Health Spain , León, Tuesday, October 13 of 2009, 17:36

El Ibiomed y la Universidad de Bolonia obtienen mejoras en el daño por el ejercicio físico

Un experimento con ratas muestra que el sulforafano, un compuesto presente en las verduras, permite la recuperación del ejercicio físico intenso

AMR/DICYT ¿Puede una molécula, conocida por sus propiedades antioxidantes y con capacidad de reducir en estudios experimentales y sobre cultivos celulares la incidencia de patologías como el cáncer, ser beneficioso ante el ejercicio agudo, dadas unas características? Esta pregunta asaltó un día al personal investigador del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) cuando entraron en contacto con el sulforafano, uncompuesto presente en la verdura. Junto a la Universidad de Bolonia (Italia), acaba de obtener interesantes mejoras en el daño físico causado por un ejercicio intenso en un expermiento con modelos animales.


“Al demostrarse que el sulforafano posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, comenzamos junto al Departamento de Bioquímica de la Universidad de Bolonia un experimento con ratas que realizaban ejercicio intenso sobre un tapiz rodante”, explica Javier González Gallego, director del instituto. El Ibiomed ya tenía una amplia experiencia en el trabajo en los efectos del ejercicio. Junto a otros grupos, ha descrito que el ejercicio agudo en sujetos no entrenados puede ser negativo al incrementar la producción de radicales libres e inducir inflamación y estrés oxidativo. Ahora se trataba de paliar estos efectos. Los investigadores observaron que el daño era menor en ratas tratadas con sulforafano porque se activaba en los músculos un factor de transcripción que producía una mayor expresión de enzimas antioxidantes, en concreto de la denominada NQO1 (NADPH-quinona oxireductasa-1). El trabajo se publicará en el Journal of Applied Physiology, número uno del área de Deportes en el JCR (encargado de medir el impacto de las publicaciones).

 

Modo de actuación de la molécula antioxidante

 

El sulforafano se encuentra de forma abundante en crucíferas, especialmente en brócoli, coles de Bruselas, repollos y coliflores. La molécula fue descrita por primera vez en la Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins, en Baltimore (Estados Unidos), hace pocos años. Los primeros estudios de carácter epidemiológicomostraron que la ingestión de crucíferas podían reducir potencialmente la incidencia del cáncer y posteriormente se ha testado el sulforafano y comprobado que tiene propiedades potenciales anticancerígenas, antioxidantes y antiinflamatorias. Estas circunstancias la hacen interesante para muchas patologías. Se ha descrito que esta molécula tiene la capacidad de estimular el factor de transcripción Nrf2 (factor de respuesta eritroide). Cuando se activa, el sulforafano se une a los ARE (elementos de respuesta antioxidante). Los ARE funcionan como parte de determinados genes (especialmente de enzimas antioxidantes y de destoxificación). Cuando el Nrf2 se une a esta parte de los genes, aumenta su expresión e incrementa las defensas ante los radicales libres.