Medidas sencillas para adaptar las fincas al clima tienen grandes ventajas potenciales para los agricultores tropicales
CIAT/DICYT Los productores de cacao de Nicaragua pierden su cultivo, el principal ingrediente del chocolate, ante una roya micótica y suelos cada vez más degradados. Los rendimientos disminuyen en los arrozales de Vietnam debido a mayores temperaturas y salinidad. Los productores de fríjol y maíz en Uganda ven sus plantas marchitarse durante sequías que deberían ser temporadas de lluvia.
La combinación de este doble golpe de cambio climático y un manejo deficiente de la tierra agrícola se puede contrarrestar con medidas sencillas que mantienen productivas y rentables a las fincas. La implementación de estas prácticas de agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC) puede aumentar los rendimientos, beneficiar al medio ambiente e incrementar los ingresos de los agricultores, según un nuevo análisis de costo-beneficio realizado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), publicado en PLOS One.
El estudio examina 10 temas importantes relacionados con el clima que enfrentan los agricultores en África, Asia y América Latina y propone soluciones de ASAC específicas por sitio. Estas soluciones incluyen la rotación de los campos de arroz con maní en Vietnam, el control manual de la roya para el cacao en Nicaragua y sembrar intercaladas variedades de fríjol y maíz tolerantes a la sequía una al lado de la otra en Uganda.
Cuando se requiere inversión adicional, las tasas iniciales de retorno sobre la inversión oscilan entre un 17% y un 590%. Los costos de la puesta en marcha inicial se pueden recuperar en un período de uno a ocho años, dependiendo de la práctica de manejo. En todos los casos, los rendimientos aumentan.
Muchas prácticas ASAC que mejoran la producción amortiguan los campos contra el cambio climático y mejoran los suelos con deficiencia de nutrientes y requieren poca inversión adicional. Algunas veces estas prácticas cuestan menos que la agricultura como tradicionalmente se ha hecho, que depende de plantaciones de un solo cultivo y fertilizantes químicos. Sin embargo, la adopción en la mayoría de los sitios de investigación es mínima. Los obstáculos incluyen resistencia a cambiar técnicas agrícolas habituales, limitaciones de mano de obra y falta de acceso a crédito.
Le Lan, investigadora en la Universidad de Australia Occidental y autora principal del estudio, dijo que las intervenciones exitosas de ASAC por parte de los gobiernos y las agencias de desarrollo necesitan buscar “el mayor beneficio agregado a la comunidad” y no solo el beneficio potencial para los agricultores individuales. “Además, si la zona sufre eventos climáticos extremos, la ayuda dirigida debe considerar las realidades socioeconómicas y culturales de los grupos de agricultores si las prácticas han de ser adoptadas ampliamente”.
Espacio para crecer
Lan y sus colegas realizaron encuestas a hogares en Nicaragua, Vietnam y Uganda, tabularon los niveles de adopción de ASAC, crearon un análisis de costo-beneficio para la implementación generalizada de ASAC y proyectaron niveles de adopción potencial en cada sitio.
En el sitio de estudio en Vietnam, la técnica ASAC más ampliamente adoptada observada fue la rotación de cultivo entre arroz y maní. Esto aumentó las ganancias para los agricultores y redujo en general sus emisiones de gases de efecto invernadero. Casi un tercio de los agricultores había adoptado esta técnica. Diez por ciento o menos habían implementado fertilización orgánica, variedades mejoradas de arroz que soportan sequía y salinidad, y el cultivo de camarones.
Los investigadores estiman que el potencial de adopción de cinco técnicas ASAC en el sitio en Vietnam oscila entre un 23% y un 89%. Las inversiones iniciales se pueden recuperar en un máximo de cinco años, mientras que la fertilización orgánica y la rotación con maní son rentables inmediatamente debido a la reducción en costos para fertilizantes químicos y siembra de arroz.
Por el contrario, los sitios de investigación en Nicaragua y Uganda mostraron cero adopción de las estrategias de ASAC del estudio.
Los productores de cacao nicaragüenses pueden implementar control manual de la moniliasis – mejor conocida como pudrición acuosa de la mazorca del cacao – para recuperar hasta un 80% de sus pérdidas por el patógeno. La fertilización orgánica y la siembra de árboles de banano para brindar sombra a los árboles de cacao expuestos al sol pueden ayudar a aumentar los rendimientos con un bajo costo. Los investigadores estiman que es posible una tasa de adopción del 50% de estas estrategias. Las tasas estimadas de retorno para estas prácticas varían de 17% para la fertilización orgánica del cacao en un tiempo de ocho años hasta un 90% para la sombra del árbol de banano en un año.
Los agricultores amenazados por la sequía en el norte de Uganda se pueden beneficiar de cultivos intercalados de líneas más robustas de fríjol y maíz que maduren más rápido, toleren la sequía y tengan mayores rendimientos. Junto con la implementación de técnicas de acopio de agua para riego durante las temporadas secas y retener la humedad del suelo, estas variedades – que ya están en uso en otras zonas no incluidas en el sitio de estudio – poseen el potencial para ser adoptadas por el 90% de los agricultores. Las tasas estimadas de retorno son de un 25% en seis años y un 85% en tres años para el sitio en Uganda.
El estudio fue financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en asocio con el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS), como parte del Programa de Adaptación para la Pequeña Agricultura (ASAP) del FIDA.