Tecnología España , Valladolid, Lunes, 16 de mayo de 2011 a las 17:18

Investigadores vallisoletanos participan en el proyecto nacional que definirá la autopista del futuro

La Universidad de Valladolid, Cartif, GMV y Cidaut colaboran en el proyecto Cenit Oasis que cuenta con un presupuesto global de 30’5 millones de euros

Cristina G. Pedraz/DICYT Seguridad, sostenibilidad y mejora del servicio al usuario son algunos de los conceptos que marcarán a las autopistas del futuro. Así lo consideran los participantes en el proyecto Oasis, un Cenit (Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Tecnológica) de cuatro años de duración y 30’5 millones de euros de presupuesto del que forman parte cuatro representantes vallisoletanos: Cartif, Cidaut, GMV y la Universidad de Valladolid. La iniciativa de I+D tiene como fin sentar las bases para que las empresas participantes en el proyecto desarrollen elementos diferenciales en su oferta (derivados de las innovaciones alcanzadas) que les permitan un mejor posicionamiento en los concursos internacionales frente a las nuevas empresas entrantes en el sector, que compiten con una estrategia basada en un menor precio.

 

Como explican a DiCYT dos de los investigadores que colaboran en el proyecto por parte de la Universidad de Valladolid, Diego Llanos y Arturo González, Oasis (Operación de Autopistas Seguras, Inteligentes y Sostenibles) aborda el problema de la movilidad “desde el punto de vista de las infraestructuras”, por lo que está patrocinado por grandes concesionarias de autopistas con el objetivo de “mejorar el uso que se le da a las infraestructuras e incrementar su eficiencia”.

 

Para ello los investigadores se centrarán en la innovación tecnológica en tres ámbitos de valor añadido para la sociedad, como son el servicio, la seguridad y la sostenibilidad. De este modo, se prevé abordar la concepción de la autopista desde una perspectiva global, teniendo en cuenta todas las fases de su ciclo de vida e incidiendo en la de explotación.

 

Iluminación con tecnología LED


En el proyecto coopera un núcleo principal compuesto por nueve socios, así como siete pequeñas y medianas empresas y 15 universidades y centros de formación de todo el país. Cada uno de ellos se centra en determinadas tareas. En una de ellas se está investigando la iluminación de autopistas con tecnología LED, que previsiblemente se extenderá en multitud de sectores a medio plazo. En este sentido, en la iluminación de autopistas todavía existen interrogantes en cuanto a su aporte a la seguridad de la vía, la vida útil de los dispositivos, la calidad de la iluminación que ofrecen, el confort del usuario y las necesidades de cambios en el diseño de las instalaciones.


Algunos de estos interrogantes se están comprobando a través del proyecto. De esta forma, se está llevando a cabo estudios de la luminancia, su homogeneidad y su comparación con la tecnología de vapor de sodio a alta presión; se está realizando un seguimiento del consumo y evaluando el confort visual del usuario y la seguridad.

 

Otra de las tareas se centra en el uso de nuevas tecnologías de sensorización para la detección e identificación de vehículos. En concreto, se propone utilizar sistemas de visión artificial, sensores de huella magnética y tecnología bluetooth para identificar de manera unívoca un vehículo sin utilizar su matrícula como rasgo identificador, ya que es una información “sensible de manejar”. Según la información del proyecto, la colocación de estos sensores separados a cierta distancia entre ellos permitirá calcular velocidades medias de los vehículos y, por tanto, conocer el nivel de servicio de la vía. Por otro lado, la información recogida por estos sensores en diferentes puntos aportará los datos necesarios para los estudios de predicción y detección de tráfico.


Trabajo de GMV y la Universidad en el marco de Oasis

 

Por otro lado, en el marco del proyecto se trabaja en un módulo software integrado en la aplicación ITS (siglas en inglés de Sistemas Inteligentes de Transporte) cuyo objetivo final es informar en tiempo real de alertas que afecten a la circulación (meteorología, accidentes o retenciones, por ejemplo) mediante dispositivos como teléfonos móviles o integrados en los vehículos como la OBU (unidad de abordo) desarrollada por GMV y la Universidad de Valladolid en el marco del proyecto.

 

A través de su dispositivo móvil embarcado, el conductor se suscribe a un servicio de alertas de tráfico donde puede personalizar el tipo de información que desea recibir, el nivel de criticidad de las alertas o el idioma, entre otros aspectos. Además, a través del servicio y del envío de su posición geográfica el sistema le va informando de las incidencias que va a encontrar en su ruta.