Medio Ambiente México , Baja California Sur, Miércoles, 19 de abril de 2023 a las 12:29
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

El hígado es en parte el centro del control del sistema inmunológico

Esta víscera tiene doble identidad, debido a que es órgano y glándula al mismo tiempo, realiza funciones físicas y químicas

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT El hígado es una de las vísceras que tiene doble identidad, debido a que es órgano y glándula al mismo tiempo, realiza funciones físicas y químicas que son importantes para el metabolismo en sí, específicamente para los sistemas digestivo, y circulatorio. Es responsable de una gran diversidad de funciones, que para la mayoría de nosotros son desconocidas, pero sus funciones son vitales para todos los vertebrados.


El hígado realiza diferentes funciones muchas de las cuales en general no percibimos, entre las más importantes se encuentran la síntesis de diferentes productos necesarios en el organismo como es el caso de las proteínas plasmáticas. Tiene actividad de almacenamiento de “emergencia” para cuando es necesario como el caso de vitaminas y glucógeno. Además, realiza la función de la desintoxicación de la sangre, que, a diferencia de los riñones, extrae los compuestos químicos que son tóxicos al organismo o las transforma para que le sean inocuas.


Entre las grandes cantidades de funciones que realiza el hígado en este momento nos centraremos únicamente en dos, las funciones inmunológicas y la desintoxicación de la sangre. Antes, debemos de saber que se entiende por inmunidad. La inmunidad en este caso la usamos como el proceso fisiológico por el que el organismo le hace frente a las infecciones, es decir, un mecanismo de defensa de organismos patógenos para detener la infección antes de que puedan causar la enfermedad, además de generar una memoria para posibles futuros contactos.

 

Parte de la inmunidad de los organismos se considera como innata, que implica que cuando una toxina, organismo externo entra al torrente sanguíneo o a las células, se activan los mecanismos inmunológicos. La respuesta se desencadena cuando son detectados por los receptores de reconocimiento. Estos receptores pueden reconocer componentes de amplios grupos de microorganismos o componentes de las células dañadas del mismo organismo que son consideradas como señal de que algo está mal. Otro método de adquisición de la inmunidad básica, es la adquirida de la madre por medio de la transmisión de anticuerpos al embrión durante el embarazo por medio de la sangre (inmunoglobulina G) o de la leche (inmunoglobulina A).


En específico para el proceso de inmunidad, el hígado posee células de Kupffer, que son células del tipo macrófagos y que fagocitan bacterias, virus y macromoléculas que el cuerpo interpreta como extrañas al organismo. Hay que considerar que por lo general, el término macrófago se relaciona a las células de la sangre, glóbulos blancos neutrófilos, que combaten a los microrganismos e infecciones de cuerpo.


Las células de Kupffer en el hígado también son la recicladora del organismo debido a que existen compuestos complejos que no pueden ser desechados en su totalidad, un caso de esos es la hemoglobina, es por ello que cuando los glóbulos rojos (eritrocitos) ya presentan algún proceso de deterioro, las células de Kupffer del hígado los fagocitan y destruyen dividiendo a la molécula de hemoglobina en sus dos componentes principales. Las cadenas proteicas son reutilizadas completamente y la hemoglobina es a su vez dividida para extraer el hierro que será reutilizado en la bilirrubina y enviado a la bilis.


El proceso de fagocitosis de las células de Kupffer las hace el objeto directo de lesiones por causa del etanol y su lesión es común en el alcoholismo crónico. El alcoholismo es detectado por las células del hígado que a través de diferentes métodos fisiológico termina afectado a las células de Kupffer por medio de la síntesis de colágeno y fibrosis, que causará cirrosis o pérdida de la función hepática.


Por otra parte, en el hígado se sinterizan la mayor parte de las proteínas de sistema del complemento, el cual está formado por unas 18 glucoproteínas que se encuentran en el suero de la sangre y se activan de forma secuencial en cascada. Este sistema juega un importante papel en la respuesta inmune.


El sistema del complemento es el nombre que recibe parte de los componentes que forman la denominada respuesta inmunitaria defensiva ante un agente hostil. El sistema no tiene estructuras propias en sí, sino que se conforma por un conjunto de moléculas plasmáticas implicadas en las de nominadas cascadas bioquímicas. La función de las cascadas bioquímicas son el potenciar la respuesta inflamatoria y con ello facilitar el proceso de fagocitosis de las células extrañas, paralizar patógenos y realizar la lisis de células (proceso mediante el cual las lisinas rompen o dañan la membrana celular de una célula o bacteria). Gran parte de estas células se encuentra en el suero sanguíneo como inmunoglobulina.


En el hígado también se produce la proteína C reactiva. La proteína C reactiva tiene como función aumentar los niveles de respuesta a la inflamación. La proteína C se une a las células moribundas o muertas y algunos tipos de bacterias, para activar el sistema del complemento y sean eliminadas. En pocas palabras, digamos que es el supervisor de calidad de las células del cuerpo y células extrañas, y cuando detecta alguna anomalía marca a la célula para que los sistemas de destrucción celular se activen y esa célula sea eliminada del organismo.


Es difícil pensar en el hígado como parte de nuestro sistema inmunológico y desintoxicación, pero es un órgano clave para realizar estas funciones que son vitales para los organismos.

 

Autores

 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).