Investigan el potencial del zinc como coadyuvante del manejo metabólico de la diabetes
UCHILE/DICYT Académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, del Hospital Clínico institucional y del INTA postulan que la suplementación con este nutriente puede retrasar el daño pancreático que presentan los individuos diagnosticados con diabetes tipo II. El equipo a cargo de esta investigación es liderado por el doctor Manuel Ruz, director del Departamento de Nutrición.
Continuando con una línea de investigación de más de 20 años, que ha conducido no solo a generar conocimiento en el campo de las funciones de algunos minerales en los seres humanos, sino también a medidas concretas como la incorporación del zinc en la leche fortificada que se entrega a los niños de Chile -por su indispensable rol en el crecimiento normal-, el nuevo proyecto Fondecyt 2012 que encabeza el Doctor Ruz pretende comprobar que este nutriente puede tener una función protectora de las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir la insulina, retrasando la aparición de las complicaciones de la diabetes tipo II, daño cuyo crecimiento es exponencial una vez que se desencadena en el organismo.
"La diabetes tipo II afecta al 9,4% de la población nacional. Aún cuando hay una serie de fármacos para el tratamiento de la resistencia a la insulina y la menor secreción de esta hormona, las intervenciones destinadas a preservar la funcionalidad en la célula beta han sido mucho menos estudiadas. Nos parece que el zinc es un candidato interesante debido a su acción sobre la secreción de la insulina, además de sus funciones en el control del daño oxidativo, inflamación y apoptosis", explica el académico.
Medida de fácil implementación
El objetivo de este estudio es la evaluación de los efectos -y los mecanismos involucrados- de una suplementación con zinc en el control metabólico y progresión de esta enfermedad. La hipótesis planteada señala que dos años de adhesión a esta complementación terapéutica en individuos diabéticos disminuirá su grado de estrés oxidativo e inflamación de las células beta pancreáticas, lo que conducirá a una mayor secreción de insulina estimulada por glucosa y una mejora en las condiciones generales del organismo.
Para ello, los investigadores plantean un modelo que incorporará a 80 pacientes con características de inclusión bien determinadas, como personas de ambos sexos de entre 30 y 65 años, índice de masa corporal entre 20 y 40, diagnosticados hace 10 años o menos como diabéticos, que no estén recibiendo insulina, sin episodios de infarto y con funciones renales y hepáticas normales. Los interesados en participar serán evaluados mediante una primera revisión médica sencilla y, posteriormente, con exámenes más complejos para medir las distintas fases de la función del páncreas -específicamente la fase temprana de secreción de insulina, sensibilidad de insulina y efectividad de la respuesta frente a glucosa-, el estado nutricional del zinc, algunos parámetros inflamatorios y de estrés oxidativo, además de la expresión de algunos genes involucrados con la expresión de proteínas transportadoras de zinc.
Estos pacientes se dividirán en dos grupos homogéneos; a uno de ellos se les suplementará con una dosis de 30 mg. de zinc -"lo bueno es que al ser un nutriente administrado en cantidades por debajo del umbral de riesgo de toxicidad y no un fármaco no hay resultados indeseados", informa el doctor Ruz- y al otro con placebo. Durante dos años, cuatrimestralmente se harán controles de seguimiento de rutina y anualmente estos controles serán detallados y en profundidad.
Paralelamente, y usando modelos in vitro de células de páncreas y de músculo esquelético, probarán cuáles son los mecanismos involucrados en los efectos inducidos por el zinc en la secreción y actividad de la insulina, desafiándolos con diferentes sustancias, tales como la propia insulina, glucosa, adiponectina, interleuquina 6, ya sea solas o combinadas con zinc. "Al ver respuestas diferenciales podremos descartar uno u otro mecanismo; se evaluará la expresión de genes involucrados en procesos de apoptosis o en la utilización de la glucosa", añade el especialista.
El doctor Ruz es enfático en señalar que "no esperamos encontrar la solución a la diabetes tipo II, sino un elemento que podría coadyuvar a un mejor manejo metabólico de esta patología; y cuando se piensa que afecta casi al 10% de nuestra población, es una medida sencilla que podría ser beneficiosa para mucha gente", finaliza.