Alimentación España , León, Martes, 15 de junio de 2010 a las 17:20

Halladas las primeras prácticas funerarias del Mesolítico en el interior de la Península Ibérica

Un trabajo arqueológico reconstruye las características biológicas de dos individuos encontrados en la cueva de La Braña-Arintero

AMR/DICYT La cueva de La Braña-Arintero (en el municipio de Valdelugueros, norte de la provincia de León) alberga el primer referente de prácticas funerarias practicadas en el Mesolítico (la Edad Media de la Piedra, periodo prehistórico que transcurrió entre el 10.000 y el 5.000 antes de Cristo) en el interior de la Península Ibérica. Un trabajo de investigación desarrollado desde hace cuatro años y que ha contado con la colaboración de diversas universidades europeas, ha puesto de manifiesto que los restos humanos encontrados por cinco espeleólogos en esta cavidad responde a una nueva visión del mundo, en el que se hacía reposar eternamente los cuerpos. Esta perspectiva corresponde a las últimas sociedades de cazadores-recolectores.

 

El trabajo de investigación, que ve la luz a través de un libro divulgativo (Los hombres mesolíticos de la cueva de La Braña-Arintero) y de una exposición en el Museo de León, ha contado con la colaboración de más de una decena de expertos que han permitido reconstruir las características biológicas de los dos individuos mesolíticos encontrados en la cueva de La Braña-Arintero. Los especialistas también han podido reconocer el proceso de formación del yacimiento y el ritual del enterramiento, y han situado todo ello en su contexto cultural y cronoambiental.

 

La principal novedad de este enterramiento (se encontró a los dos individuos con un pequeño ajuar) es su emplazamiento. Hasta ahora no se habían encontrado tan al interior en la Península Ibérica, en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica. Ya existían testimonios de enterramientos similares del Mesolítico en zonas costeras. Estos datos, no obstante, pueden quedar superado cuando se sepan los resultados del estudio definitivo de los restos humanos de la cueva de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias).

 

El trabajo de investigación ha estado coordinado por los arqueólogos Julio Vidal y Encina Prada y ha contado con la participación de expertos de diferentes universidades, tanto españolas (Autónoma de Barcelona, Cantabria, León y Santiago de Compostela), como europeas (Burdeos I, Francia, y Oxford, Reino Unido). Los especialistas han podido determinar, a través de una prueba de carbono 14 sobre los huesos de los individuos, que tenían 8.000 años de antigüedad. Los esqueletos estaban acompañados de colmillos de ciervo, unos de los primeros testimonios de adornos personales en Europa, y reposaban en el interior de la cueva, lejos del alcance de animales.

 

La exposición temporal inaugurada hoy, con motivo de la presentación del libro, muestra algunos de los descubrimientos, como algunos huesos y parte del ajuar. La Junta de Castilla y León es la responsable de la tutela de los vestigios y, con esta acción, pretende difundiros para explicar el pasado de esta zona de la Península Ibérica.