Salud España , León, Jueves, 23 de julio de 2009 a las 14:22

Farmacocinetistas de León describen los efectos de la combinación de fibra con un fármaco para el párkinson

En determinados casos, la enfermedad puede manifestar desórdenes gastrointestinales

AMR/DICYT El párkinson es una enfermedad que, además de las conocidos temblores musculares y la debilidad en los movimientos que ocasiona, tiene una serie de reacciones secundarias que se pueden manifestar en quienes la padecen. Una de ellas son los desórdenes gastrointestinales. Para que el organismo procese correctamente los alimentos, se utiliza habitualmente fibra alimentaria, pero este compuesto puede afectar a la absorción de los fármacos con los que se trata la enfermedad neurogenerativa. Un equipo de investigadores en farmacocinética de la Universidad de León ha comenzado un ensayo clínico con pacientes con párkinson inicial que pretende conocer estas interacciones entre el medicamento más utilizado en la afección.

  

Inicialmente, la investigación del grupo de investigación del área de Farmacología de la Universidad de León comenzó en conejos. En estos modelos animales, los científicos trataban de observar modificaciones en la farmacocinética de la Levodopa, el fármaco que de forma conjunta con la Carbidopa, más se utiliza en pacientes con la enfermedad neurodegenerativa. Del llantén indio o ispágula (Plantago ovata), una planta herbácea muy ramificada que se encuentra en todo el planeta, se obtienen medicamentos relacionados para facilitar el tránstito gastrointestinal. En las cáscaras de sus semillas, en la gluma como también se le conoce, se encuentra una importante fuente de fibra soluble. Los investigadores del Departamento de Ciencias Biomédicas plantearon la unión de los dos factores (fibra procedente del llantén indio y Levodopa) para conocer si interactuaban.

 

Así, en una única administración, se dio a los animales estos dos compuestos. Como el comportamiento fue normal, los investigadores decidieron administrar varios días el tratamiento. "El fármaco no se toma en  una ocasión y se deja de tomar, sino que se es constante en su uso", indica a DiCYT Nélida Fernández, una de las integrantes del grupo, "y pretendemos asemejar el experimento a las condiciones reales de los tratamientos del párkinson". Con la fibra procedente del llantén indio, la Levodopa no sólo permanecía más tiempo en la sangre, sino que los individuos no sufrían tantas oscilaciones.

 

Efectos en conejos estreñidos

 

El siguiente paso, publicado en el número de julio de la revista científica internacional Drug Metabolism and Disposition, fue reproducir el estreñimiento que padecen algunos enfermos de párkinson en los conejos para asemejar la investigación aún más a las condiciones de los pacientes. "Se observaron los mismos resultados: concentraciones de Levodopa durante más tiempo y más constantes", añade Juan José García, responsable del grupo de investigación y como Fernández, profesor de Farmacología en la Universidad de León. No sólo esto, a mayor tiempo de tratamiento (14 días) y más cantidad de fármaco (400 miligramos), los conejos presentaban una respuesta más uniforme. Otro estudio no publicado ya ha trasladado el trabajo a un ensayo clínico, con pacientes con párkinson inicial. Este último paso está incluido en una tesis, por lo que los resultados se harán públicos en su lectura, programada para septiembre.

 

La Plantago ovata produce en las cáscaras de las semillas la fibra soluble. Esta planta se ha estudiado con profundidad en el ámbito científico porque se utiliza para regular el tránsito gastrointestinal y disminuye los niveles de glucosa en diabéticos o el colesterol. Además, se comercializa en muchos países. "En sentido general, las fibras solubles y no solubles tienen propiedades distintas", explica García. "Una de ellas es la modulación de los procesos de absorción gastrointestinal. En esta vertiente, también pueden modificar la absorción de fármacos", prosigue. “Elegimos la Levodopa porque al ser el más utilizado en párkinson, reduce la cantida fármacos a investigar”, añade. Los fármacos interaccionan entre sí y con los alimentos, lo que modifica sus perfiles cinéticos. Como en el caso del experimento con la Levodopa se obtuvieron niveles sanguíneos idénticos, los resultados fueron positivos. "Mismos niveles deben garantizar misma resuesta, pero hay más factores mensurables", explica el experto.

 

El equipo

 

La Farmacocinética es la disciplina de la Farmacología que estudia cómo un organismo procesa un fármaco. Hay, de forma genérica cuatro procesos: absorción, distribución, metabolización, excreción. El grupo de investigación de la Universidad de León, estable desde 1980 y formado por cinco farmacéuticos y veterinarios de formación y apoyado por diferentes becarios, se centra en el primer punto. Los farmacocinetistas de este equipo forma un grupo de excelencia financiado por la Junta de Castilla y León. Además, pertenecen al Instituto Universitario de Biomedicina de la Universidad de León. La investigación ha estado patrocinada por una empresa privada.