Ciencia España Valladolid, León, Miércoles, 17 de marzo de 2004 a las 18:53

“Este reconocimiento me hace pensar que hay cosas por las que merece la pena seguir trabajando”

Carlos Martínez Alonso, premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica 2003

Beatriz G. Amandi/DICYT  El ganador del Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica 2003, Carlos Martínez Alonso, ha atendido a DICYT desde su despacho madrileño del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y asegura sentirse “como un profeta en su tierra”, gracias a un premio del que, ni tan siquiera, se sabía candidato.

¿Cómo recibe el premio?
Con una gran satisfacción y alegría puesto que me hace sentirme profeta en mi tierra, con la importancia que eso tiene para mí. Además, se da el caso de que desconocía que fuese uno de los candidatos, por lo que ha supuesto una sorpresa enorme. Creo que es un reconocimiento muy importante y estoy muy contento. Esto, además, me hace pensar que, pese a lo ocurrido estos últimos días en Madrid, hay cosas por las que merece la pena seguir trabajando.

¿Cuáles son sus principales vías de investigación en la actualidad?
En estos momentos trabajamos para conocer cómo se generan las células del sistema inmune y para saber cómo patrullan por nuestro sistema, es decir, por las extremidades y el resto de los órganos del cuerpo humano. Conocer esto es importante por varias razones, entre ellas está que sabemos que las células tumorales utilizan en su metástasis o desarrollo un sistema similar al de estas células conocidas como linfocitos, por lo que creemos que se puede llegar a establecer comparaciones en su comportamiento. Los últimos diez años de trabajo nos han permitido conocer aspectos referentes a la supervivencia de los linfocitos, y estamos tratando de saber por qué su tarea de inmunizarnos contra las enfermedades no funciona en algunos casos como las enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas y cánceres.

¿Cuál es la labor de los linfocitos?
Su labor es garantizar la supervivencia de las células frente a agentes externos. Un ejemplo está en lo que conocemos como niños burbuja, que carecen de linfocitos y por eso cualquier agente patógeno externo que pueda entrar en contacto con ellos puede ser mortal, ya que carecen de defensas en su organismo.

¿Cuál es la aplicación de estas investigaciones?
La aplicación es muy amplia y está relacionada con las enfermedades que más morbilidad generan en estos momentos, como es el caso del cáncer, las enfermedades neurodegenerativas o inflamatorias crónicas, que provocan además los gastos más elevados del sistema sanitario. Con nuestros estudios esperamos poder adquirir también el conocimiento fisiológico necesario para determinar las dianas terapéuticas necesarias en la aplicación de fármacos.

¿Qué relación concreta existe entre el sistema inmune y el cáncer?
Hay dos aspectos fundamentales que relacionan el sistema inmune y el cáncer. El primero de ellos es a través de lo que conocemos como tumor primario. En este caso, nos encontramos con unas células que crecen de modo descontrolado y que no son eliminadas por el sistema inmunitario, aspecto que nosotros estamos investigando. Así, planteamos la hipótesis de que el tumor crea una especie de medio ambiente alrededor que previene de los linfocitos, de modo que éstos no los pueden matar; la otra hipótesis con la que trabajamos es que los sistemas de reconocimiento de los linfocitos se quedan bloqueados ante las células tumorales, no sabemos si puede ser porque cambie su entorno o porque se incide en algún aspecto que modifica el modo en que el linfocito percibe la célula tumoral. El segundo de los aspectos que menciona y que relacionan el sistema inmune y el cáncer tiene que ver con los tumores que se diseminan por diferentes órganos, ya que las metástasis que se producen en ellos son muy similares, como decía antes, a las de las células que patrullan nuestro organismo, lo que nos puede ayudar a conocer su comportamiento, y permitiría múltiples aplicaciones en la identificación de dianas terapéuticas que eviten la metástasis.

En su laboratorio mantienen un sistema de trabajo novedoso que aúna el esfuerzo público y el privado ¿qué ventajas conlleva?
El grupo de trabajo mantiene unas líneas de colaboración muy buenas con la farmacéutica más importante del mundo en estos momentos, que es Pfizer. Con esta colaboración conseguimos que nuestros esfuerzos de investigación más básica se vean completados a través de la aplicación clínica a través de fármacos. Pienso que el gran reto de la sociedad actual es trasladar ese conocimiento que se consigue en la investigación a la salud humana, para generar nuevas herramientas y desarrollar nuevos fármacos que combatan las enfermedades paciente a paciente. Ahora mismo avanzamos hacia la Medicina molecular o individualizada, y ese el gran reto al que nos debemos enfrentar, de modo que consigamos vivir mejor y más tiempo.

Al otorgar el premio, el jurado hizo mención a su apuesta decidida por quedarse en España a trabajar, ¿qué razones han hecho que usted volviera a su país?
He trabajado y vivido en muchos países, desde Estados Unidos a Canadá, pasando por Suiza, Alemania, Francia y Suecia y en estos dos últimos tenía trabajo permanente. Sin embargo, aunque sabemos que España no es el paraíso de los científicos, pienso que, entre todos, tenemos que tratar de construir un país dueño de su futuro y que ocupe el lugar en el mundo que nosotros queremos. En otros aspectos estamos más avanzados, pero en Ciencia tenemos que trabajar, y hacerlo aquí si queremos conseguir ese lugar en el mundo, aunque es necesario salir fuera también para completar la formación. En los últimos años se había realizado un esfuerzo de inversión que se vio ralentizado hace un tiempo. Ahora hemos visto como los partidos políticos que concurrieron a las elecciones vuelven a tener en cuenta este aspecto y plantean importantes inversiones, lo que hace que investigadores y científicos estemos esperanzados.