"El DNI electrónico permitirá verificar la identidad de los usuarios que acceden a las redes sociales"
Elena Rodríguez Montes/DICYT ¿Estamos atrapados en las redes sociales? Bajo este título, dos reconocidos expertos en web 2.0, nuevas tecnologías, periodismo e internet debatieron hoy en Burgos sobre el protagonismo adquirido por las redes sociales en la actualidad y cómo han afectado las comunidades en línea, todo un hito tecnológico, al día a día de millones de usuarios. En el debate participaron Ícaro Moyano, director de comunicación de la red social Tuenti, que cuenta con 9 millones de usuarios, y José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra, conferenciante y autor del reconocido blog eCuaderno. El encuentro se enmarca en las actividades previas del I Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales, iRedes (Burgos, febrero 2011) y por el área de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Burgos.
José Luis Orihuela se dedica a investigar y enseñar acerca del impacto de las innovaciones tecnológicas en los medios y en los modos de comunicación. Alterna su docencia en Pamplona con sus clases como profesor invitado en el Máster en Creación y Comunicación Digital (Universidade da Coruña) y en el Executive MBA en Empresas de Moda (ISEM, Madrid). Es autor de La revolución de los blogs y coautor de Blogs. La conversación en Internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos. Su blog eCuaderno es un lugar de referencia para todo estudioso en sitios digitales, donde comparte a diario pistas, noticias y enlaces sobre los medios y la red. Su cuenta en twitter @jlori es seguida por más de 100.000 personas.
Pregunta: ¿Estamos atrapados en las redes sociales?
Respuesta: Es una pregunta con la intención de provocar el debate y la reflexión porque los que intervenimos somos preactivos en redes sociales; yo me dedico a la investigación y formación en redes sociales. Debemos desdramatizar nuestra relación con unas tecnologías que ya forman parte de nuestra experiencia cotidiana, de la misma manera que no decimos que estemos atrapados por la electricidad o los automóviles, y eso está gradualmente ocurriendo con las redes sociales.
P: ¿Estamos preparados para su impacto?
R: Por definición nunca estamos preparados para las tecnologías disrruptivas. En la historia de la comunicación, desde la imprenta, ha habido una serie de tecnologías (teléfono, radio, Internet, cultura móvil) para las que hemos tenido que alfabetizarnos. Ahora lo que tenemos de modo evidente es una brecha generacional entre los que nacieron, se cultivaron y alfabetizaron con las tecnologías analógicas y los llamados genéricamente 'nativos digitales', que han nacido en una cultura en la que información se ha consumido y generado de forma fragmentaria y no lineal. Está claro que tenemos una fractura o brecha cultural entre generaciones.
P: Por tanto, la actitud de esas generaciones ante las redes será radicalmente distinta.
R: Una de las diferencias entre las generaciones es el enfoque o la actitud, no necesariamente la destreza. Yo insisto en que la fecha de nacimiento de una persona no le confiere automáticamente alfabetización en ninguna tecnología. Tenemos que aprender a leer y a escribir, antes con libros y textos y ahora de manera digital con enlaces de hipertexto. Sí es cierto que los nativos digitales tienen una actitud totalmente diferente a la de los mayores: no hay esa resistencia cultural, a veces con el discurso apocalíptico de los adultos porque para ellos es algo que ni siquiera es tecnología, es simplemente comunicación.
P: ¿La educación que reciben niños y adolescentes sobre las redes sociales es suficiente?
R: Los niños pequeños después de cierto adiestramento pueden salir a la calle, cruzarla, ir a comprar el pan y regresar a casa, pero antes han necesitado un entrenamiento que genéricamente podemos llamar de educación vial. Yo creo que para Internet hace falta esto también: una educación vial para enseñar a los usuarios jóvenes medidas preventivas elementales para funcionar en el espacio virtual. De la misma manera que para funcionar por una ciudad sin que nos atropelle un coche o un tranvía hay que aprender una serie de códigos (semáforos, pasos de cebra), debemos aprender esas normas básicas de educación vial para movernos por Internet.
P: ¿Los mecanismos de control de las redes sociales son suficientes?
R: La regulación siempre va por detrás de la innovación tecnológica. Primero hemos de experimentar y entender qué es lo que significa la tecnología que tenemos entre manos antes de poder empezar a cuadricularla en marcos legales. Me estoy refiriendo a otra característica histórica de las disrupciones. Siempre la legislación y la formación llegan por detrás de la innovación cultural y como exigencia una vez que la sociedad se ha apropiado de una tecnología.
P: Entonces, ¿los gestores de las redes sociales son capaces de controlar cuestiones como si los usuarios cumplen la edad mínima de acceso?
R: Las redes sociales en sentido estricto como Facebook y Tuenti donde los usuarios comparten datos personales, fotografías, etc. tienen edades mínimas para aceptar nuevos ususarios. Lo que todavía no acaba de perfilarse es el modo en el que los gestores de las redes sociales pueden verificar la identidad de los nuevos usuarios. Creo que cuando se generalice la implementación del DNI electrónico tendremos un mecanismo igual de válido que el que tenemos en el mundo físico para verificar nuestra identidad a través de un documento. En el caso de Facebook y Tuenti la edad media son 14 y 13 años, respectivamente; el problema es cuando usuarios menores simulan una edad que no tienen. Me consta que estas redes sociales hacen un esfuerzo periódico para filtrar este tipo de actitudes pero insisto, hasta que no haya un sistema de identificación electrónico es un trabajo bastante complicado.
P: Cuáles diría que son los pilares de una actitud responsable como usuario de las redes sociales.
R: Existen al menos un par de medidas preventivas básicas, además de la formación, de la analogía con la educación vial de la que hablaba antes. En primer lugar, debemos ser un poco más estrictos con quiénes aceptamos como amigos en el marco de las redes sociales. El concepto de amistad en una red social a diferencia de lo que ocurre en el mundo físico, es básicamente un acuerdo para intercambiar información entre usuarios. Cuando esa información es de nuestra vida personal, incluso de nuestros aspectos más íntimos, definir aquellas personas que van a tener acceso a esa información es bastante importante. Y en segundo lugar, debemos configurar los niveles de privacidad de la información que hacemos pública: quiénes pueden ver qué cosas de las que publicamos en una red social.