Ciencias Sociales México , México, Jueves, 03 de septiembre de 2020 a las 09:04

Los mastodontes recorrieron grandes distancias hacia el Norte para sobrevivir al cambio climático

Un estudio internacional con participación del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México ha conseguido reconstruir el genoma de 35 mastodontes americanos

DICYT - Un análisis de los genomas mitocondriales de 35 mastodontes sugiere que esta especie extinta migró repetidamente a las latitudes más septentrionales de América del Norte en respuesta al calentamiento ocurrido durante el Pleistoceno (hace entre 2’5 millones y 11.700 años). Los hallazgos, publicados recientemente en ‘Nature Communications’, pueden ayudar a los investigadores a comprender las posibles respuestas ecológicas de las especies actuales al calentamiento global.


Los mastodontes americanos (‘Mammut americanum’) habitaban lugares boscosos y pantanosos de América del Norte, y sus restos se han encontrado desde los subtrópicos centroamericanos hasta las latitudes árticas de Alaska y Yukon. La especie se extinguió hace aproximadamente 11.000 años, cuando desaparecieron muchos de los grandes mamíferos que habitaban la Tierra como los tigres dientes de sable o los perezosos gigantes.


El mastodonte se encontraba entre los animales terrestres vivos más grandes de la Tierra en ese momento. Eran principalmente exploradores que vivían en entornos pantanosos, y se alimentaban de arbustos y ramas de árboles colgantes.


“Los datos genéticos muestran una fuerte señal de migración, moviéndose de un lado a otro del continente impulsada, parece ser que enteramente, por el clima”, asegura el genetista evolutivo Hendrik Poinar, director del McMaster Ancient DNA Center y autor del estudio.


Las drásticas y repetidas fluctuaciones de temperatura que ocurrieron de manera rutinaria en el planeta durante millones de años, las más dramáticas en los últimos 800000 años, resultaron en la expansión y retracción de la capa de hielo y el calentamiento de las regiones del norte previamente congeladas cuyos nuevos bosques y humedales proporcionaron fuentes de alimento para algunos animales como el mastodonte, el alce y el castor, pero quitó los pastizales a caballos, mamuts o bisontes.


Los análisis muestran que los mastodontes se movieron grandes distancias en respuesta al calentamiento climático y al derretimiento de las capas de hielo, desde ambientes más cálidos hasta los confines más septentrionales de Alaska y el Yukón. Sin embargo, a pesar de estos movimientos, las poblaciones eran mucho menos diversas genéticamente, lo que las hacía más vulnerables a la extinción.


"El análisis del ADN conservado en huesos fósiles de mastodonte nos da mucha información sobre cómo vivieron y murieron estas bestias ahora extintas en comparación con lo que sabemos sobre la base de los enfoques paleontológicos tradicionales. Estos datos son la clave para comprender cómo las comunidades de animales antiguos como los mastodontes se adaptaron a los cambios del pasado y brindan pistas sobre cómo los ecosistemas árticos responderán a futuros escenarios de calentamiento”, concluye Grant Zazula, coautor del estudio y paleontólogo del Gobierno de Yukon.


El trabajo es fruto de la colaboración entre científicos de Canadá, Estados Unidos, México y Australia, y fue posible gracias a la ayuda de muchos museos e instituciones de investigación que donaron especímenes para este estudio.