La región argentina de Mendoza estudia implantar el sistema de lucha antigranizo desarrollado en la Universidad de León
JTF/DICYT El laboratorio de Física de la Atmósfera de la Universidad de León cuenta con una experiencia de más de una década en el desarrollo de sistemas de lucha antigranizo basados en la siembra de nubes con yoduro de plata. Una experiencia que ha despertado el interés de un experto argentino, quien durante estos días estudia la exportación de este sistema de protección a una de las tres regiones agrícolas principales de su país.
El plan de lucha antigranizo puesto a punto en este laboratorio, ha obtenido muy buenos resultados en la protección de cultivos en la provincia de Lérida, donde está activo desde hace unos años. Según informan a DICYT responsables del laboratorio, el sistema frena los procesos de congelación de las gotas de agua en el interior de las nubes para que no caigan al suelo en forma de granizo, provocando los consiguientes daños en las cosechas.
La provincia argentina de Mendoza cuenta con tres regiones muy fértiles, denominadas oasis, en las que la producción, sobre todo de viñedos, genera una parte muy importante de los beneficios económicos de toda la región. Sin embargo, su proximidad a la cordillera preandina da lugar a la aparición de fenómenos tormentosos que frecuentemente van acompañados de granizo. Las pérdidas asociadas a este fenómeno son cuantiosas llegando, en ocasiones, a destruir una de cada dos cosechas.
Las autoridades de la provincia han aplicado diferentes sistemas de protección contra el granizo desde hace varias décadas sin conseguir los resultados deseados. El interés por el sistema desarrollado en la Universidad de León se debe a que es económicamente accesible y su eficacia ha sido avalada por un comité científico internacional.
Si los resultados de estos estudios previos son positivos, se instalará una red de generadores de yoduro de plata que impedirán en gran medida la formación de gotas de hielo y, en consecuencia, los daño a los cultivos. El área sobre el que se aplicaría este sistema corresponde a una de las tres zonas productoras que cuenta con una extensión de 70.000 hectáreas. Estos generadores funcionan enviando a la atmósfera un penacho de aerosoles de yoduro de plata, cuyos cristales actúan como núcleos de aglomeración que facilitan la precipitación de las gotas de lluvia antes de que éstas se congelen.