La vigilancia epidemiológica reduce la mortalidad materna en Antioquia
UDEA/DICYT Aunque muchas de las muertes maternas son evitables, cómo explicar que el año pasado en Colombia murieran 536 madres por el parto. Cifra que demuestra un retroceso en este aspecto sensible para la Salud Pública, teniendo en cuenta que en 2009 fueron 444, en 2010: 403 y en 2011: 495, según el Instituto Nacional de Salud en su informe preliminar sobre 2012. En Antioquia, en cambio, la reducción de la mortalidad materna, que pasó de 65 mujeres en el año 2004 a 39 el año pasado, fue posible gracias a la vigilancia epidemiológica, en un trabajo liderado por el Centro Nacer, Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad de Antioquia (UDEA).
“Partimos del principio de que nadie está actuando en contra de las mujeres por mala voluntad, sino que se presentan diferentes fallas en la situación de atención: falta de insumos necesarios, desconocimiento, incompetencia o explotación del personal de la salud, que en algunos casos está cansado o desmotivado, porque tienen más turnos de los que debería o no les han pagado a tiempo, porque no había ambulancia o no se pudo remitir, en conclusión, la muerte materna siempre es multifactorial”, explicó Joaquín Gómez Dávila, director del Centro Nacer del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina.
Si bien el Ministerio de Salud declaró este tema como uno de los “intolerables en salud”, expertos en vigilancia epidemiológica coinciden en que faltan políticas nacionales de fondo, con beneficios para todos.
El Centro Nacer, por medio de alianzas con la Secretaría de Salud de Medellín y con la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, realiza vigilancia epidemiológica de muerte materna y perinatal, otras vigilancias y auditoría de la calidad.
En los indicadores de mortalidad materna se tienen en cuenta aquellas muertes por causas asociadas al embarazo o por circunstancias que se agravan con este. Se excluyen las muertes por homicidio o por accidente de tránsito, por ejemplo.
Un hallazgo
En el análisis del Centro Nacer, un hallazgo fundamental fue que la principal causa de mortalidad materna en Antioquia era la hemorragia obstétrica, principalmente la que se presentaba en el posparto inmediato, unas dos horas después. Además, se estableció que la mayoría de estas causas estaban relacionadas con deficiencias en la calidad de la atención. “No se seguían los protocolos, no se brindaba el cuidado suficiente a las mujeres o no había un conocimiento adecuado en la mayoría de los médicos y de los especialistas sobre este problema”, explicó Joaquín Gómez Dávila, director del Centro Nacer.
Para atender esta problemática se creó en 2006, en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud, OPS, y Usaid, Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, un protocolo de atención basado en la evidencia, llamado Código Rojo tanto para prevenir como para tratar la hemorragia obstétrica, y se diseñó un modelo de simulación para la enseñanza - aprendizaje de la misma.
Por primera vez en Antioquia, hubo una disminución sustantiva en el número de muertes maternas por hemorragia al aplicar el protocolo en 2007. Con la disminución de las muertes por hemorragia obstétrica se redujeron las muertes por causa directa.
“El departamento presentaba año tras año entre 20 y 25 muertes maternas por hemorragia, al implementar este protocolo, ocurrieron solo cinco por esta causa y así se ha mantenido en los años siguientes, hoy se presentan entre cuatro y cinco muertes maternas al año por hemorragia, lo que implicó una disminución de la razón de la mortalidad materna de, entre 60 y 70 casos a 40 casos por 100.000 nacidos vivos”, explicó Gómez. Hoy el protocolo de código rojo es un protocolo nacional.
¿Cómo se hace la vigilancia?
La mortalidad materna es un evento de interés en salud pública de obligatoria notificación. Cuando muere una mujer en embarazo, o después del embarazo hasta los 42 días, o incluso hasta un año en ciertas circunstancias, se debe informar inmediatamente por medio del instrumento Sivigila, presente en todas las instituciones del país para notificar eventos de vigilancia epidemiológica obligatoria.
“La tarea entonces es establecer por qué se murió cada mujer e identificar factores que se puedan mejorar para que no se repitan otros casos”, explicó el médico ginecobstetra Jesús Velásquez Penagos, coordinador de la vigilancia de la mortalidad materna y de la morbilidad materna extrema del Centro Nacer.
El siguiente paso es reunir toda la historia clínica de atención de la embarazada, que incluya controles prenatales, atención del parto o enfermedades antes de embarazarse; pero esta tarea no es fácil porque una gran parte de los ciudadanos cambian constantemente de aseguradora o de EPS. También se analizan todos los certificados de defunción de las mujeres entre 10 y 54 años en Antioquia y se rastrea en el sistema nacional en busca de aquellas mujeres que murieron por fuera del departamento.
Después de recogidos estos datos, se realiza un Comité Técnico de Análisis de Muerte Materna, donde varios obstetras analizan toda la información para establecer las causas de la muerte y los factores determinantes. Se examina si se siguieron todos los pasos necesarios para evitar la muerte y no se pudo, o si por el contrario hubo fallas ostensibles en el proceso de atención.
Finalmente, se realiza una Unidad de Análisis, donde se invita a todos los involucrados en el proceso de atención para que formulen planes de mejoramiento de acuerdo a los problemas encontrados. Se trata de una reunión intersectorial con las secretarías de salud departamental y municipal, las aseguradoras y otras personas o instituciones que consideren pertinentes.
Según el médico ginecobstetra Jesús Velásquez, algunos de las deficiencias comunes que se encuentran son: el personal de salud se demora en identificar el inicio de una hemorragia obstétrica, hay ciertos hospitales donde es evidente la falta de trabajo en equipo, o en algunas aseguradoras cierran y dejan a las afiliadas en un limbo transitorio.
Insuficiencias en la formación del personal
“Un denominador común en esta problemática es que el recurso humano que forman las universidades no está acorde con las necesidades epidemiológicas de la población” aseguró Joaquín Gómez Dávila, director del Centro Nacer y Jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina, donde se han adelantado cambios sustantivos en el currículo.
Uno de estos cambios es la introducción del tema de Código Rojo como obligatorio en la formación de los estudiantes, con ejercicios de simulación en los principales problemas obstétricos y ginecológicos.
“Además proponemos cambiar el sistema de evaluación, para pasar de un sistema basado en conocimientos a uno que evalúe competencias, sobre la base de que la sociedad necesita que los individuos sean competentes para que se desempeñen adecuadamente en la realidad”, explicó Gómez.
Estos avances han sido posibles gracias al trabajo articulado del Centro Nacer de la Universidad de Antioquia y las secretarías de salud departamental y municipal, el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Salud, organizaciones no gubernamentales como la suiza Enfants du Monde, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud, OMS, la Organización Panamericana de la Salud, OPS, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Universidad de Oregon, entidades con las que se ha abonado el terreno para el intercambio de experiencias y la transferencia de conocimiento.