Alimentación España , Ávila, Lunes, 07 de febrero de 2011 a las 17:53

La Universidad Católica de Ávila y Arotz diseñan un método para controlar una plaga de la trufa negra

El proyecto forma parte del libro 'Misión Posible: casos prácticos de colaboración universidad – empresa en Castilla y León'

CGP/DICYT La Universidad Católica de Ávila (UCAV) y la empresa Arotz, propietaria de una planta de producción de trufa negra en la provincia de Soria, están desarrollando un trabajo en común con el fin de investigar y desarrollar un método para el control de una plaga clave de este preciado alimento. Este proyecto colaborativo está incluido en libro Misión Posible: casos prácticos de colaboración universidad – empresa en Castilla y León, elaborado por la Fundación Universidades de Castilla y León en el marco del Proyecto T-CUE para la Transferencia de Conocimiento entre Universidad y Empresa y que será presentado mañana martes a partir de las 11.30 horas en el Monasterio Nuestra Señora de Prado de Valladolid.

 

Según la información de la UCAV recogida por DiCYT, el sistema de control propuesto está basado en el trampeo masivo de la explotación micológica que es totalmente ecológico, muy selectivo y con un coste asumible por la empresa. Esta iniciativa abre la posibilidad de patentar y comercializar el sistema de trampeo dentro del sector trufero tanto en España como en Europa.

 

El equipo investigador, formado por 4 personas de la UCAV y de Arotz, goza de experiencia contrastada en este campo y el investigador responsable ya había trabajado previamente en proyectos de la Universidad Católica de Ávila sobre la trufa negra entre los años 2005 y 2007. Ya en el año 2007 colabora con un grupo de investigación de la Universidad de Jaén (UJA), con el objetivo de buscar la presencia de otros compuestos bioactivos (feromonas) que ayudaran a mejorar las técnicas empleadas.


La trufa en Castilla y León

 

La trufa es una de las delicatessen que salen de Castilla y León directamente a los platos de los gourmets. Su precio oscila entre los 200 y los 850 euros el kilo. En la actualidad, la producción de trufa tiene dos orígenes claramente diferenciados: la extracción de zonas naturales y las plantaciones truferas. La mayor plantación del mundo dedicada al cultivo natural de la trufa negra está ubicada en la provincia de Soria. Con una fábrica de 31.000 metros cuadrados y una finca con 600 hectáreas destinadas a la producción, Arotz produce trufas negras y otras setas para mercados de gran calidad de Europa, Estados Unidos y Japón. Pero este tipo de cultivos no es ajeno a problemas como las plagas. Por ello, han recurrido a la ayuda de expertos de la Universidad Católica de Ávila. Esta asociación ha dado buenos resultados y juntos han logrado, en julio de 2009, presentar y registrar para uso comercial un modelo de utilidad.

 

Uno de los principales factores limitantes para la producción de trufa cultivada lo constituyen los insectos micófagos, en especial los escarabajos leiódidos. En las áreas truferas, la fauna del suelo presenta una elevada actividad biológica, destacando diversos grupos de invertebrados (insectos, ácaros, miriápodos, anélidos). Entre la entomofauna, sobresalen algunas especies con un sentido olfativo muy desarrollado que les permite localizar y realizar la puesta en la trufa y cuyas larvas pueden producir considerables daños a los productores. En este grupo de parásitos de la trufa destacan los pequeños escarabajos denominados Leiodes cinnamomeus.

 

De forma oficiosa se conoce la existencia de esta plaga en todas las regiones de España y del resto de Europa productoras de trufa negra. Los operadores franceses, italianos y españoles saben de la magnitud e importancia del problema por conversaciones que se mantienen en el sector. “A pesar de la importancia como plaga de Leiodes cinnamomeus, en ninguna zona productora de trufa negra se aplican técnicas de control con fundamento científico-técnico”, lamenta Guillermo Pérez Andueza, del Departamento Agroforestal y Ambiental de la Universidad Católica de Ávila. En ocasiones se emplean tratamientos insecticidas para combatir a este escarabajo, pero la experiencia de este investigador le hace desechar el control químico y apostar por otras soluciones.

 

“La incorporación de un sistema biotécnico de control, que aúna un tipo de trampa inédito con uno o varios semioquímicos para la atracción de los insectos, constituye una innovación importante para la mejora de la trufa”, explica el especialista. Se trata de sustancias químicas producidas por seres vivos que son capaces de modificar la conducta de otros seres vivos, por lo que permiten el control de plagas sin el uso de productos contaminantes y garantizan, por tanto, “la puesta en el mercado de un producto con mayor valor añadido, al no presentar daños las trufas”, indica.

 

Con esta base de trabajo, en el año 2008 la UCAV y la UJA iniciaron sus trabajos con la empresa Arotz, interesada en buscar solución a algunos problemas que afectaban a su producción de trufas. Esta empresa contaba con buenas condiciones para la realización de ensayos e implementación a gran escala del trampeo masivo, por lo que la colaboración obtuvo resultados en varios campos destacando la posibilidad de estudiar los semioquímicos para mejorar el sistema de trampeo o diseñar y desarrollar trampas comerciales, entre otros.


Primeros resultados

 

En la actualidad, la implantación del trampeo masivo a gran escala se está realizando en todas las zonas productoras de la finca de Arotz (aproximadamente 400 hectáreas). Paralelamente se están realizando ensayos para detección de feromonas, tanto en campo como en laboratorio, con el fin de mejorar la capacidad de atracción de las trampas. Las previsiones de reducción de la plaga con trampeo masivo son optimistas, teniendo en cuenta el elevado número de insectos capturados con estas trampas hasta el momento.

 

El trabajo colaborativo ha sido una experiencia “satisfactoria” para Guillermo Pérez, ya que, además de “encontrar una posible solución para las necesidades de la empresa”, “existen otros usos científicos para la técnica desarrollada”. Por su parte, a raíz de esta colaboración, Arotz ha comenzado el desarrollo de su propio departamento de I+D. Recientemente, los investigadores han diseñado la trampa comercial, que ya ha sustituido a la casera que se venía utilizando en la finca. Esta trampa ya ha sido presentada como modelo de utilidad en julio de 2009 y registrada para su uso comercial.