El paisaje determina la forma de los escarabajos de la Serranía del Perijá
UNAL/DICYT Una investigación revela que la forma de los escarabajos de la Serranía del Perijá depende del paisaje. Por ejemplo, en los bosques bien conservados se encuentran escarabajos con patas más largas y alas con formas más estrechas; si están en cultivos más altos sus alas son más alargadas, mientras que la longitud de las patas traseras o posteriores depende de qué tanto tapan los arboles el “techo” del bosque (cobertura del dosel), de la forma de los parches y de la distancia entre ellos.
Así lo evidencio la magíster en Ciencias Sandy Paola García Atencia, estudiante del Doctorado en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, quien adelantó su trabajo en los municipios de la Jagua de Ibirico –corregimiento La Vereda de San Isidro y sus veredas Alto de Las Flores, Zumbador y Nueva Granada– y Becerril –corregimiento de Estados Unidos y sus veredas Manantial, La Unión y Alto del Tucuy–, paisajes agroforestales de la Serranía del Perijá en Cesar.
Según la candidata a doctora, “estos resultados muestran que la estructura del paisaje juega un papel importante en el mantenimiento de diferentes dimensiones de la diversidad. Por lo tanto, garantizar un arreglo espacial que asegure la composición y la conectividad favorecerá la persistencia de comunidades con especies vinculadas a varias funciones ecosistémicas”.
Sobre la importancia de los escarabajos, menciona que “aunque muchos de ellos son conocidos como ‘plagas agrícolas’, el concepto de ‘plaga’ se restringe a las áreas muy homogéneas o parejas –en las cuales los organismos pueden proliferar sin control alguno–, pero en áreas heterogéneas, o más estructuradas, tienen funciones clave, por ejemplo en el estado larval remueven el suelo, lo airean y oxigenan para acondicionarlo y que otros organismos tipo plantas se establezcan allí”.
Otros se desarrollan en la madera en descomposición, por lo que contribuyen a desintegrar materia orgánica en los ecosistemas, mineralizando los suelos y aportando nutrientes para que en los hábitats se dé este flujo.
También están los controladores biológicos, que se alimentan del follaje de las plantas y pueden ayudar a estimularlo para que estas produzcan más. Otros escarabajos están asociados con la polinización.
Para su trabajo demarcó cuatro ventanas o polígonos de 2 x 2 km, es decir 4 km2, aproximadamente, y en cada uno ubicó ecosistemas de bosques, de regeneración y ecosistemas con cultivos de café, especialmente, que son los de mayor oferta en la zona de estudio.
También realizó muestreos en cada una de esas coberturas de bosque, de sistemas de cultivo y áreas de regeneración. Utilizó trampas de luz ultravioleta y trampas de cebo (frutas); en cada uno de los lugares dispuso un número igual de unidades de muestreo y recolectó los escarabajos.
Así, en la parte alta encontró especies como el escarabajo rinoceronte (Golofa), llamativo por sus cuernos; el escarabajo de la vid, del género Pelidnota, de color amarillo opaco o rojo-castaño, con tres manchas negras a lo largo de cada costado. De estos se hallaron específicamente tres especies: P. glaberrima, P. polita y otra que todavía tratan de identificar.
“Lo interesante es que en las partes más bajas registramos escarabajos representativos de los bosques secos; en la parte más alta encontramos unos escarabajos con distribuciones para los Andes colombianos y otros con distribución poco conocida, que saldrán en la revista Ecological Entomology, donde seguramente vamos a aportar esa información como nuevos registros de distribución”, recalca.
El trabajo contó con la asesoría de la profesora María Argenis Bonilla Gómez, líder del grupo de investigación Biología de Organismos Tropicales (Biotun), y fue codirigido por Claudia Moreno Ortega, experta en análisis de la diversidad.