Alimentación España , León, Miércoles, 23 de junio de 2010 a las 13:45

La Universidad de León participa en un estudio sobre el efecto de las quemas prescritas en pinares canarios

Este tipo de incendios se provocan como mecanismo de prevención para evitar grandes fuegos en las islas

Antonio Martín/DICYT Las universidades de La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria y León colaboran en un estudio que trata de analizar los efectos de las quemas prescritas en pinares de la isla de Gran Canaria. Debido a la gran capacidad de recuperación frente al fuego de los pinos canarios (conífera endémica de las islas) para combatir la aparición de grandes fuegos forestales, se suelen realizar quemas controladas en zonas sensibles. Los científicos han estudiado los efectos ecológicos en estos hábitats de estas quemas prescritas y han determinado que estas acciones preventivas producen escasa alteración en la comunidad de invertebrados, el banco de semillas del suelo y la vegetación aérea del campo.

 

El estudio se centra en "el efecto de estas quemas desde el punto de vista ecológico, porque aunque el fuego es un factor natural del ecosistema del pinar, con el que ha coexistido y coevolucionado, una variación del régimen de incendio puede tener efectos totalmente contrarios a los que tendría el fuego de manera natural", explica a DiCYT Celia García Domínguez, coordinadora de la investigación.

 

A la hora de abordar el trabajo, los ecólogos tuvieron que superar un escollo documental. No se sabe con exactitud cuál es la frecuencia e intensidad natural de los incendios en Canarias, ya que hay factores que distorsionan esta acción, connatural al ecosistema del pinar canario. Algunos son humanos (provocación de los incendios de voluntaria o involuntaria o su extinción), pero otros son naturales, como la modificación de la vegetación en estos hábitats. "Lo que si es bastante probable es que los incendios naturales no tengan una recurrencia mayor de un periodo de diez años por lo menos, que es el tiempo aproximado que se ha estimado que tarda el ecosistema en recuperarse", indica Celia García Domínguez. Las quemas prescritas tienen un efecto en este baile rítmico entre el fuego y el pinar, la destrucción y la recuperación: suponen una recurrencia mayor en el tiempo, al aligerar el combustible y la intensidad de los efectos del fuego.

 

Área de estudio

 

Los trabajos de seguimiento se están realizando en la zona Umbría del Caballero, cerca de las cuevas del Caballero, en el municipio de Artenara (oeste de Gran Canaria). En junio de 2006 se realizaron allí quemas prescritas de baja intensidad y cortes de la vegetación de sotobosque en parques determinados al azar. El municipio cuenta con abruptos acantilados y extensos pinares de la especie endémica. El estudio se dividió en tres niveles. Por un lado se realizó un muestreo puntual de invertebrados ea los cuatro meses de la quema. "Los invertebrados son componentes críticos de los ecosistemas forestales, especialmente los que habitan en la capa de hojarasca en descomposición, ya que contribuyen a cerrar el ciclo de nutrientes y descomposición", indica la especialista. Por otro, se realizó un seguimiento del banco de semillas en el suelo de las parcelas quemadas para valorar la germinación de algunas especies en altas temperaturas o la inhibición de otras. Finalmente, se muestreó cada seis meses en los dos años posteriores al fuego la vegetación aérea, para estimar las diferencias de la composición vegetal y su evolución.

 

Los invertebrados fueron recolectados mediantes trampas. Aunque se observaron pequeñas variaciones en los datos en cuanto a las especies, los investigadores no apreciaron diferencias significativas en esta comunidad. Estos datos son "bastante positivos", puesto que "muestran que a corto plazo las diferencias entre parcelas quemadas y no quemadas es bastante escasa".

 

Para realizar el banco de semillas, se recolectaron muestras en puntos al azar de zonas quemadas y otras que sirvieron de control. También se tomó tierra de cada punto. Este material se trasladó a un invernadero y se trató durante 14 meses. La quema prescrita tuvo efectos variados. Los autores destacan que una especie arbustiva de sotobosque, la retama amarilla (Teline microphylla), un arbusto endémico de Canarias, vio favorecida su germinación por las altas temperaturas.

 

Respecto a la vegetación de campo, los ecólogos encontraron que la composición de especies no se vio muy alterada por la quema prescrita. En general, las herbáceas y arbustos fueron más sensibles en este tratamiento preventivo, pero sus semillas germinan con rapidez o sobreviven a la quema, recuperando su cobertura anterior.

 

Conclusiones

 

Por estas circunstancias, los autores indican que las quemas prescritas ofrecen "escasa alteración" y el efecto "mínimo" en el ecosistema se recupera con facilidad. Frente a esto, la utilidad de estos pequeños fuegos controlados no producen "mejora evidente" en el ecosistema. Las quemas prescritas, dirigidas a reducir el combustible del monte, no contribuyen a mejorar la estructura y regeneración de los bosques de pino canario (Pinus canariensis).