Salud Argentina , Argentina, Martes, 25 de septiembre de 2012 a las 13:54

Investigadores del Conicet analizan la composición de cálculos renales de pacientes de hospitales públicos

Lo hacen a través de un método llamado espectroscópico

CONICET/DICYT Rapidez, precisión, y gratuidad. Son las ventajas fundamentales que aporta el análisis de las piedras que se forman en los riñones a través de una herramienta de la química y física cuyo nombre específico es espectroscopía infrarroja por transformada de Fourier, y que expertos del Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR, CONICET-Universidad Nacional de La Plata) llevan adelante en el marco de un proyecto de extensión de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP. La información que se obtiene es central para determinar la causa de formación de los cálculos y trabajar así en la prevención.

La iniciativa se denomina Determinación de la Composición Química Cuali y Cuantitativa de Cálculos Renales y consiste en el análisis de piedras a través de un aparato que sirve para estudiar la interacción de la materia con la radiación infrarroja. De esta manera, los expertos aprovechan su metodología y conocimiento para brindar un servicio a la comunidad, ya que las muestras pertenecen a pacientes de centros de salud pública.

 

“La gran ventaja de este análisis frente al que tradicionalmente se hace es que podemos ver qué componentes forman la piedra y en qué proporción lo hacen”, cuenta Rosana Romano, investigadora del CONICET y directora del proyecto. Así, explica que son menos de diez los minerales o especies que usualmente componen los cálculos, de los cuales en la mayoría de los casos se combinan dos o tres. Los oxalatos de calcio y el ácido úrico son los más frecuentes.

 

“Es muy importante saber cuánto hay de cada componente, y también en qué forma, porque en algunos casos se encuentran mezclados pero en otros uno de ellos funciona como núcleo y el otro como caparazón”, detalla la especialista. “Con un diagnóstico preciso, los médicos pueden por ejemplo restringir la ingesta de determinados alimentos que funcionan como favorecedores de este problema”, apunta Romano.

 

El proyecto comenzó en 2003 y las primeras actividades consistieron en mantener reuniones con médicos de nosocomios públicos para promover la difusión. Hasta el momento, se firmó convenio con tres hospitales provinciales: el Interzonal General de Agudos “José de San Martín”, el Zonal General de Agudos “Dr. Ricardo Gutiérrez”, y el de Niños “Sor María Ludovica”, todos en La Plata. El CEQUINOR recibe los cálculos que se extraen a pacientes y los somete al método espectroscópico, en un procedimiento gratuito que lleva pocos minutos.

 

La encargada de realizar los análisis es Marcela Amado, estudiante de Bioquímica, que explica: “Se toma menos de un miligramo de muestra del cálculo y se la mezcla con bromuro de potasio, una sustancia inerte a la radiación, para formar una solución sólida con forma de pastilla circular, que luego se coloca en el camino de un haz de luz infrarroja para determinar los componentes presentes”.

 

De acuerdo al protocolo, los pacientes deben responder un cuestionario con preguntas sobre antecedentes familiares y personales, hábitos alimentarios y medicación, entre otros datos. Junto con el resultado del análisis, los científicos entregan a los médicos un informe que les sirve para indicar el diagnóstico y el tratamiento a seguir. Hasta el momento, en el CEQUINOR se han analizado más de 340 muestras.

 

“Cuando los médicos nos avisan que hay una muestra, nosotros nos acercamos a buscarla o los pacientes la traen al laboratorio. En estos casos se da una circunstancia especial porque las personas vienen con ganas de contar lo que les sucede, y eso forma parte del vínculo con la comunidad”, afirma Romano.

Cabe mencionar que el proyecto apunta también a la formación de estudiantes en esta metodología, con lo cual es abierto a la participación de alumnos de grado y de doctorado.

 

Casos pediátricos

 

Desde el Hospital de Niños de La Plata, el médico urólogo Sebastián Tobia González explica que la litiasis renal, tal como se denomina la enfermedad que causa los cálculos en el riñón, es mucho menos frecuente en los pequeños.

 

“Como la causa principal de la formación de piedras es la dieta, los chicos en general tienen hábitos alimenticios más saludables que la gente grande”, detalla el especialista, y continúa: “Los casos pediátricos se dan mayormente a partir de los 8 años, y suelen responder a patologías de la vía urinaria, congénitas o adquiridas, que pueden estar o no asociadas a infecciones urinarias”.

 

De acuerdo al médico, el análisis por espectroscopía “permite tener una exactitud en cuanto a la composición del cálculo, que es central para determinar qué otros análisis hacer a posteriori, y evitarle al paciente estudios innecesarios”.