La Diputación de Valladolid y la Universidad de León trabajan en la mejora de la reproducción asistida en ovejas
Beatriz G. Amandi/DICYT La Diputación de Valladolid, en colaboración con la Universidad de León, mantiene abierta una línea de investigación sobre la reprodución en el ovino que está dando sus frutos. Desde hace diez años un grupo de investigadores, dirigidos por el profesor de la Universidad de León Luis Anel Rodríguez, trabaja en la finca de Matallana con la finalidad de mejorar y hacer más competitivas las explotaciones ganaderas ovinas a través de la conservación y mejora de semen, así como la experimentación de nuevas técnicas de inseminación artificial.
Las investigaciones realizadas durante el año pasado han conseguido mejorar las técnicas de transplante de embriones, de conservación de semen y de inseminación, utilizando para ello ejemplares de ovejas tanto churras como assaf, según ha indicado a DICYT el jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Diputación de Valladolid, Juan Antonio Olmedo.
Para mejorar las técnicas de transplante de embriones se han realizado dos experimentos, basados en la medición de los cuerpos lúteos de las ovejas receptoras y la conservación de los ovocitos.
De esta forma se comenzó por la medición y clasificación de cuerpos lúteos: unas glándulas endocrinas que se forman en el ovario después de la ovulación y que secretan la progesterona necesaria para soportar las primeras fases de la gestación. Generalmente son redondos, y si la hembra no se queda embarazada desaparecen solos. Esta caracterización se realizó mediante laparoscopia, consiguiendo clasificar su tamaño, forma y color y procediendo después al transplante de embriones para comprobar su efectividad en cada uno de los casos.
Los resultados observados han demostrado que las ovejas que presentaban cuerpos lúteos más jóvenes, con forma de botella de champán y de un tamaño medio cercano a los 0'66 centímetros tuvieron más resultados de gestación positivos que las que presentaban las glándulas más viejas y pequeñas, lo que permite establecer un parámetro objetivable en futuras selecciones de ovejas receptoras de crías.
La segunda parte de estas investigaciones trataba de mejorar las técnicas para la conservación de ovocitos, y para ello se realizaron dos experimentos distintos: el primero de ellos, destinado a conocer la técnica más práctica y eficaz para saber el porcentaje de espermatozoides vivos en cada uno de las muestras. Para ello se comparó la técnica de tinción con orceina (producto utilizado habitualmente para conocer los espermatozoides vivos y los muertos a través de su impregnación) y la tinción con una sonda fluorescente que se une a los ácidos nucleicos de los espermatozoides estableciendo la separación entre los útiles y los que no.
El resultado obtenido fue muy similar en cuanto a eficacia, pero la técnica de la luz fluorescente es más rápidamente observable, lo que supone un adelanto frente al procedimiento tradicional de la orceina.
El segundo de los experimentos realizados comparaba dos técnicas de conservación de los gametos femeninos: la congelación tradicional y la vitrificación (transformación en cristal al congelarlo a determinadas temperaturas criogénicas). En este caso, los resultados indicaron que las técnicas de vitrificación no son indicadas para este uso, dado que producen graves daños en las células, lo que indica que es más aconsejable utilizar el método tradicional.
La conservación de semen
Para ello, comenzó estudiando el uso de la yema de huevo como diluyente del semen, que presenta algunos problemas puesto que puede ser nocivo para los espermatozoides, de modo que se planteó el uso como diluyente de uno de los componentes de la yema de huevo: la fracción lipoprotéica de baja densidad (conocida como LDL), y comprobó su efecto con temperaturas de 15 y 5 grados centígrados. El resultado fue que el uso de este nuevo diluyente en un porcentaje del 10% obtiene mejores resultados de los conseguidos con la yema completa, especialmente a medida que baja la temperatura de conservación. Así, el semen se ha conservado en buenas condiciones hasta los 7 días posteriores a su extracción.
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Dos tipos de aplicadores seminales |
Otro de los aspectos abordados durante el pasado año en la Finca Matallana ha sido la efectividad de las inseminaciones dependiendo del modo en que se realizan o aplican a las ovejas. Así, han tratado de determinar cuál es el método más apropiado, en función de los inyectores de uso habitual. El inyector múltiple, en el que el semen sufre cambios térmicos (de 5 a 37 grados), ya que en cada inseminación entra dentro del animal todo el contenido, o bien el inyector mediante una jeringa, que tiene un depósito de semen que permite que no se produzcan cambios térmicos, manteniéndose en 5 grados, ya que no entra en el abdomen de la oveja. Los primeros resultados obtenidos han indicado que no existe una diferencia importante entre ambos métodos, por lo que se ha decidido que durante 2004 se analizará el orden de inseminación para comprobar si tiene algún tipo de influencia el tiempo de uso del aplicador. |