Salud España , Salamanca, Martes, 19 de enero de 2010 a las 18:41

Expertos en diferentes l铆neas de investigaci贸n sobre autismo buscan una mayor colaboraci贸n

El Instituto de Neurociencias de Castilla y Le贸n ha acogido hoy una jornada con especialistas en aspectos cl铆nicos, gen茅ticos y psicol贸gicos

JPA/DICYT El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se aborda en la actualidad desde varias líneas de investigación que apenas tienen relación entre sí, a pesar de que los expertos son conscientes de que una mayor colaboración podría propiciar mayores avances. Sin embargo, por el momento es difícil encontrar puntos de encuentro entre los aspectos psicológicos, genéticos y clínicos de la enfermedad. Por ello, el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) ha celebrado hoy una jornada multidisciplinar en la que varios especialistas de distintas ramas han puesto en común los aspectos más relevantes de cada una de ellas en relación con el autismo.

 

La idea común es que "hay que enfrentarlo de manera multidisciplinar", ha afirmado en declaraciones a DiCYT José Ramón Alonso, catedrático de Biología Celular de la Universidad de Salamanca e investigador del Incyl. "El problema es que todavía sabemos demasiado poco, de aquí a 10 años no vamos a reconocer el estado del conocimiento sobre esta cuestión", augura, confiando en un rápido avance en los próximos años.

 

Alonso ha estado acompañado en la mesa redonda celebrada hoy por Ricardo Canal Bedia, profesor del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos de la Universidad de Salamanca y miembro del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (Inico), que es especialista en terapias del comportamiento; así como por José Santos Borbujo, pediatra del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, especialista en niños con trastornos del desarrollo, experto en problemas de diagnóstico y en el seguimiento de la enfermedad.
 

"Son distintas líneas que intentan confluir y colaborar más de lo que hasta este momento se ha podido". Desde el punto de vista de la Biología Molecular, que representa Alonso, uno de los problemas es que no se dispone de un buen modelo animal. "Los psicólogos hacen el diagnóstico basado en comportamiento, pues bien, si conseguimos que ese comportamiento vaya unido a la identificación de unos genes, podríamos tener ratones con unos genes comparables", indica, de manera que los científicos podrían experimentar con ellos.

 

Sin embargo, aún se está lejos de ello. Un ejemplo de los problemas que hay para desarrollar este tipo de investigaciones es la falta de relación entre los sistemas de diagnóstico de la enfermedad por parte de los psicólogos y la Genética. Así, un indicio de autismo en los niños pequeños es que no realicen el gesto de indicar con el dedo, ya que la mayoría de los niños que se relacionan con normalidad sí lo hace. Pues bien, "eso no sabemos cómo trasladarlo a un modelo animal".

 

Tampoco se ha identificado por el momento un "gen del autismo", aunque todo apunta a que se trata de una enfermedad de origen genético. De hecho, un estudio publicado recientemente apunta a que ya está probado que en el 25% de los casos existen alteraciones genéticas, cuando hasta hace apenas unos meses sólo se habían identificado cambios genéticos en un 5%. En cualquier caso, se trata de casos que los especialistas llaman "mutaciones de novo", es decir, "que aparecen por primera vez en una persona, lo cual explica que otros hermanos no lo tengan o que no se herede de los padres", apunta Alonso. Además, este caso no se da, porque las personas con autismo y, por lo tanto, con problemas graves de comunicación, no suelen tener hijos.