El inicio, cuando todos somos iguales
Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT Todos los mamíferos pasan por los mismos procesos básicos que aquí se tratan, aunque con diferente duración, en algunos suceden más rápido que en otros. En general, el desarrollo de los productos atraviesa tres grandes procesos. El primero es del cigoto a la mórula, que consiste en la diferenciación básica de los grupos de células. Aunque los adultos de las diferentes especies sean físicamente muy diferentes, en este primer proceso todos son semejantes. El segundo desarrollo es la transición de mórula a feto, en el que se realiza la diferenciación de las estructuras particulares de cada especie y que darán las características generales que nos permitirán su separación en el futuro. El tercer desarrollo es el de crecimiento. Una vez formado el feto (en el caso del humano ocho semanas) ya solamente es el crecimiento, maduración de los órganos y sistemas para que la cría pueda nacer.
El cigoto es la primera célula con toda la capacidad genética del nuevo ser, por la introducción del núcleo del espermatozoide en el óvulo, por lo que toda la información genética de los organelos y el citoplasma siempre es de origen femenino, debido a que éste no tiene aportación de la célula masculina, aspecto importante para muchos de los estudios genéticos. Una vez conformado el cigoto, la primera célula, ocurre el proceso de segmentación, cada segmento recibe el nombre de blastómero y son producto de una serie de divisiones celulares que empiezan en múltiplos de 2, es decir, la célula se multiplica a 2, 4, 8, y así sucesivamente. Las células blastómeras se consideran totipotenciales, lo que significa que pueden dar origen a cualquier tipo de célula. Todo esto sucede mientras el cigoto se trasporta por la trompa de Falopio hasta el útero, su destino final, en donde se implanta. Posteriormente, formará la mórula. Cabe hacer la aclaración de que a pesar de que la división celular es continua no existe un crecimiento físico, al contrario, todas las células van siendo cada vez de un tamaño más reducido.
En el momento en que el cigoto tiene más de 32 blastómeros (células) recibe el nombre de mórula. Los blastómeros tienen la primera separación de células para sus funciones que realizarán más adelante. La primera separación, se da en las células que van a proteger y mantener al producto llamado trofoblasto. El trofoblasto es la estructura que posteriormente dará origen a la placenta, pero en esta etapa temprana es muy importante para la fijación del blastómero al útero materno. La fijación del trofoblasto puede presentar tres condiciones diferentes. La primera es que no tenga la capacidad de adherirse al útero y por consiguiente al no tener fijación, el trofoblasto es expulsado del sistema reproductivo y se detiene de inmediato el desarrollo, debido a que se expulsa. El segundo caso es una unión muy débil, en este caso no existe una adhesión adecuada entre el trofoblasto y el útero, por lo que la comunicación del producto con la madre no va a ser la adecuada, lo que durante el desarrollo del producto se verá reflejado en una deficiencia de conducción de líquidos entre la madre y la cría. Esta mala conexión terminará desarrollando en un futuro problemas de salud para la madre y el feto como preeclampsia o un posible abrupto placentae (desprendimiento de la placenta). La preeclampsia proviene de la inervación sanguínea deficiente entre la madre y el feto, que ocasiona un efecto en la hipertensión arterial asociada a las alteraciones en la placenta, aunque también por la deficiencia sanguínea puede dañar otros órganos como riñones, hígado y cerebro. La tercera condición es el acoplamiento completo entre el blastómero y el útero, en éste la irrigación sanguínea entre la madre y el producto será la adecuada y el desarrollo de producto podrá continuar sin ningún problema.
El segundo producto diferenciado del blastómero es el embrioblasto. Este grupo de células son las que darán origen al embrión, incluyendo todos los diferentes tipos de tejidos, que en etapas posteriores darán origen a los diferentes tipos de células para formar las características específicas de cada una de las especies.
La tercera es el blastocele que empieza a formar una cavidad dentro del blastómero. En un futuro éste será el espacio en el cual el producto tendrá espacio para desarrollarse y en el que se encontrará el líquido amniótico, que funcionará como una estructura de protección para el embrión. Cuando el blastocele se encuentra fijado al útero y los tres precursores de tejidos ya están diferenciados es cuando se forma la blástula y posteriormente la gástrula.
Cuando la célula se encuentra unida al útero, empezará a recibir aportación de nutrientes por parte de la madre. Hasta antes de ésto, todo el desarrollo se había realizado por los nutrientes propios del óvulo (como si fuera un huevo de una ave o reptil). Es entonces cuando puede aumentar su desarrollo y además de incrementarse el número de células ahora pueden aumentar en tamaño.
La unión de dos células produce una reacción en cadena de segmentaciones, donde en una primera etapa, todos los mamíferos somos iguales, un blastómero. Las segmentaciones continúan y se van creando nuevas células con características propias para cada una de las especies, entonces es cuando nos comenzamos a diferenciar.