Medio Ambiente México , Baja California Sur, Miércoles, 01 de diciembre de 2021 a las 11:07
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

Los mamíferos son ¿reptiles con pelo?

Los mamíferos como los conocemos hoy en día, han pasado por diferentes procesos evolutivos resultado de la adaptación a condiciones espaciales y temporales distintas a las que vivían cuando eran reptiles

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT Todos los estudios realizados hasta la fecha nos han demostrado que los mamíferos provienen de los reptiles, de hecho, son reptiles que evolucionaron en lo que ahora se consideran mamíferos. La hipótesis que se tiene es que hace aproximadamente unos 100 millones de años, la Tierra estaba poblada solamente por anfibios y reptiles, en cuanto a vertebrados.

 

Los animales de los diferentes grupos siempre tienden a ocupar todos los nichos (en espacio y tiempo) disponibles y seguramente un grupo de reptiles empezó a realizar sus actividades durante el crepúsculo y después en la noche. Es muy probable que ese pequeño grupo de individuos de una especie lo hicieran al ser orillados a utilizar este nicho o al encontrarlo disponible y ver la oportunidad de explotarlo, así que lo comenzaron a aprovechar y lo hicieron de manera adecuada, lo que les permitió la diversificación y dio origen a otras especies, pero como provenían de una sola, todas tuvieron que compartir las mismas características.


El utilizar el ambiente nocturno implicó diferentes retos adaptativos, lo que significa que tuvo que ocurrir un proceso de evolución, que derivaron en características que ulteriormente originaron a los mamíferos. Entre los retos que tuvieron que solucionar y de los más importantes fue la preservación de la temperatura. Esto se basa en que durante la noche, la temperatura tiende a descender por lo que deben de tener una estructura que les permita mantener una temperatura ideal y un mecanismo que les permita moderarla de manera fisiológica, lo que implica poder subir o bajar la temperatura a voluntad dependiendo de las necesidades, además de mantenerla homogénea no importando si el organismo está activo o no.


El proceso de mantener la temperatura se denomina homotermia porque pueden mantener la temperatura corporal dentro de límites ideales, variables entre especies, independiente de la temperatura ambiental. En contraste, los reptiles se les considera poiquilotermos, debido a que no disponen de mecanismos para regular su temperatura corporal, por lo que tienen que usar mecanismos externos, como es el caso de la energía del sol para que su metabolismo funcione.


La homotermia tiene dos procesos principales. El primero es un método de aislamiento que le permite mantener la temperatura corporal, el cual es más desarrollado en ambientes fríos y menos en los cálidos. El segundo es un método de generación de calor por medio del metabolismo a partir de energía química de los alimentos. Estos dos procesos en conjunto producen la termorregulación, en la que los organismos tienen la capacidad de generar calor, conservarlo, pero al mismo tiempo un método para perder calor y enfriarse en caso de sobrecalentamiento. Entre los principales métodos para la preservación del calor están las capas de pelo, que aíslan al individuo del ambiente; entre las capas de pelo, se crean colchones de aire caliente, lo que ayuda a evitar la pérdida de calor del cuerpo. La segunda y más importante es la presencia de capas de grasa subcutáneas, que también es un método muy efectivo de aislamiento y que son muy notorias en las especies marinas, en las que invernan y las que viven en climas extremadamente fríos.


El desarrollo de la homotermia por medio de la endotermia (mantener la temperatura dentro del cuerpo) le permitió a este grupo de reptiles tener actividades, aunque no fueran calentados por el sol, lo que implicó que cada vez pudieron tener actividad en horas más crepusculares o incluso con ausencia de sol. Otro proceso que también se dio como resultado de la aparición de estos mecanismos, fue que las especies de estos grupos pudieron habitar áreas con temperaturas más extremas y en las que existía una menor incidencia de los rayos del sol, como en las regiones alejadas de los Trópicos o extratropicales.


El que los organismos pudieran controlar por sí mismos su temperatura corporal también tuvo el efecto de que las especies al ya no depender del sustrato para obtener calor por la radiación solar, empezaron a separase cada vez más del suelo, así evitando el contacto con el suelo, pero esta modificación en la altura tuvo como consecuencia que las vibraciones de la superficie que usaban para detectar sonidos ya no pudieran ser captadas, lo que implicó la evolución del oído medio, en el que las vibraciones pasaron a ser del aire, en lugar de la tierra.

 

De la misma forma el tener actividad en la noche implicó que la cantidad de luz disponible para la visión era diferente, por lo que las estructuras de los ojos también debieron de modificarse para poder tener una mejor visibilidad en condiciones más limitadas y poder acceder al alimento necesario.


Resulta extraño pensar en que los mamíferos un día fueron reptiles, debido a que actualmente se ven muy distintos, algunas de sus estructuras se han modificado para adaptar sus actividades a los nichos en los que ahora habitan, sin embargo, aun comparten muchas otras estructuras que no les permite negar su origen.

 

 

Autores
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).