Ciencia España , Valladolid, Jueves, 18 de septiembre de 2008 a las 17:05

El Centro Regional de Farmacovigilancia recibi贸 el a帽o pasado 395 notificaciones de problemas con medicamentos

El Consejo de Gobierno de la Junta aprob贸 hoy apoyar su labor con 114.800 euros de subvenci贸n

YG/DICYT El Gobierno regional ha aprobado hoy conceder una subvención de 114.800 euros al Centro Regional de Farmacovigilancia, que tiene como principal función identificar, cuantificar y evaluar los riesgos o sospechas de reacciones adversas que puedan provocar los medicamentos, una vez han sido comercializados y utilizados por los pacientes. Este centro, ubicado en el Instituto de Farmacoepidemiología de la Universidad de Valladolid, es de referencia en Castilla y León, por lo cual la Consejería de Sanidad colabora todos los años para llevar a cabo las actividades propias del Sistema Español de Farmacovigilancia.

 

La principal función que tienen estos centros es desarrollar y gestionar el programa de notificación de posibles sospechas de reacciones adversas de los medicamentos que le sean notificadas por los profesionales sanitarios y la industria farmacéutica, así como las procedentes de bibliografía científica y de estudios postautorización.

 

Según los datos aportados por la Junta de Castilla y León, el Centro Regional de Farmacovigilancia de Castilla y León recogió durante el año pasado un total de 395 notificaciones de problemas asociados a productos medicamentosos. El centro tiene además como cometido impulsar la consulta terapéutica, mediante la cual los profesionales sanitarios obtengan información puntual sobre medicamentos, así como asesorar a la Consejería de Sanidad y a los profesionales sanitarios sobre reacciones adversas a medicamentos, emitiendo los informes que al respecto le sean solicitados.

 

Investigaciones

 

En el seno de este centro también se desarrollan investigaciones en torno a las reacciones adversas a medicamentos. Así, el Instituto de Farmacoepidemiología de la Universidad de Valladolid participa en un proyecto europeo denominado Eudragene cuyo objetivo es identificar las variantes genéticas que influyen en la susceptibilidad individual a desarrollar ciertas Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM) graves. El proyecto, del que forman parte centros de Francia, Italia, Suecia, Reino Unido, Austria, Bélgica Alemania, Irlanda y Holanda, se inició en 2003 y hasta el momento ha logrado recoger muestras sanguíneas de unos 300 pacientes de toda Europa que habían desarrollado alguna de las seis reacciones incluidas en el proyecto. El objetivo último es crear un biobanco para estudiar si determinadas variantes genéticas están detrás de cada una de estas reacciones.


El proyecto se inició de forma piloto analizando miopatías desencadenadas en pacientes que habían ingerido estatinas y posteriormente se amplió a otras cinco reacciones adversas: la tendinitis o rotura de tendón provocada por fluoroquinolonas (antibiótico), el daño hepático por antinflamatorios no esteroideos (AINE), la psicosis aguda causada por la toma de mefloquina (fármaco para la malaria), el Torsade de Pointes (un tipo de alteración cardiaca) asociada con el síndrome de alargamiento del segmento QT, y la agranulocitosis.

Por el momento es España el país que más muestras ha aportado al proyecto, en concreto 124, de las cuales, la mayor parte proceden de pacientes con miopatías y daño hepático. Una vez se localiza que un paciente ha tenido una de estas seis reacciones adversas a través de una base de datos y que ha dado su consentimiento para participar en el estudio, su muestra de sangre se envía a un laboratorio de Holanda. Es allí donde se hace el genotipado y la información genética se almacena en una base de datos accesible sólo para investigadores y en la que anonimiza al paciente.