Estudian bacterias que generan energía eléctrica
UNAL/DICYT En un prototipo experimental, los microorganismos –bacilos grampositivos encontrados en la arena del campus de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz– descomponen materias orgánicas –como mango, guayaba o naranja– e inorgánicas (sustratos) en una cámara para producir electrones; estos fluyen del ánodo (electrodo positivo) al cátodo (electrodo negativo) a través de un circuito elaborado con materiales conductores, como cables de cobre, para generar electricidad.
En busca de alternativas energéticas sostenibles que ayuden a contrarrestar el impacto del calentamiento global, evidente en algunas zonas de país como el Caribe, los estudiantes Olga María Caballero Yance, Jordan Jair Castiblanco Cantor, Doraine Tatiana Medina Barbosa, y Yefri Esteban Sánchez Almanza, de Estadística y de Ingeniería Biológica de la UNAL Sede de La Paz, están probando un sistema innovador en el que las bacterias son las protagonistas, lo que se conoce como bioenergía.
En Cesar, por ejemplo, el carbón se extrae a cielo abierto, lo que impacta en la conversión provisional de grandes zonas de suelo y conlleva a su erosión, y también a la contaminación del agua, una situación que afecta los ecosistemas y la biodiversidad.
Este proceso de bio-electrogénesis (generación de electricidad proveniente de procesos biológicos por organismos vivos) se implementó en celdas conformadas por dos frascos o contendores que se conectan con un filtro.
El estudiante Sánchez explica que “los bacilos grampositivos que usamos se incubaron durante cuatro días a 37 °C en un caldo de cultivo; después las bacterias, que son anaerobias (que viven y se multiplican en ambientes sin oxígeno), se ubicaron en lo que sería el ánodo del prototipo”.
Uno de esos frascos permite el acceso libre de oxígeno y el otro no. La parte sin oxígeno contiene la bacteria que se hizo circular por medio de una especie de motor.
“Dentro de las celdas hay grafito (mineral) conectado a unos alambres que permiten la circulación de los electrodos para luego generar la electricidad”, sustenta la estudiante Caballero.
Al final se logró una corriente de 0,1 voltios a 0,3 minivoltios, todavía muy baja para encender un bombillo, por ejemplo, pero los estudiantes seguirán trabajando para obtener mejores resultados.
Ventajas de este proceso
Entre las ventajas ambientales de generar energía así están la anulación de la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes que contribuyen al cambio climático, y la disminución de enfermedades relacionadas con la contaminación.
Con respecto al tema económico, la iniciativa permitiría reducir hasta el 100 % de las tarifas, y entre las ventajas sociales está la posibilidad de llevar energía eléctrica a comunidades remotas y promover el desarrollo de dichas comunidades.