Salud España , Valladolid, Lunes, 26 de mayo de 2008 a las 16:43

El Instituto de Farmacoepidemiología trata de identificar las variantes genéticas relacionadas con seis reacciones adversas a medicamentos

A través de un proyecto europeo denominado Eudragene en el que participan otros países y que por el momento ha recogido 300 muestras

YG/DICYT El Instituto de Farmacoepidemiología de la Universidad de Valladolid participa en un proyecto europeo denominado Eudragene cuyo objetivo es identificar las variantes genéticas que influyen en la susceptibilidad individual a desarrollar ciertas Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM) graves. El proyecto, del que forman parte centros de Francia, Italia, Suecia, Reino Unido, Austria, Bélgica Alemania, Irlanda y Holanda, se inició en 2003 y hasta el momento ha logrado recoger muestras sanguíneas de unos 300 pacientes de toda Europa que habían desarrollado alguna de las seis reacciones incluidas en el proyecto. El objetivo último es crear un biobanco para estudiar si determinadas variantes genéticas están detrás de cada una de estas reacciones.

 

El proyecto se inició de forma piloto analizando miopatías desencadenadas en pacientes que habían ingerido estatinas y posteriormente se amplió a otras cinco reacciones adversas: la tendinitis o rotura de tendón provocada por fluoroquinolonas (antibiótico), el daño hepático por antinflamatorios no esteroideos (AINE), la psicosis aguda causada por la toma de mefloquina (fármaco para la malaria), el Torsade de Pointes (un tipo de alteración cardiaca) asociada con el síndrome de alargamiento del segmento QT, y la agranulocitosis.

 

La coordinadora del proyecto en este Instituto, Inés Salado, explica que por el momento es España el país que más muestras ha aportado al proyecto, en concreto 124, de las cuales, la mayor parte proceden de pacientes con miopatías y daño hepático. Una vez se localiza que un paciente ha tenido una de estas seis reacciones adversas a través de una base de datos y que ha dado su consentimiento para participar en el estudio, su muestra de sangre se envía a un laboratorio de Holanda. Es allí donde se hace el genotipado y la información genética se almacena en una base de datos accesible sólo para investigadores y en la que anonimiza al paciente, precisa el director del Instituto de Farmacoepidemiología e investigador principal del estudio, Alfonso Carvajal.

 

Pero el número de muestras es aún insuficiente para poder llevar a cabo estudios de asociación. En este sentido, Carvajal considera que lo idóneo sería alcanzar 200 muestras para cada tipo de reacción adversa y de esta forma poder establecer una relación fiable entre las variantes genéticas y las reacciones.

 

Inicialmente fue la Unión Europea la que financió el proyecto con un millón de euros aunque ahora son varias empresas, además de la Agencia de regulación de medicamentos norteamericana, las que corren con los gastos de financiación. Según explica Carvajal, este organismo estadounidense está interesado sobre todo en las reacciones hepáticas, que constituyen la causa más frecuente de retirada de un medicamento del mercado, asegura el experto.