Salud España , Valladolid, Mi茅rcoles, 01 de febrero de 2012 a las 17:49

Investigan las funciones de un fotorreceptor descubierto recientemente, la melanopsina

Un cient铆fico de la Universidad de Oviedo detalla en el IOBA los experimentos llevados a cabo sobre este fotopigmento, implicado en los ritmos circadianos

CGP/DICYT Los fotorreceptores del sistema visual humano son los elementos encargados de captar la luz y transmitir esta señal al cerebro. Estos fotorreceptores se localizan en el interior del ojo y tradicionalmente se han diferenciado en dos tipos: los conos y los bastones. Los conos (existen aproximadamente unos seis millones distribuidos en la retina) son solo sensibles a altos niveles de iluminación y proporcionan información al cerebro sobre el color y el espacio; mientras que los bastones (más numerosos, en torno a 100 millones en la retina) aportan visión en bajos niveles de iluminación e información acerca del brillo.

 

A estos fotorreceptores clásicos se ha sumado un tercer tipo de fotorreceptor, un fotopigmento denominado melanopsina, que ha sido descubierto hace pocos años. El catedrático de Biología Molecular José Manuel García Fernández, del Departamento de Morfología y Biología Celular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, ha explicado a DiCYT las funciones de este tercer fotorreceptor.

 

“Su función es fundamentalmente enviar información lumínica al principal reloj biológico del cerebro para el ajuste de los ritmos circadianos a la luz ambiental, para regular ritmos de sueño y despertar, el tamaño de la pupila y la secreción de la hormona melatonina por la glándula pineal”, detalla.

 

El experto ha participado hoy como ponente en uno de los Seminarios de Investigación organizados por el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de Valladolid, a los que acuden expertos en diversas áreas a explicar sus últimos avances científicos. Durante la charla de José Manuel García Fernández, titulada Células fotorreceptoras ganglionares melanopsínicas: funciones visuales y circadianas, se han presentado los experimentos y los modelos animales que han permitido a su grupo de investigación llegar a estos conocimientos sobre la melanopsina.

 

En este sentido, García Fernández ha incidido en que las últimas publicaciones sobre este nuevo sistema fotorreceptor indica que está implicado, además, en otras funciones, “como es la fotofobia producida en algunas migrañas o las depresiones estacionales recurrentes que determinados pacientes sufren en el otoño e invierno”.

En el desarrollo de estos trabajos científicos el grupo de la Universidad de Oviedo colabora desde hace varios años con dos organismos internacionales de prestigio, el Departamento de Oftalmología de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y la Universidad de Virginia, en Estados Unidos.