El tratamiento de abusos en el uso de nuevas tecnologías, más entre adultos que en adolecentes
Antonio Martín/DICYT Una jornada sobre adicciones y Educación que organiza la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Burgos ha permitido contextualizar la situación de las adicciones y abusos de las nuevas tecnologías. El responsable de Formación de los Terapeutas del Proyecto Hombre de Burgos, Fernando Pérez del Río, ha indicado que las adicciones a internet y las tecnologías de la información y la comunicación son "las más discutibles" de las que existen y que existen "pocos casos graves que lleguen a Atención Primaria". En todo caso, según ha observado este especialista, los abusos en el uso de las nuevas tecnologías se producen más a edades adultas que en la adolescencia.
"Se ha exagerado con estos asuntos, pero esto no significa que no haya que tener cuidado y que no haya que prevenir sobre los abusos en el uso de las nuevas tecnologías", matizó a DiCYT Pérez del Río. El responsable e investigador de Proyecto Hombre participa, junto a otros profesionales que trabajan con adicciones (psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, educadores sociales, médicos, enfermeros, psicopedagogos), profesionales del ámbito de la educación, la salud y las ciencias sociales, profesores de la Universidad, médicos y estudiantes en la jornada Adicciones y Educación, en que hasta mañana 7 de abril reflexionarán sobre las nuevas adicciones químicas y tecnolúdicas, el abuso de las nuevas tecnologías y de la televisión, el uso de sustancias y los trastornos psicopatológicos y su tratamiento. Las jornadas están dirigidas por los profesores de la Universidad de Burgos Raquel de la Fuente y Fernando Lara.
Fernando Pérez del Río indicó que "existe un proceso fuerte" por el que "cada día han surgido más problemas psicológico de diagnóstico diferente". Este proceso comenzó en los años 80 del siglo XX con la aparición clínica de la ludopatía, "que abrió la puerta a las adicciones sin substancias". En los años 90, según el relato de Pérez del Río, se incorporaron otras adicciones, como a las compras o al sexo y en la primera década del siglo XXI el uso de internet. "Pero también surgió un movimiento que pretende conocer hasta qué punto son problemáticos estos usos". Así, surgió el debate sobre "qué dependencias son problemáticas y cuáles no, y cuáles son los límites de cada una". Según indica el responsable de Formación de Terapeutas de Proyecto Hombre de Burgos, "muchos clínicos estamos en contra de los excesos de diagnóstico, y los primeros responsables de la aparición de nuevos conceptos de adicciones somos nosotros mismos".
El especialista rebate la imagen de la adicción a las nuevas tecnologías y considera que existen "muchos usos problemáticos, como pasar muchas horas delante de los videojuegos, pero pocos casos que llegan a Atención Primaria". Sin embargo, el fenómeno es interesante científicamente por tres factores, según Pérez del Río. En primer lugar, "las nuevas tecnologías son una parte más del escenario de una persona, como lo es, de manera convencional, la familia". En segundo lugar, "hay que conocer a nivel preventivo qué pasa con su uso y abuso, ya que puede servir de caso de uso para luego trabajar con drogas". En este caso, servirían de campo de entrenamiento para los problemas con drogadicciones que se pueden presentar en adolescentes. En tercer lugar, existe una demanda e inquietud en la sociedad: "Hay muchos padres asustados".
Los datos
Según los datos que maneja Pérez del Río de experiencias propias de centros de asistencia en Burgos y Valladolid, "resulta que la gente que llega a tratamientos son adultos, y no adolescentes". Los perfiles son también diferentes que ante las drogas. De este modo, según los datos de Proyecto Hombre de Burgos, las adicciones sin substancia (se incluyen adicción al sexo y a las compras, además de las nuevas tecnologías, pero no la ludopatía) se producen en un 50 por ciento entre mujeres, cuando en el caso de la drogadicción afecta a un 15% de féminas. También se produce más habitualmente en titulados universitarios que en los casos de dependencia de drogas. La experiencia de Burgos y Valladolid muestra que las edades medias de tratamientos se sitúan en la treintena. El centro Cetras de Valladolid, según reporta Pérez del Río, tiene una media de personas con abusos de las nuevas tecnologías que frisa los 37 años. En el caso de los videojuegos, la media baja a los 22 años.
Según interpreta el especialista, que ha colaborado en investigaciones sobre adicciones en la provincia de Burgos con el profesor Fernando Lara, el 6'3% de la población general burgalesa pasa más de 25 horas a la semana jugando a videojuegos en ordenadores o consolas. "Es fácil hacer un uso inadecuado de estas tecnologías", reconoce. Fernando Lara presentará esta prospectiva mañana, durante la segunda sesión de las jornadas.
El responsable de Proyecto Hombre de Burgos indica que en la actualidad, la investigación científica se enfoca "a conocer los efectos a largo plazo". "Puedes estar 60 horas a la semana jugando, sin que se produzca una adicción, pero, ¿qué sucede si tienes esta conducta durante años?" Un metaestudio realizado en Estados Unidos con datos de 173 investigaciones científicas trata de dar respuesta y pueden servir para España. "Se ha observado que estas personas comienzan a fumar y a mantener relaciones sexuales antes, esto es interesante porque una variable para la prevención, recogida en el Plan Nacional sobre Drogas de 2009, es precisamente evitar el comienzo temprano de la adicción, y en este colectivo se producen actitudes que pueden conducir a ello".