Environment Mexico , Baja California Sur, Wednesday, October 18 of 2023, 13:15
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

Mamíferos del hielo

En los fríos climas extremos también habitan los mamíferos, aunque se han adaptado no solamente en estructuras, también en conductas y fisiología, lo que les permite subsistir

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT Los mamíferos se adaptaron a diferentes medios, el terrestre, el acuático, el del aire y entre el suelo. Sin embargo, debido a los movimientos de las placas tectónicas y los orogénicos que la Tierra ha presentado a lo largo del tiempo, han ocasionado la existencia de una gran diversidad de climas y condiciones extremas, por lo que los organismos deben adaptarse para vivir en ellos.


Existen zonas con climas fríos muy extremos en diferentes partes de la Tierra. Por ejemplo, en los polos, los que se caracterizan por presentar temperaturas muy bajas y con poca luz solar en el periodo invernal. Lo que ocasiona estas condiciones en los polos es su ubicación geográfica. Como su nombre lo indica, se ubican en los extremos del eje de rotación del planeta, el norte y el sur. En estos lugares las bajas temperaturas causan que la mayoría del agua se encuentre congelada. Bajo estas condiciones, es difícil pensar cómo es que algún ser vivo puede existir.


Los mamíferos evolutivamente desarrollaron una ventaja sobre otros vertebrados terrestres como anfibios y reptiles, la termorregulación. Al depender completamente de sus propios cuerpos para mantener una temperatura ideal, los mamíferos son capaces de vivir en las congelantes temperaturas de los polos. Por ejemplo, el zorro del Ártico (Alopex lagopus) puede vivir en madrigueras bajo la nieve, donde la temperatura puede alcanzar hasta los -50°C. Esta capacidad la logra gracias a que tiene un sistema circulatorio especial en sus piernas, un sistema de calor a contracorriente. El sistema contracorriente implica que la arteria y la vena se ubican paralelamente, por lo que existe un intercambio dinámico del calor de la sangre, por lo que, aunque sus pies estén a una temperatura menor que la del resto de su cuerpo, la sangre que se impulsa desde los pies, se calienta a su regreso al cuerpo. Otra adaptación que han desarrollado es a través de su pelaje. Durante el verano tiene un pelaje de color café grisáceo con el cual puede camuflarse mejor con su medio que está cubierto por rocas y en invierno cuando todo el paisaje es blanco, muda su pelaje y se cubre en combinación con su entorno; lo que les ayuda a cazar y al mismo a protegerse de sus depredadores. El pelaje blanco es mucho más grueso que el oscuro de verano, lo que le ayuda a aislar su cuerpo del frío. Si previamente al invierno, tuvo una buena alimentación, pudo almacenar bajo su piel, una capa de grasa, la que le servirá como aislante térmico. Para poder seguir almacenando grasa, el zorro del Ártico también ha adaptado sus técnicas de caza al medio. Aunque sus orejas no son tan grandes (debido a que por medio de las orejas o pinas se pierde calor corporal), son muy buenos para escuchar a sus presas que viven en túneles debajo de la nieve. Una vez que han escuchado y localizado a su presa, saltan en sus cuatro extremidades, impulsándose con las traseras y cae de cabeza en el suelo nevado con sus patas delanteras al frente con las cuales se abre paso hasta la guarida de su presa.


El pelo es una de las mejores adaptaciones de los mamíferos al frío, debido a que se puede presentar en diferentes tipos, el de calor y el de cobertura. El pelo de calor siempre es interno, muy fino y hueco, que ayuda a atrapar aire que está caliente, mientras que el pelo de cobertura es grueso y denso, más para protección y camuflaje. Por ejemplo, el oso polar (Ursus maritimus) tiene los dos tipos de pelo, pero además su piel es negra, lo que ayuda a mantener la temperatura y optimizar la luz del sol, en realidad el oso polar no es de color blanco. El pelo no es la única estructura diferente en los osos polares, sus patas son otro ejemplo. Al vivir en ambientes rodeados de agua y donde muchas de sus presas se encuentran en ese ambiente, el oso polar está adaptado para nadar. Es un magnífico nadador, alcanza una velocidad de hasta 9.6 km/h y esto lo logra gracias a que posee patas palmeadas, es decir, entre sus dedos existe una membrana que le ayuda a que funcionen como aletas y de este modo su movimiento natatorio es más rápido. Gracias a esta habilidad puede alimentarse de presas acuáticas, las cuales poseen altos niveles de grasa. Los osos polares también han adaptado su sistema digestivo, específicamente sus intestinos, lo que les ayuda a digerir fácilmente este alto contenido de grasa. Y cuando no cazan, su desarrollado sentido del olfato les ayuda a encontrar cadáveres a grandes distancias.


El color de los individuos es algo muy importante en estos paisajes donde la mayoría del tiempo están cubiertos de nieve, por lo que el color blanco predomina. Como lo mencionamos con el zorro del Ártico, otros mamíferos que cambian sus pelajes en el invierno para que sea blanco y les permitan poder confundirse más fácilmente con el ambiente y evitar con eso que sean depredados o ser más efectivos en sus cacerías. Otras especies que han desarrollado esta coloración son el armiño (Mustela erminea), la comadreja menor (Mustela nivalis) o las diferentes libres que habitan en el Ártico. Incluso algunos de los mamíferos marinos que viven en este ambiente son de color blanco, como las belugas (Delphinapterus leucas). Esta coloración en conjunto con los témpanos de hielo y los reflejos que se forman por la luz de sol, las hacen ser menos perceptibles para sus depredadores, por esta razón es que no son tan rápidas en comparación con otras ballenas.


En estos ambientes no solamente la temperatura es un factor importante, la luz también lo es. Los periodos de oscuridad son muy largos, por lo que algunas especies de ungulados pueden modificar una membrana dentro del ojo, denominada tapetum lucidum (presente en especies de hábitos nocturnos) lo que les permite hacer un segundo reflejo de la luz dentro del ojo y con ello incrementar la cantidad de luz que recibe el lóbulo ocular, esto replica en tener una muy buena visibilidad en la oscuridad y de esta manera estar atentos a sus depredadores o a sus presas, dependiendo de la especie.


Las características de los organismos se han adaptados para que puedan sobrevivir a diferentes ambientes, incluso en aquellos con condiciones extremas.

 

Autores

 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).