Ciencias Sociales España Valladolid, Valladolid, Martes, 24 de febrero de 2009 a las 21:01

La arqueología feminista defiende el papel de la mujer prehistórica como recolectora

María Ángeles Quirol, catedrática de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, ahonda en ‘La mujer en el origen del hombre’, título de su última publicación

CGP/DICYT La arqueología de género, o arqueología feminista, dio sus primeros pasos a mediados de los años 60-70 del pasado siglo en Estados Unidos. En aquel momento, en el marco de la posmodernidad, un grupo de mujeres intentó demostrar el importante papel que jugó en las primeras economías, tanto en las productoras como en las depredadoras, el género femenino, que se ocupaba de la recolección fundamentalmente. Este es el tema que ha centrado la conferencia que ha impartido hoy en Valladolid la catedrática de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, María Ángeles Quirol, en el marco de la exposición Las mujeres en la Prehistoria, que acoge el Museo de la Universidad de Valladolid hasta el 15 de marzo.

 

Según ha precisado la experta, de este modo, y tras estudiar los grupos de personas pretecnológicas que vivieron en África u Oceanía –últimos aborígenes más cercanos a las costumbres de los hombres prehistóricos- llegaron a la conclusión de que la tarea fue fundamentalmente femenina, mientras que los hombres se dedicaban a la caza. Así, en torno al 90 por ciento del sustento, el procedente de la recolección vegetal, estaba mantenido por las mujeres, una hipótesis que decidieron demostrar buscando registros arqueológicos, una labor nada fácil.

 

En este sentido, la experta ha explicado que la conferencia es el resultado “de una investigación que dio origen a la publicación del libro La mujer en el origen del hombre, que revisa textos y representaciones en el campo de la prehistoria más remota, desde el punto de vista creacionista y evolucionista, textos escolares, universitarios, novelas, cine, cómic y todos lugares donde este tema se manifiesta”.

 

Durante su estudio, el principal problema que encontró fue que la lengua no incluye a las mujeres. “En ninguno de los discursos científicos de filosofía, antropología o historia las mujeres están contempladas salvo cuando hay algo tan específico de la mujer como el parto, en ese caso ya se pone la palabra mujer”, ha subrayado. Por ello, ha insistido en que la palabra ‘hombres’ a veces representa a las mujeres y a veces no, por lo que es necesario especificar el género y educar a los hombres en este sentido desde la infancia.