Salud España , Salamanca, Viernes, 18 de abril de 2008 a las 19:30

La Red Olfativa Española intenta que los grupos de investigación españoles realicen proyectos conjuntos

La presidenta, Laura López-Mascaraque, ha ofrecido hoy en Salamanca una conferencia sobre células del glomérulo olfativo

JPA/DICYT La presidenta de la Red Olfativa Española, Laura López-Mascaraque, se marca como objetivo que los grupos de investigación españoles relacionados con los estudios sobre el sistema olfativo se unan y realicen proyectos conjuntos, según ha explicado hoy en Salamanca. Esta investigadora del Instituto Cajal de Madrid puso en marcha dicha red junto con el grupo de Plasticidad Neuronal y Neurorreparación de la Universidad de Salamanca, dirigido por el actual rector, José Ramón Alonso, y en la actualidad ya están integrados en ella cerca de 70 investigadores españoles.

 

"Empezamos a formar la red junto a José Ramón Alonso, que fue su primer presidente, ya que tanto su grupo como el nuestro realizan un tipo de investigación muy similar", ha comentado López-Mascaraque en declaraciones a DICYT. En su opinión, es importante que los distintos grupos españoles dedicados al estudio del sistema olfativo, cerca de una veintena, se unan y realicen proyectos juntos, puesto que "en este país hay que luchar por la investigación básica, que es el pilar de todo", señala. 

 

Glomérulo olfativo

 

La presidenta de la Red Olfativa Española ha visitado hoy Salamanca invitada por el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) para ofrecer una conferencia sobre su principal línea de investigación, el desarrollo de las células del glomérulo olfativo. "El glomérulo olfativo es una estructura de integración sensorial, en el sentido de que integra en el cerebro lo que percibe de fuera. Es una estructura muy plástica y dinámica y, por lo tanto, muy buena para la investigación, porque es la única estructura del cerebro que tiene conexión directa con el exterior", comenta.

 

"En la nariz tenemos las únicas neuronas fuera del cerebro que directamente contactan con la masa cerebral, ahí forman la primera conexión con el cerebro a través de los glomérulos olfativos. Se tiene la idea de que las células del cerebro no se siguen desarrollando y nos morimos con menos de las que nacemos, porque no se regeneran", afirma. Sin embargo, "hay dos zonas diferentes, una es el bulbo olfativo, donde están los glomérulos, y otra, el hipocampo, que presenta neurogénesis. Los glomérulos también tienen una gran importancia porque hay unas células de la glía envolvente olfativa a las que se les supone cierta capacidad terapéutica para tratar lesiones medulares, y cuya función normal es abrazar a los axones para ayudarles a guiarse", apunta.

 

Permisividad para la migración celular

 

"En el cerebro hay dos tipos celulares importantes, las neuronas y la glía. Nosotros investigamos la importancia que tiene esa glía para guiar las células y marcar zonas permisivas o no permisivas para que unas células puedan migrar", destaca la científica. Este fenómeno puede ser muy relevante, ya que en el caso de los tumores, "las células también migran y buscan caminos permisivos que permitan la metástasis", señala la experta, aunque advierte de que no se pueden sacar conclusiones precipitadas de una investigación tan básica como la que desarrolla su grupo.

Los investigadores del Instituto Cajal realizan este proyecto de investigación a través de la manipulación de embriones de ratón dentro del útero para ver como se va desarrollando el cerebro. "En el sistema olfativo hay unas neuronas que se siguen desarrollando en la vida adulta. Mi investigación ocupa desde etapas muy tempranas del desarrollo, porque el sistema olfativo es de los primeros que se desarrollan, hasta etapas adultas". Los ratones le dan a los científicos la posibilidad de realizar manipulación genética y poder comprobar qué pasa cuando se activan distintos genes.