La Ciuden analiza en manantiales de Burgos, Gerona y Salamanca análogos al almacenamiento de CO2
Antonio Martín/DICYT La Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden) ha realizado un estudio en diferentes manantiales de España para comprobar los efectos de la inyección CO2 en zonas con aguas profundas. El trabajo científico se desarrolló en las provincias de Burgos, Gerona y Salamanca y provee de información sobre la movilización de metales y los efectos que ocasiona en las aguas que ocasiona el CO2 almacenado geológicamente. Uno de los objetivos de la planta de almacenamiento que la fundación pondrá en marcha en Hontomín (Burgos), será precisamente profundizar en el conocimiento de los riesgos medioambientales potenciales asociados al almacenamiento del gas. Países europeos como Francia e Italia, que han iniciado proyectos de captura y almacenamiento parecidos al de la Ciuden y Endesa, han mostrado su interés por el estudio.
Según explica a DiCYT Jordi Bruno, responsable de la consultora Amphos 21 y coordinador del estudio, "interesaba saber el efecto que tiene el CO2 en la meteorización de las rocas". La meteorización es el proceso de desintegración de una roca como consecuencia de su exposición a diferentes agentes. "La preocupación que existía era saber qué pasa con los metales asociados a las rocas que albergan el CO2 en las zonas escogidas para su almacenamiento". Con este fin, los científicos iniciaron una serie de estudios en análogos naturales, situaciones parecidas en la naturaleza de los procesos industriales de almacenaje del gas. Algunos de ellos son bastante conocidos: las aguas de procedencia carbónica que comercializa, por ejemplo, la empresa Vichy Catalán. Los científicos se desplazaron a Caldas de Malavella (Gerona), donde se embotella este producto, y a diferentes manantiales de las provincias de Burgos y Salamanca, en la comunidad autónoma que albergaría la planta de almacenamiento de la Ciuden.
El equipo investigador, compuesto por geólogos y geoquímicos "de alto nivel", observó que en los lugares donde está almacenado el CO2, no hay señal en la superficie que indique que ocurra nada en el interior del suelo. En cambio, si las aguas salen a la superficie, como ocurre, por ejemplo, en Caldas, altas concentraciones de hierro son movilizados al exterior, formando una capa cobriza. En la actualidad, los científicos estudian cómo otros metales (como el cobre o el cinc) se precipitan junto al óxido de hierro. Bruno compara este proceso "al que se utiliza en la depuración de aguas residuales en zonas residenciales".
Las conclusiones de este estudio preeliminar se unirán a los realizados en la planta experimiental de almacenamiento de Hontomín. Allí, se aplicarán técnicas de modelización geoquímica avanzadas a la hora de depositar el gas. "El proceso de captura requiere que el CO2 que se consigua sea totalmente puro, por lo que no habrá diferencias significativas con los análogos naturales", comenta Bruno, "sólo en la presencia de algunos gases asociados como el metano". Para realizar una mejor comparación, en la provincia de Burgos, los científicos analizaron zonas geológicas similares a las de Hontomín (población ubicada en la comarca del Alfoz de Burgos). Los estudios se llevaron a cabo en un radio de 30 a 40 kilómetros.
En la investigación colaboraron las universidades de Florencia (Italia), Politécnica de Cataluña y de Zaragoza, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), con sede en Valladolid. Financiado por la Ciuden y organismos públicos, el trabajo tenía la catalogación de Proyecto Singular Estratégico.
Almacenamiento experimental
La localidad de Hontomín albergará el primer laboratorio experimental de investigación para desarrollar técnicas de inyección y almacenamiento de CO2 de España, según decidió la Ciuden a finales de 2009. Este centro tendrá un coste aproximado de 9'8 millones de euros de inversión en su primera fase. Su objetivo será la de hacer posibles tecnologías comerciales de uso limpio del carbón que reduzcan las emisiones de CO2, a través del almacenamiento bajo la superficie del gas. En Hontomín, a 1.300 metros de profundidad, existe una formación de agua salobre propicia para la experimentación científica, cuyas características permitirán reacciones rápidas del CO2 con las rocas.