Alimentación España , Valladolid, Jueves, 22 de abril de 2010 a las 14:35

En 2020 la mitad de los castellano leoneses podrían sufrir enfermedades alérgicas

Los expertos consideran que la inmunoterapia específica es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de estas enfermedades

CGP/DICYT Entre 2010 y 2020 cerca del 50 por ciento de la población de Castilla y León podría padecer enfermedades alérgicas como asma o rinitis, que presentan una tendencia al alza, e incluso anafilaxia, una reacción inmunológica severa en todo el cuerpo que supone la complicación más grave. Así lo señala un estudio sobre el impacto de las enfermedades alérgicas en la región al que ha tenido acceso DiCYT y que ha sido elaborado por la Sociedad Castellano Leonesa de Alergología e Inmunología Clínica (Sclaic) en colaboración con Alicia Armentia, de la Sección de Alergia del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.


En la actualidad, sólo en Castilla y León se estima que existen más de medio millón de alérgicos y cerca de 135.000 sufren asma, una enfermedad que tiene causa alérgica en el 40 por ciento de los casos. La doctora Armentia ha logrado recoger en una base de datos, a través de su labor asistencial, docente e investigadora, un total de 19.718 casos atendidos en los últimos 20 años por alergia ambiental.


Así, establece que en el área de Valladolid, de todas las pruebas llevadas a cabo con los pólenes presentes en la atmósfera, se han comprobado sensibilizaciones a diferentes especies. Un 70 por ciento de los pacientes (13.842) dieron una respuesta positiva a pólenes de gramíneas y árboles. De ellos, el 47’12 por ciento (9.312) eran alérgicos a gramíneas espontáneas, aquellas no cultivadas con las que no se ha contactado a través de la dieta. De este modo, casi la mitad de las sensibilizaciones a todos los pólenes se correspondían con las gramíneas silvestres.


En cuanto a las gramíneas cultivadas, se obtuvieron sólo 41 sensibilizaciones (un 0’2 por ciento), lo que llama la atención teniendo en cuenta que la abundancia de los pólenes de trigo y cebada en los campos de Castila. Según recoge el trabajo, “el pan de trigo es un alimento de consumo diario en la dieta española y particularmente en la castellana, lo que da lugar a un contacto permanente con los antígenos incluidos en los alimentos de la dieta por vía digestiva desde la edad infantil”.


Respecto a las oleáceas, se han detectado 1.779 sensibilizaciones (un 9’02 por ciento de los casos de alergia ambiental), mientras que las sensibilizaciones a pólenes de árboles como chopos y álamos se sitúan en el 5’52 por ciento (1.089 afectados). En el caso de los arbustos, se han obtenido 802 respuestas positivas (un 4’06 por ciento); en el de las flores, 508 sensibilizaciones (un 2’57 por ciento); en el de las parietarias (planta de la familia urticáceas) 48 (un 0’24 por ciento), y una incidencia similar en el caso de pináceas, girasol o artemisia. Finalmente, se han contabilizado 153 sensibilizaciones a pólenes de alfalfa y leguminosas, un 0’77 por ciento del total.


Avances terapéuticos


A juicio de los expertos, la inmunoterapia específica es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la enfermedad alérgica (rinoconjuntivitis y asma bronquial), a diferencia del tratamiento dirigido a eliminar síntomas. Pese a que se conoce desde finales del XIX, hasta las últimas dos décadas no se han realizado ensayos clínicos para estudiar su eficacia en enfermedades alérgicas. El avance en las técnicas bioquímicas y de biología molecular ha posibilitado un notable avance en la calidad de los extractos alergénicos indispensables en la investigación y en el tratamiento.

 

En esta línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la eficacia de la inmunoterapia en el tratamiento de estas enfermedades, ya que la alergia en realidad “no es a un polen específico sino a proteínas que se encuentran en él y que pueden estar presentes en diversos pólenes o alimentos”. Por este motivo, gracias a las técnicas de diagnóstico molecular que se están introduciendo en las consultas de alergología se va a poder determinar debido a qué moléculas se produce la reacción, y no a qué pólenes, lo que permitirá “identificar los alergenos a los que un paciente se sensibiliza y predecir el riesgo relativo asociado a cada alergeno”.

 

Con estos avances, el tratamiento se diseñará para cada paciente en función de los alérgenos a los que es sensible. Así, una vacuna contra una sola proteína puede ofrecer protección frente a diferentes tipos de pólenes y alimentos que comparten un mismo componente alergénico. La eficacia de este tipo de tratamiento, a su vez, reside en el diagnóstico por parte del especialista en Alergología.

 

En este diagnóstico molecular España es pionera a nivel mundial a través del estudio realizado en la Red Temática de Investigación Cooperativa Vegetalia, cuyo coordinador es el investigador castellano leonés Javier Cuesta Herranz, de la Fundación Jiménez Díaz.

 

 

Ampliación de la red de estaciones de captación y medida
La Administración regional ha potenciado recientemente el sistema informativo sobre concentraciones de pólenes y alergia con la puesta en marcha de nuevas actuaciones. En materia de sanidad ambiental, las novedades se centran en la ampliación de la red de estaciones de captación y medida con tres nuevas instalaciones ubicadas en Aranda de Duero (Burgos), Béjar (Salamanca) y Benavente (Zamora), que se suman a las otras 12 puestas en marcha; y la creación del Registro Aerobiológico de Castilla y León (Racyl) como sistema de información para la prevención de la alergia originada por el polen, esporas fúngicas y otros posibles alérgenos procedentes de vegetales, en base a los niveles presentes en la atmósfera.


Del mismo modo, Racyl se encargará del asesoramiento científico y técnico a través de tres iniciativas: la creación de una Comisión formada por alergólogos de los diferentes hospitales de la comunidad; la incorporación de la Sociedad Castellana y Leonesa de Alergología e Inmunología Clínica al Registro y a su Comisión de asesoramiento, y la mejora de los sistemas de información a los profesionales sanitarios. Finalmente, se ampliará la información a los ciudadanos, profesionales y comunidad escolar por medio del teléfono 900 222 000, el portal sanitario de la Junta y la edición y difusión de material divulgativo.