Salud España , León, Martes, 20 de noviembre de 2012 a las 15:32

Investigan las causas de la susceptibilidad de los ancianos a la tuberculosis

Científicos leoneses publican en ‘Age’ los resultados de un trabajo que muestra que la bacteria encuentra un lugar de multiplicación más apropiado en los macrófagos de los ancianos

Cristina G. Pedraz/DICYT La tuberculosis es una infección bacteriana contagiosa que afecta principalmente a los pulmones, aunque puede extenderse a otros órganos. La infección inicial suele ser asintomática, pero se manifiesta en unas pocas semanas. Una intensa fiebre, presencia de escalofríos, pérdida de peso y sobre todo tos severa acompañada con sangre son los principales síntomas que presentan los afectados. Según los datos del Informe epidemiológico sobre tuberculosos en Castilla y León publicado en 2011, la tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes en toda la comunidad es de 14’7 casos. La provincia de León registra los niveles más elevados, con 19’6 casos por cada 100.000 habitantes, tan solo superada por la de Palencia. En lo referido a la edad, se ha detectado un pico de incidencia entre los 75 y los 84 años, personas que conforman “un grupo de riesgo importante”.

 

Investigadores del Hospital de León, del Hospital Comarcal del Bierzo y del Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León han publicado recientemente en la revista científica Age los resultados de un trabajo que trata de entender la susceptibilidad de los ancianos a la tuberculosis.

 

Como explica a DiCYT Octavio Rivero, miembro de la Unidad de Investigación del Complejo Asistencial Universitario de León, diversos estudios epidemiológicos ponen de manifiesto que los ancianos son un grupo de riesgo importante, aunque aún no se conocen bien las causas. “Uno de los argumentos que se han esgrimido para justificar este hecho es que la población está envejeciendo, por lo que a medida que aumenta la población de ancianos la proporción de personas con tuberculosis es mayor, aunque este argumento no parece explicar todo”, señala el investigador, quien apunta que en realidad “no hay muchos estudios a nivel de investigación básica y clínica para saber si hay una mayor susceptibilidad a la tuberculosis en ancianos en comparación con personas más jóvenes”.

 

Este factor tiene especial relevancia en Castilla y León, donde los ancianos suponen un grupo de población numeroso y por tanto “con interés por sí mismo en ser estudiado”. Así, el grupo de investigadores ha tratado de comprobar si existen diferencias entre este colectivo y el de personas más jóvenes en cuanto a susceptibilidad a la tuberculosis.

 

“Hemos realizado una serie de experimentos y comprobado que efectivamente sí hay diferencias. Purificamos monocitos (un tipo de glóbulos blancos) de sangre periférica, y en cultivo en placa los diferenciamos a macrófagos (células del sistema inmunitario) y los infectamos. Hemos observado que la bacteria encuentra un lugar de multiplicación más apropiado en el monocito del anciano que en el de una persona adulta inmunocompetente, es decir, con su sistema inmunológico en perfecto estado”, detalla el investigador.

 

Aunque esta puede ser una de las causas que justifiquen el hecho de que los ancianos desarrollen tuberculosis con más frecuencia que los individuos más jóvenes, es necesario profundizar en esta línea por lo que los científicos se encuentran inmersos en dos nuevos proyectos de investigación financiados por la Junta de Castilla y León. “Estos proyectos, cuyos investigadores principales pertenecen al Hospital de León y al del Hospital del Bierzo, están bastante desarrollados y esperamos publicar resultados en dos nuevos artículos”, avanza Octavio Rivero.

 

En uno de ellos, los investigadores estudian con microarrays de expresión génica monocitos de ancianos infectados por tuberculosis y están caracterizando a nivel molecular los resultados obtenidos. En el otro proyecto, el equipo de científicos está realizando un estudio de infecciones in vitro de sangre entera (a diferencia del primero, que se realizó con monocitos) comparando ancianos con individuos jóvenes, y caracterizando la actividad antimicrobacteriana de esa sangre en estos dos grupos de edad.

 

Aplicación

 

Según apunta Octavio Rivero, se trata de una investigación traslacional con un componente básico importante, cuyo fin último es “intentar entender la susceptibilidad a la tuberculosis”. “Los números que se manejan habitualmente en la literatura dicen que aproximadamente un tercio de la población mundial está infectada con tuberculosis pero solamente un 10 por ciento termina desarrollando la enfermedad. Más de dos millones de personas mueren al año de tuberculosis en el mundo y no se sabe muy bien qué mecanismos producen que ese 10 por ciento sea susceptible a la enfermedad, pese a que está claro que los seres humanos somos bastante resistentes a estas bacterias. No está nada claro qué es lo que produce que ese 10 por ciento termine desarrollando la enfermedad y el estudio de ancianos, que de por sí tienen importancia como grupo de incidencia, es muy interesante porque nos puede dar pistas”, precisa el investigador, quien agrega que si la comunidad científica es capaz de averiguarlo, “posiblemente seamos capaces de diseñar algún tipo de terapia inmunomoduladora”.