Ciencias Sociales Brasil São Paulo, São Paulo, Jueves, 15 de diciembre de 2022 a las 10:18

La religión no es el factor más influyente para el rechazo a la teoría de la evolución en las escuelas

Los resultados del sondeo, publicados en la revista PLOS ONE, indican que factores tales como la nacionalidad, la percepción social de la ciencia y las condiciones socioeconómicas son más determinantes

AGENCIA FAPESP/DICYT – Si bien la religión tiene su influencia en el proceso de aceptación y la consiguiente comprensión de la teoría de la evolución por parte de los alumnos de la enseñanza media, aspectos socioculturales más amplios –entre ellos la nacionalidad, la percepción social de la ciencia y las condiciones socioeconómicas– son más determinantes. Esta es la conclusión que surge de un estudio realizado con 5.500 estudiantes brasileños e italianos con edades situadas entre los 14 y los 16 años. Y los resultados del mismo se dieron a conocer en la revista PLOS ONE.

 

Los investigadores les presentaron a los participantes algunas afirmaciones relacionadas con la edad de la Tierra, con registros fósiles y con el origen de los seres humanos, entre otros temas similares. Y los alumnos clasificaron a cada apartado como verdadero o falso. Al analizar las respuestas, los estudiosos constataron que la nacionalidad fue más determinante que la religión, ya que los italianos católicos mostraron una mayor aceptación con respecto a las teorías referentes a una ancestralidad común y a la selección natural, por ejemplo, que los brasileños católicos. Estos exhibieron un patrón de respuestas similar al de los brasileños evangélicos.

 

“Por ende, los resultados de nuestro estudio muestran que un contexto sociocultural más amplio interfiere en la aceptación de la teoría evolutiva. Las sociedades conservadoras, como en el caso de la brasileña, tienden a ser más refractarias a las ideas evolutivas propuestas por [Charles] Darwin que integran el contenido curricular de las escuelas”, dijo Nelio Bizzo, docente de la Facultad de Educación de la Universidad de São Paulo (FE-USP) y del Instituto de Ciencias Ambientales, Químicas y Farmacéuticas de la Universidad Federal de São Paulo (ICAQF-Unifesp), ambas instituciones con sede en Brasil.

La investigación, que contó con la colaboración de científicos de la Universidad Federal de Mato Grosso (Brasil) y de la Università degli Studi di Trento (Italia), es fruto de un Proyecto Temático apoyado por la FAPESP cuyo interés reside en profundizar cuestiones relacionadas con la inclusión de la biodiversidad autóctona en los planes de estudios escolares. El proyecto se lleva adelante en el ámbito del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP).

 

“Pretendíamos investigar mejor ese nexo entre la religión y las teorías de la evolución, pues para entender la biodiversidad, su generación y su conservación debemos conocer los mecanismos evolutivos. Son temas relacionados, y los alumnos entenderán mejor las consecuencias de la extinción de una especie, o extinciones locales y globales, por ejemplo, si conocen y entienden conceptos tales como el de la ancestralidad común, el de la selección natural y el del origen de las especies”, explica.

 

Verdadero o falso

 

Al analizar las respuestas referentes a cuestiones tales como “la formación del planeta transcurrió hace 4.500 millones de años”, “los humanos descienden de otras especies de primates” y “los fósiles constituyen la prueba de la existencia de los seres vivos que habitaron en el planeta en el pasado”, entre otras, fue posible detectar patrones de mayor o menor aceptación entre los estudiantes. Los resultados mostraron que los católicos italianos aceptan más la teoría evolutiva. El patrón en las respuestas entre los estudiantes católicos brasileños fue más bien similar al de los cristianos no católicos brasileños (un grupo que abarcaba a las distintas confesiones de las iglesias neopentecostales).

 

De acuerdo con el artículo, el nivel de comprensión sobre el tiempo geológico, por ejemplo, fue muy distinto entre los católicos italianos y brasileños. Pero hubo un patrón análogo de bajo conocimiento en las confesiones cristianas de Brasil. La comparación de las respuestas mostró que los católicos italianos expresaron una aceptación mayor, como así también un nivel más alto de comprensión de la evolución que los brasileños.

 

En el artículo publicado en PLOS ONE, los investigadores registraron que la nacionalidad y ciertos factores socioculturales, tales como el sistema educativo de los países, el nivel socioeconómico de los estudiantes, el capital cultural familiar y las actitudes con relación al conocimiento científico en la sociedad en general cuentan más en lo que hace a la aceptación de la teoría de la evolución. “Son dos países muy católicos. Así y todo, existen grandes diferencias socioculturales relacionadas con factores complejos como la educación”, analiza Bizzo.

 

El investigador remarca que, pese a los escasos datos, informes del Pew Research Center –un think thank de Estados Unidos– confirman que el rechazo a la teoría de la evolución no es generalizado ni tampoco se encuentra arraigado profundamente en la sociedad italiana. “En tanto, no se puede decir lo mismo de Brasil. Otro estudio del Pew Research Center mostró recientemente una tendencia de ascensión de la perspectiva creacionista entre los adultos en Brasil, con una aceptación considerablemente menor de la evolución entre los cristianos en el país [un 51 %] que en Italia [74 %]”, añade.

 

La aceptación de la teoría evolutiva ha sido medida en el marco de diversos estudios durante las últimas décadas por considerársela un prerrequisito para arribar a una mayor comprensión del tema. “En este estudio no estamos ni siquiera debatiendo la comprensión de la teoría evolutiva. Nos ubicamos un paso antes de ello. La aceptación constituye un factor necesario para que se pueda arribar a la comprensión. Grosso modo, cuando uno no acepta pensar sobre un determinado tema, su comprensión se ve inevitablemente comprometida”, afirma.

 

Material didáctico laico

 

Con este resultado, los investigadores sugieren que el material didáctico suministrado por la Secretaría de Educación del Estado de São Paulo sobre las teorías evolutivas de Charles Darwin no contemple al Génesis, el libro de la Biblia que narra la historia de Adán y Eva y el origen de la humanidad de acuerdo con las doctrinas cristiana y judía.

 

“Al aludir a la evolución, muchos apuntes y materiales didácticos consideran que la religión aisladamente es el factor más importante y entonces mezclan el relato del Génesis con la teoría de Charles Darwin. Nuestra investigación muestra que eso está equivocado. Desde el punto de vista teórico, podemos incluso efectuar algunas consideraciones sobre la laicidad del Estado. Pero no es ese el caso de nuestro estudio: lo que estamos demostrando es que no se debe partir del supuesto de que es necesario contemplar a la religión para que los alumnos acepten pensar sobre la evolución”, explica.

 

Salvados por la metodología

 

El resultado de esta investigación pone en entredicho estudios anteriores que indicaban que la religión constituía el factor central para que los alumnos rechazasen la teoría evolutiva. En estudios de mayor porte, con más de 6.000 alumnos europeos, se había constatado la influencia de la religión sobre esta temática.

 

Bizzo explica que esta discordancia se produce debido a una cuestión metodológica. En los estudios referentes a este tema se aplican a menudo cuestionarios de escala Likert, muy empleados en los análisis de satisfacción del cliente. Esta metodología suele ofrecer cinco opciones de respuestas. Para una afirmación sobre la edad de la Tierra, por ejemplo, la respuesta vendría como una opción entre cinco posibilidades: la acepto mucho, la acepto poco, me es indiferente, la rechazo en parte o rechazo sobremanera la idea de que la formación del planeta haya transcurrido hace 4.500 millones de años.

 

“El problema es que el instrumento utilizado [la escala Likert] suministra una medida numérica imprecisa para afirmaciones referentes a hechos científicos. La variación de respuestas puede generar imprecisiones cuando se suman los resultados. Por eso, para este tipo de afirmaciones lo mejor es que sea sí o no, verdadero o falso”, comenta. Según Bizzo, la escala Likert no debe aplicarse con temas científicos. “Descubrimos que, cuando se plantea una afirmación reconocidamente científica –las vacunas le hacen bien a la salud, por ejemplo–, quienes disienten lo hacen a sabiendas de que están disintiendo con respecto a algo que es una conclusión científica, así como quienes coinciden están posicionándose a favor de la ciencia”, dice.