Investigan cómo el perro se dispersó por las Américas
STRI/DICYT A medida que los humanos se esparcían por las Américas, trajeron sus perros consigo. Los primeros pobladores de Panamá estimaban a sus caninos; a las élites de algunas sociedades incluso las enterraban con ornamentos que llevaban dientes de perro. Los cacíques en Panamá lucían collares y delantales hechos con cientos de dientes de perro. Se intercambiaban perros de caza desde Nicaragua hasta el norte de Colombia. Algunas tribus, principalmente en México, incluían perros en su dieta.
Kelsey Witt, estudiante de doctorado de la Universidad de Ilinois, E.E.U.U, está en Panamá para seguir el rastro de ADN de perros pre-europeos desde Siberia hasta las Américas. Su meta es utilizar técnicas moleculares de próxima generación para trazar su dispersión -y por inferencia- la propagación de los humanos a través de las Américas.
Como parte del proyecto de Capacitación de Estudios de Postgrado e Investigación Integral entre el Smithsonian en Panamá y la Universidad de Ilinois, Kelsey tendrá acceso a restos de perros, en su mayoría dientes, pero también un húmero de 6,000 años, desenterrados en Panamá Central por científicos del Smithsonian incluyendo a Richard Cooke, Tony Ranere, Julia Mayo y sus equipos de investigación. Visualizado originalmente como un proyecto de secuenciación, Kelsey comenta que su curso de campo completado recientemente en Panamá, ha enriquecido su enfoque.
“Al trabajar con el Dr. Cooke aquí en el Smithsonian, he llegado a aprender mucho más sobre la arqueología detrás de este tema y el contexto social de cómo las personas le daban valor a estos perros y para qué los utilizaban,” comenta Kelsey. “Es genial observar esto: no sólo los genes, pero la importancia que estos perros tenían.”
El proyecto tiene previsto profundizar el legado de 40 años del Smithsonian de estudiar la profunda historia social y medioambiental de los nativos americanos en el Neo trópico, nos comenta el arqueólogo Cooke. ¿Eran los perros más antiguos de Panamá descendientes directos de los primeros en llegar a las Américas? ¿Viajaron las razas desarrolladas en América del Sur hacia el norte ? ¿Poseían las élites y las gentes de bajo rango el mismo tipo de perros? El trabajo de Kelsey ayudará a abordar también estas preguntas.
“El trabajo de Kelsey encaja a la perfección con mis esfuerzos por entender las relaciones entre los nativos americanos del Istmo y las plantas y los animales con los que interactuaron a medida que sus sociedades fueron evolucionado”, comenta Richard. “Los perros fueron elementos obviamente valorados en el sistema semiótico regional y los descubrimientos de Kelsey sobre ellos y sus relaciones diacrónicas con los humanos será una gran contribución.”