Alimentación Colombia , Antioquia, Lunes, 21 de junio de 2010 a las 13:53

El estudio de polen y esporas permite reconstruir ecosistemas pasados

El Laboratorio de Paleoecolog铆a de la Universidad Nacional en Medell铆n realiza an谩lisis palinol贸gicos de materiales que contienen polen f贸sil

UN/DICYT Una colección estimada en 900 tipos de polen y esporas, hace parte de la Palinoteca del Laboratorio de Paleoecología de la Universidad Nacional (UN) en Medellín. Esta es una herramienta usada fundamentalmente en procesos de la reconstrucción del medioambiente, clima y vegetación de otras épocas, según lo señaló César Augusto Velásquez Ruiz, director del Laboratorio de Paleoecología, al explicar que gracias al análisis palinológico de materiales que contienen polen fósil; el Laboratorio investiga la dinámica del clima y la vegetación en algunos sectores del país en los pasados 20.000 años.


Agregó que con mucha precisión se pueden detectar periodos muy secos o muy húmedos o de altas y bajas temperaturas, así como la posible periodicidad de dichos cambios. Uno de los objetivos principales del laboratorio de Paleoecología es “identificar qué tipos de vegetación existieron en un sitio y bajo qué circunstancias ambientales probablemente crecieron. Debido a que las plantas viven en condiciones climáticas particulares y producen tipos de polen o esporas características; es posible establecer, con base en microfósiles polínicos, el comportamiento del clima a través de tiempo”.


Una de las regiones más analizadas de Antioquia, usando polen y esporas, por los profesionales del grupo de investigación relacionados con el Laboratorio, es el páramo de Frontino. “Es un sitio de mucho interés por su sensibilidad al cambio climático. Algunos eventos que se creía, habían ocurrido solo en el Hemisferio Norte, han sido detectados claramente en este páramo”, explicó Velásquez Ruiz. Los estudios que actualmente llevamos a cabo en la zona, la convertirán en una de las áreas mejor estudiadas del país y del mundo, desde el punto de vista paleoecológico.


De acuerdo con el Director del Laboratorio, “la colección cuenta con un poco más de 900 especies de polen pertenecientes a 143 familias, al igual que un grupo pequeño de esporas de helechos, musgos y hongos. Además, contiene material fosilizado proveniente de sedimentos, mieles de abejas, hallazgos en utensilios arqueológicos y carbones”.


Según Ivonne Castañeda Riascos, quien trabaja en el Laboratorio, la labor que allí se realiza es de gran importancia para la comunidad científica y académica, porque permite conocer no solo el pasado y el presente, sino que también nos acerca un poco al futuro. Conocer eventos drásticos de carácter periódico podría ser muy útil para el manejo de los ecosistemas”.


Aporte a la comunidad académica


Gracias al estudio de polen y esporas se puede comprender la dinámica del clima y la vegetación y su relación con otros organismos vivos, incluyendo el hombre. Adicionalmente, la colección de polen y esporas representa un material de referencia para diversos profesionales como botánicos, geólogos, biólogos, ingenieros agrónomos, forestales y arqueólogos, entre otros.


El conocimiento brindado por estas herramientas, de que ecosistemas frágiles como los páramos y el bosque andino han sufrido cambios intensos en los últimos milenios, al igual que otras comunidades, obliga a que los cuidemos. “Grandes recursos como el agua, bosques, suelos y su gran biodiversidad exigen que prácticas como la minería, agricultura y ganadería intensiva, sean abandonadas en nuestras altas montañas”. Si esto se entiende, tendremos mas posibilidades de sufrir menos en los próximos siglos o quizá décadas”, afirmó Castañeda.