Salud España , León, Miércoles, 11 de marzo de 2009 a las 16:39

Nuevos usos del ácido hialurónico para reducir el daño en la fibrosis epidural

Jesús Betegón, del Complejo Asistencial de León, investiga su papel en la protección

Antonio Martín/DICYT Es una sensación frustrante. La hernia discal ocasiona un dolor localizado que, en algunos casos, requiere el paso por el quirófano. Sin embargo, aproximadamente a una de cada cinco personas que son intervenidas quirúrgicamente los dolores les vuelven a acechar cuando regresan a su vida cotidiana. Esta sensación se denomina síndrome de fracaso tras cirugía de columna y las causas son múltiples, pero los diagnósticos más frecuentes suelen estar dirigidos a recurrencia de la hernia discal o a la fibrosis epidural. El traumatólogo del Complejo Asistencial de León, Jesús Betegón, está investigando con ácido hialurónico para ofrecer nuevas aplicaciones de este polisacárido, conocido especialmente en el ámbito cosmético, ante las cicatrices epidurales.

 

Codirigido por Julio Prieto, del Departamento de Fisiología de la Universidad de León, y el doctor del hospital de León Luis Díaz Gallego, Betegón ha centrado su tesis doctoral en el papel de protección del ácido hialurónico en la fibrosis epidural posquirúrgica. El ácido hialurónico es un polisacárido utilizado en artrosis de rodilla como lubrificador y por la industria cosmética como desarrollador de colágeno, pero también como cicatrizante de heridas y úlceras en aplicación tópica. Ésta última faceta es la que ha interesado al traumatólogo para abordar su investigación.

 

En buen número de intervenciones quirúrgicas para superar los daños que ocasiona una hernia discal, se forma una cicatriz que a la postre ocasiona dolores en el movimiento de la columna vertebral al individuo que se sometió a la operación para, precisamente, evitar los dolores del lumbago o la ciática, las dos formas más habituales en las que se manifiesta la hernia discal. Es la fibrosis epidural. Para mitigar el daño, Betegón ha planteado “la aplicación de un cordón de ácido hialurónico” en la zona del disco que ha sido intervenida, según explica uno de sus directores de tesis, Julio Prieto. “En el caso de ser efectiva, quedaría abierta una nueva vía de utilización del ácido hialurónico en medicina”, prosigue el corresponsable de la investigación.

 

Trabajo en conejos

 

El trabajo está planteado en una fase preclínica en animales pequeños, concretamente en conejos blancos de Nueva Zelanda, habituales en la experimentación científica. Con ellos, el investigador médico ha procedido en el quirófano como si se tratara de pacientes humanos a los que se van a someter a una intervención quirúrgica. En el momento de la operación para aplicar el cordón de hialurónico, se siguen los procedimientos ordinarios, como la aplicación de anestesia. Al mes y medio de la operación y del recubrimiento de la cicatriz epidural con hialurónico, se realizó una resonancia magnética de control para comprobar el modo en el que había cicatrizado la intervención. Finalmente, se realizaba una nueva resonancia final al cabo de un periodo de tiempo similar para conocer los efectos finales del polisacárido en la cicatriz.

 

La investigación ha sido llevada a cabo con tres tipos de ácidos hialurónicos de diferentes casas farmacéuticas, para comprobar las diferencias de comportamiento en estos casos. En el caso de ser positivos, se abre la vía de posteriores investigaciones clínicas del uso de los hialurónicos para afrontar la fibrosis epidural.

 

Comparativa

 

No todos los fármacos con ácido hialurónicos se comportan igual. Hay que tener en cuenta que, en el mercado español hay aproximadamente entre diez y doce tipos de hialurónicos que se distribuyen a los diferentes hospitales y clínicas. Precisamente, el codirector de la tesis Julio Prieto realiza desde 2003 un estudio comparativo de estos ácidos hialurónicos para saber cómo se comportan ante diferentes patologías, especialmente en el caso de la artrosis, el destino más habitual de este producto viscosuplementador. La diferencia en el caso de la artrosis de este fármaco de utilización ambulatoria u hospitalaria viene dada por las pautas distintas de administración a los pacientes. Hay hialurónicos que son aplicados vía intraarticular en una sola dosis, otros en tres semanas y otros en cinco. El origen de estos productos (químico, a través de la biofermentación, o natural, de cresta de gallo generalmente) y su peso molecular provoca diferencias de comportamiento en la viscosuplementación y en la vida media de permanencia en el caso de las artrosis.

 

En qué consiste la hernia discal 
 
La hernia discal lumbar se produce cuando la rotura parcial o total de alguna de las fibras del anillo fibroso de un disco intervertebral permite que se desplace al exterior parte del núcleo pulposo, pudiendo comprimir nervios. Entre el 80 y 90% de los casos, la recuperación es espontánea con terapia conservadora, pero si el dolor es intolerable se puede llegar a la cirugía. Uno de cada cinco casos termina en un síndrome de fracaso de cirugía de la columna, y uno de los dos factores que así lo provoca es la fibrosis epidural. La experimentación científica que ha emprendido Betegón se encamina a reducir los efectos de las cicatrices postoperatorias. En la imagen, una columna de conejo blanco usado en la investigación.