La Universidad de Santiago trabaja en la producción de acero resistente a la corrosión
USACH/DICYT En el Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Universidad de Santiago, se está desarrollando un importante proyecto que pretende mejorar la resistencia del acero. La apuesta no es menor porque se relaciona con uno de los metales preferidos a la hora de pensar en construcciones, tanto por su alta resistencia, como por la reducción que implica en los tiempos de edificación. También tiene un alto índice de empleabilidad para elaborar electrodomésticos, por ejemplo.
Después de nueve años de trabajo en la Compañía Siderúrgica Huachipato (que concentra el 70% de la producción interna de acero), el Dr. Alfredo Artigas - investigador principal del proyecto Fondecyt Regular “El aumento de la resistencia a la corrosión atmosférica marina en aceros estructurales” - pretende posicionar a Chile como un país más competitivo en esta materia. Considerando que Chile tiene una extensa costa, el académico plantea fabricar u obtener un acero que presente una alta resistencia a la corrosión, lo que aportaría a reducir los grandes costos en mantención que necesitan estas estructuras. (En países desarrollados los gastos relacionados con corrosión representan entre el 3 y el 5 % del Producto Interno Bruto).
El desafío es lograr producir un acero “que se pueda utilizar más cerca de nuestras costas, ya que hasta el momento, con los disponibles en el mercado, no podemos trabajar a menos de 2 kilómetros de ésta. Si podemos crear un metal que se acerque, por ejemplo, un kilómetro a la zona costera, ya estaríamos logrando un avance y un material mucho más competitivo”, afirma el Dr. Artigas.
La meta: reducir gastos en mantención
Las etapas en las que se enmarcará el proyecto son tres. La primera consiste en homologar un sistema de desgaste acelerado que permita simular 20 años de corrosión en dos meses. Luego se innovará con nuevos elementos como níquel y cobre para aumentar la resistencia del material. Una tercera etapa consiste en dilucidar su comportamiento en condiciones de rápido deterioro.
Entre los coinvestigadores que trabajan en este proyecto -cuyo plazo de desarrollo es de tres años-, se encuentran Konstantin Sipos y Alberto Monsalve del plantel estatal; los académicos Rafael Colás y Martha Guerrero de la Universidad Autónoma de Nueva León, México; e Yvan Houbaert, de la Universidad de Gante, Bélgica.
“Si todo sale bien y la Compañía Siderúrgica Huachipato se interesa en los resultados, el beneficio sería fabricar un acero con el valor agregado de ser más resistente a la corrosión”. Además, puntualiza el Dr. Alfredo Artigas, “el precio de este producto no implicaría una gran diferencia con el que ya se encuentra en el mercado”.