Salud España , Madrid, Miércoles, 02 de diciembre de 2020 a las 15:37

Identifican una proteína como potencial diana terapéutica para vacunas contra la leishmaniosis

Describen el mecanismo por el que el parásito 'Leishmania' evita ser detectado

UCM/DICYT Entre las variadas estrategias que posee el parásito Leishmania para evadir la protección de nuestro sistema inmunitario, activar la proteína SHP-1 es uno de ellos, según acaba de demostrar una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

 

Esta enzima se activa cuando Leishmania secreta una molécula que es capaz de interaccionar con un receptor llamado Mincle en células dendríticas encargadas de presentar antígenos y ayudar a que los linfocitos T desencadenen una respuesta inmunitaria.

 

“Para que la célula dendrítica pueda presentar antígenos a los linfocitos T, tiene que haber sido infectada también por el patógeno, o si no, deberá adquirir ‘restos’ de otra célula infectada. Este último proceso se llama ‘presentación cruzada de antígenos’ y requiere de toda una maquinaria enzimática especializada”, explica el proceso Salvador Iborra, investigador del Departamento de Inmunología, Oftalmología y ORL de la UCM.

 

Además de ayudar a controlar procesos fisiológicos de la célula, como el crecimiento o la proliferación, la recién descubierta función de SHP-1 presentada en Cell Reports, es la de limitar la capacidad de las células dendríticas para la presentación cruzada de antígenos y evitar así, trastornos autoinmunitarios, es decir que nuestros linfocitos ataquen un tejido corporal sano. Por lo tanto, el parásito enmascararía su presencia activando este punto de control de la respuesta inmunitaria.

 

Inhibidores de SHP-1, clave en vacunación

 

El trabajo, en el que también participan el Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas (CNIC) y el Champalimaud Centre for the Unknown de Lisboa, se ha realizado con ratones modificados genéticamente como modelo experimental que carecen del receptor Mincle, o de la enzima SHP-1 en células dendríticas.

 

“Además, hemos podido comprobar la utilidad de compuestos químicos que bloquean la activación de SHP-1, como NSC-87877. Uno de los resultados del estudio consiste en demostrar que la vacunación con células dendríticas tratadas con este inhibidor y a las que se le añaden lisados del parásito, pueden inducir una respuesta de linfocitos citotóxicos y proteger a los ratones frente a la infección”, destaca Iborra.

 

El investigador de la UCM añade que SHP-1 no sólo inhibe la presentación cruzada de antígenos de Leishmania, sino de células infectadas con un virus e irradiadas, es decir, que en general “SHP-1 es una potencial diana que limitaría la efectividad de una vacuna basada en virus o parásitos inactivados, que pretenda inducir una respuesta celular, mediada por linfocitos citotóxicos”.

 

Aunque para perros, reservorios de la enfermedad, sí se administran vacunas contra la leishmaniosis canina, aún no existen vacunas contra la enfermedad humana, por lo que “cualquier avance en nuestro conocimiento sobre la inmunidad frente al parásito puede ser útil para el desarrollo de una vacuna eficaz”, concluye Iborra.