Espacio Costa Rica , Costa Rica, Martes, 22 de septiembre de 2020 a las 09:28

El meteorito de Aguas Zarcas seduce a los investigadores por su alto valor científico

Desde su caída, en la zona norte de Costa Rica, el 23 de abril del 2019, ¿cuánto se ha avanzado en el conocimiento sobre este hecho histórico?

UCR/DICYT Recientemente, se han dado a conocer algunos hechos que apuntan a que este meteorito, una condrita carbonácea, es poco común y puede brindar información trascendental para seguirle el rastro a la evolución de la vida en nuestro sistema solar, desde estadios tempranos de su formación.

 

A poco más de un año de su caída en suelo nacional, el meteorito ha cobrado relevancia tanto fuera como dentro del país, debido precisamente a las nuevas revelaciones científicas dadas a conocer en revistas internacionales sobre meteorítica.

 

La gran novedad estriba en que los fragmentos del meteorito caídos en casas, pastizales, potreros y caminos en el cantón de San Carlos, son ricos en carbono. La presencia de elementos orgánicos lo diferencia de la gran mayoría de meteoritos, constituidos por piedra o metales.

 

El meteorito de Aguas Zarcas es un remanente del sistema solar en su etapa inicial, indican los expertos. Está compuesto por moléculas orgánicas, como los aminoácidos, que son la base de las proteínas y desempeñan un papel clave en casi todos los procesos biológicos.

 

Sin duda, este hallazgo abrirá nuevas ventanas de investigación y arrojará datos inéditos en las próximas décadas sobre cómo se formó el sistema solar y sobre el origen de la vida en la Tierra.

 

Como lo explica la revista Sciense Magazine en un artículo semanas atrás, estos componentes orgánicos extraterrestres “ilustran cómo las reacciones químicas en el espacio dan lugar a precursores complejos para la vida; algunos científicos incluso creen que rocas como Aguas Zarcas dieron un empujón a la vida cuando se estrellaron contra una Tierra árida hace 4500 millones de años”.

 

Las teorías sugieren que la Tierra sufrió un intenso bombardeo de asteroides y cometas, los cuales trajeron con ellos agua y elementos orgánicos. Esto permitió que más tarde apareciera la vida en nuestro planeta.

 

“No sabemos realmente cómo se originó la vida en la Tierra, porque no tenemos detalles fósiles de cuerpos microscópicos”, asegura Gerardo Soto Bonilla, investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR).

 

Para el geólogo, podría ser que algunos de estos asteroides carbonáceos hayan caído en nuestro planeta y la interacción con los océanos primitivos pudo haber originado las reacciones necesarias para la generación de una vida más compleja, hacia la formación de células.

 

Soto es uno de los investigadores costarricenses que participó en la descripción inicial del meteorito de Aguas Zarcas. El geólogo de la Escuela Centroamericana de Geología de la UCR recuerda a este hecho como el acontecimiento científico más importante del 2019 de nuestro país. “La caída de un meteorito no había sucedido en Costa Rica en siglo y medio”, subraya. Y no se trató de cualquier meteorito.

 

Los meteoritos carbonáceos no son muy frecuentes, solo alrededor de un 3 % de todos los meteoritos condríticos son de la clase CM2, como el de Aguas Zarcas.

 

Hace 51 años había caído otro del mismo tipo CM2 en Australia, el Murchison, uno de los más analizados por la comunidad científica y en el que ya se habían encontrado aminoácidos extraterrestres.


Un meteorito especial

 

A criterio de Soto, Aguas Zarcas es un meteorito muy especial por varios motivos.

 

En primer lugar, cayó y se pudo recuperar casi de inmediato, antes de que mucha gente lo tocara y lo contaminara o le cayera la lluvia, que habría disuelto algunos de sus componentes solubles.

 

“Tuvimos la suerte de que en Aguas Zarcas, donde llueve tanto, no llovió durante casi cuatro días y muchos de los fragmentos recuperados no se mojaron”, explica el geólogo.

 

En segundo lugar, descendió gran cantidad de pedazos de roca en la zona y se lograron recuperar 27 kilos que fueron comprados por comerciantes extranjeros. Algunos fragmentos acabaron en universidades y museos y esto ha posibilitado que en estos momentos haya varias investigaciones en curso.

 

“Esta oportunidad de tener muchos fragmentos en varios laboratorios del mundo es lo que está permitiendo que mucha gente los pueda analizar”, señala el investigador.

 

Tras el ingreso del meteorito a la atmósfera terrestre y haber caído en el cantón de San Carlos, investigadores de la Escuela Centroamericana de Geología de la UCR establecieron contacto con una familia cuya vivienda fue impactada por uno de los principales fragmentos, en La Caporal de Aguas Zarcas.

 

Así se logró realizar la documentación del acontecimiento con todos los detalles sobre la observación del bólido y su campo de caída, su desintegración en muchos pedazos, los análisis morfológicos de la roca y petrográficos.

 

Esos primeros estudios científicos, efectuados en nuestro país, disiparon las dudas de la población expectante, al mostrar que efectivamente se trataba de un meteorito. “Lo que hicimos en Costa Rica fue describir el meteorito de manera general para que quedara en los anales históricos”, rememora Soto.

 

Los resultados de esta primera etapa de investigación fueron publicados en el artículo titulado “El condrito carbonáceo Aguas Zarcas: bólido, caída y recuperación de un meteorito extraordinario del tipo CM2”, incluido en la Revista Geológica de América Central, de la UCR. Los geólogos Oscar Lücke Castro, Pilar Madrigal Quesada y Gerardo Soto Bonilla son sus autores.

 

Asimismo, está disponible en el mismo enlace un modelo 3D del meteorito, que se puede descargar para observar las características de la corteza y los remaglitos que se formaron durante el vuelo en la atmósfera terrestre.

 

"Por las características que vimos y el olor de la roca, nos pareció un meteorito poco común. Ahora pensamos que la importancia del meteorito es mayor que la que le dimos al principio, por el hecho de que podría dar elementos sobre la evolución del origen de la vida en el sistema solar", reafirma Soto.

 

La investigación del meteorito ha continuado en el último año en suelo nacional. En la UCR se han estado realizando análisis sobre la composición física y química de algunos fragmentos, explicó Pilar Madrigal, quien prefirió no brindar detalles debido a que aún los resultados no han sido publicados.

 

Desde su perspectiva, “al existir tan pocos registros de meteoritos carbonáceos, toda la información proveniente de ellos es sumamente valiosa e interesante, ya que nos da una idea de cómo son los compuestos orgánicos prebióticos que existían al inicio del sistema solar y cómo se distribuyen”.

 

Las técnicas de estudio modernas que se emplean tienen la ventaja de que no son destructivas, es decir, no hay necesidad de moler o despedazar los fragmentos del meteorito para observarlo en su interior.

 

Hace 50 años no existía toda la tecnología que sí hay ahora para estudiar a fondo el meteorito de Murchison y entender todos los elementos que lo constituyen. Por lo tanto, quizás no tenga que pasar tanto tiempo para que los científicos descubran todos los secretos que encierra el meteorito de Aguas Zarcas, un valioso tesoro.