Nutrition Spain , Burgos, Wednesday, June 01 of 2005, 19:20

Elena Espinosa tilda de "fundamental" la inversión en I+D+i para conseguir alimentos seguros y de calidad

La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación clausuró hoy en Burgos el III Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos

Sergio Corral/DICYT La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, que clausuró hoy en la Universidad de Burgos el III Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, destacó que “la inversión en ciencia y tecnología de los alimentos es fundamental para lograr productos alimenticios diversificados, seguros y de calidad, cumpliendo con el modelo alimentario europeo”. Un modelo, explicó Espinosa que “debe basarse en la diversidad, calidad y seguridad alimentaria, el aumento de la competitividad de las industrias y la satisfacción de los deseos de información del consumidor”.

La titular de la cartera de Agricultura, Pesca y Alimentación valoró positivamente la celebración de este congreso, en el que han participado alrededor de 250 expertos en tecnología de los alimentos procedentes de diferentes universidades y centros de investigación de toda España, ya que “se ha tenido en cuenta uno de los factores más importantes de nuestra industria agroalimentaria y también de la producción de alimentos, como es todo lo relacionado con investigación, desarrollo e innovación”. Aunque la ministra reconoció que “todos los procesos relacionados con la seguridad alimentaria que se realizan en España son de muy buena calidad”, insistió en la necesidad de seguir avanzando en todos los temas vinculados con la I+D+i. En primer lugar, dijo Elena Espinosa, “para cubrir las exigencias de los consumidores y para conseguir una buena adaptación a los nuevos gustos” y, en segundo lugar, para “reforzar con todo ello a una industria agroalimentaria y ayudarle a que sea cada vez más competitiva en un mundo globalizado”.

Elena Espinosa añadió que el trinomio I+D+i tiene dos grandes vertientes que han sido tratadas en el congreso. Por un lado están los nuevos productos, en los que “prima la innovación, cubriendo aspectos nuevos demandados por la sociedad actual como son los alimentos funcionales, adaptados a la nuevas formas de vida; los productos innovadores que ofrecen sabores y prestaciones novedosas e incluso los productos que satisfacen los gustos de la población inmigrante”. Por otro lado, los alimentos tradicionales para los cuales “se deben desarrollar mecanismos que permitan diferenciarlos, tipificarlos, preservarlos y valorizarlos como parte del patrimonio cultural y del modelo alimentario nacional”, manifestó.

Dos frentes de actuación 

La ministra insistió en su intervención que su gabinete actúa en dos frentes diferentes. Por una parte, estarían todas aquellas actuaciones que “se pueden hacer desde el propio ministerio, y que se centran en participar en investigación y desarrollo a iniciativa de alguna comunidad autónoma o centros de investigación”. Por otra se trataría de propiciar que “esos centros de investigación salgan adelante”. Como ejemplos de esta segunda vía, la ministra recordó los esfuerzos económicos que su ministerio está realizando en el futuro Centro Tecnológico Agroalimentario de Lugo, que “estará abierto a la participación de universidades, empresas y cualquiera que quiera entrar en él”, o al que se está construyendo en Jaén a iniciativa de la propia Diputación y de la Junta de Andalucía, en el que “el ministerio va a participar”. En cuanto a ayudas económicas directas, añadió la ministra, "lo que hacemos es prestar ayuda a aquellos proyectos que se presentan por lo que, evidentemente, “as ayudas que se conceden dependen mucho de la demanda que nosotros recibamos en el ministerio”. De los fondos para financiar proyectos de inversión industriales, de acuerdo con programas comunitarios en el periodo 2000-203, el 5% se destinó a nuevas tecnologías y el catorce a innovación y medio ambiente. 

Espinosa recordó otras áreas temáticas cuyas conclusiones van a significar un avance en el sector agroindustrial y de consumo en España, como son las relacionadas con el análisis de alimentos y la utilización de altas presiones en la industrialización. En este sentido, en Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha organizado, con las comunidades autónomas de Castilla y León, Cataluña y Andalucía, el III Congreso Virtual Iberoamericano sobre Gestión de Calidad en Laboratorios que “se está desarrollando con gran éxito de comunicaciones y visitas”.

Además de las ayudas propiamente dichas, Espinosa recordó que su ministerio tiene establecido un Premio a la Mejor Empresa Alimentaria Española, una de cuyas modalidades es la Innovación y la Inversión en Tecnología. “La tecnología se ha convertido en lo que los técnicos denominan una ventana de oportunidad, por lo que debe ser valorada como una importante herramienta estratégica”, manifestó. La alimentación, la ciencia y la tecnología de los alimentos, son temas complejos en los que “no sólo intervienen planteamientos técnicos o económicos, sino medioambientales, sociales y en relación a la salud”, matizó la ministra quien añadió que “se trata de un tema de presente y futuro, puesto que la Unión Europea tiene previsto intensificar las políticas de apoyo a la innovación, tanto en procesos como en productos”.

Alto nivel científico

Por su parte, Manuel Pérez Mateos, director del III Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, valoró “el alto nivel científico de las comunicaciones y ponencias presentadas”, y afirmó en su intervención en la jornada de clausura que “que el panorama científico y técnico de la Ciencia y la Tecnología de los alimentos en España es optimista”. En este sentido, destacó el hecho de que “todas las cuestiones que se han abordado relacionadas con casi todas las facetas que tienen que ver con la producción, transformación, distribución y consumo de los alimentos, han sido muy interesantes”.

Aunque el tema estrella de este congreso ha sido la seguridad, que es precisamente sobre le que más comunicaciones se han presentado, Pérez Matéos recordó que “también se han abordado otros relacionados con la detección de posibles toxinas o sustancias contaminantes; fraudes, que intentan evaluar el cambio de la composición de los alimentos; nuevos sistemas para la conservación de alimentos y temas de análisis y de modificación genética”.

El director del congreso recordó que “la facultad de Burgos, creada en el año 1991, fue la primera homologada en impartir la titulación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos”. Un hecho, concluyó Pérez Matéos, que “nos permite asegurar sin ningún tipo de complejos que la Facultad de Ciencias y este departamento en concreto tienen un nivel de calidad científica que puede someterse a cualquier proceso de evaluación”.