Identifican el papel de un trasportador de ácidos grasos en una enfermedad hepática
AMR/DICYT El hígado graso no alcohólico y la hepatitis C son las causas más prevalentes de enfermedad hepática en los países desarrollados. El desarrollo de esteatosis (acúmulo de grasa) en el hígado puede darse bien por causas exclusivamente metabólicas en el hígado graso no alcohólico o bien por causas metabólicas y asociadas con el genotipo vírico en la hepatitis C. En ambos caso, la movilización de ácidos grasos desde el tejido adiposo resistente a la insulina hacia el hígado es el primer paso en la acumulación intrahepatocitaria de grasa.
Los ácidos grasos son captados por las células mediante mecanismos diversos, que implican diversos transportadores, entre los cuales la traslocasa CD36 (FAT/CD36) es el mejor caracterizado. Se ha demostrado que la función de esta molécula depende de su traslocación desde depósitos intracelulares a la membrana de la célula. También se sabe que FAT/CD36 parece jugar un papel clave en la esteatosis experimental en roedores; sin embargo, se desconocía hasta el momento su significación clínica en las patologías hepáticas del hombre.
Un equipo muticéntrico de investigadores del Instituto de Biomedicina de León (Ibiomed), el Hospital Santa Cristina de Madrid y el Departamento de Fisiología del País Vasco ha realizado recientemente un estudio que se publicará en breve en la prestigiosa revista Gut, acerca de la expresión de FAT/CD36 y su distribución celular y subcelular en el hígado de pacientes con enfermedad grasa no alcohólica y con infección crónica por el virus de la hepatitis C.
En la investigación, desarrollada en el marco del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), se estudiaron biopsias hepática de 130 pacientes no diabéticos con diagnóstico de hígado graso no alcohólico o hepatitis crónica C. Como controles se utilizaron muestras de hígado de 32 pacientes con colelitiasis asintomática a los que se les había realizado una biopsia hepática durante una coclecistectomía laparoscópica programada.
Los resultados obtenidos han puesto de manifiesto que la expresión hepática de FAT/CD36 es anormalmente elevada en pacientes con hígado graso no alcohólico y que también está sobreexpresada en pacientes con infección por el virus de la hepatitis C con genotipo 1 que desarrollan esteatosis. Además, FAT/CD36 se localiza en ambos tipos de pacientes de forma mayoritaria en la membrana plasmática de los hepatocitos y su sobreexpresión se asocia de forma significativa con hiperinsulinemia, resistencia a la insulina e incremento de la esteatosis.
Según indica a DICYT uno de los investigadores del Biomed de León, Javier González Gallego, “los datos obtenidos sugieren que la inducción de la expresión y traslocación del transportador FAT/CD36 en los hepatocitos puede jugar un papel importante en la acumulación hepática de grasa en los pacientes con esteatosis”. La identificación de los mecanismos moleculares implicados en la regulación de esta molécula podría tener trascendencia clínica, al poner de manifiesto el interés de la modulación de la expresión de FAT/CD36 para la prevención/tratamiento de la acumulación hepática de grasa y de sus consecuencias negativas en pacientes con hígado graso no alcohólico y con hepatitis crónica por el virus C.
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El hígado graso no alcohólico (HGNA) es una entidad cuya importancia ha sido reconocida recientemente, como causa frecuente e importante de elevación de aminotransferasas y de daño hepático crónico. Clínicamente suele cursar en forma asintomática y las pruebas hepáticas pueden ser normales, o mostrar discreta elevación de aminotranferasas, de predominio la pirúvica. Histológicamente se caracteriza por la presencia de infiltración grasa macrovacuolar. La prevalencia e incidencia del HGNA son difíciles de determinar, pero representa alrededor del 10-24% de la población general, alcanzando entre el 50-74% en individuos obesos. La hepatitis C es una enfermedad infectocontagiosa que afecta al hígado, producida por infección con el virus de la hepatitis C. La hepatitis produce inflamación hepática, alterando el funcionamiento del órgano. Se propaga por medio del contacto de sangre sin infectar con sangre de una persona infectada (transmisión por vía parenteral). El tratamiento farmacológico más eficaz se basa en la asociación de interferón administrado por vía subcutánea, con otro fármaco antiviral llamado ribavirina por vía oral. |