas del día.