Environment Mexico , México, Friday, September 27 of 2013, 12:28

El cambio climático "golpeará" más a personas con baja capacidad de adaptación

Se estima que el incremento de temperatura puede cambiar la distribución de la malaria y el dengue

 

AGENCIA ID/DICYT Se estima que en los próximos años el cambio climático tendrá consecuencias importantes en la salud de la población mundial, es probable que los recursos hídricos disminuyan entre 10 y 30 por ciento y los ecosistemas podrían perder de 20 a 30 por ciento de las especies en peligro de extinción y reducir su biodiversidad.


Asimismo, se prevé la aparición de fuertes ondas de calor; incluso, esta situación ya se está viviendo en México, principalmente en los estados del norte y algunos del sur, informa la doctora Ana Rosa Moreno Sánchez, profesora del departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


“Sin embargo, las ciudades, como el Distrito Federal, no se salvan de este problema, ya que ahí ocurre el fenómeno ‘isla de calor’; es decir, hay incremento importante en la temperatura promovido por la construcción urbana, ya que capta la energía térmica”, explica la investigadora, quien se desempeña como consultora de las organizaciones de las Naciones Unidas y la Mundial de la Salud.


Desde hace varios años, equipos de investigación de todo el mundo observaron que el clima está cambiando y la Tierra incrementando su temperatura a un ritmo acelerado. En consecuencia, se han presentado deshielos en las zonas polares, tormentas e inundaciones de grandes dimensiones, incremento en la actividad volcánica, incendios forestales y hambrunas ocasionadas por prolongadas sequías.


De acuerdo con estudios efectuados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “las modificaciones en la temperatura tendrán mayor efecto en personas con baja capacidad de adaptación”, refiere la doctora Moreno Sánchez, bióloga egresada de la UNAM y especializada en Ecología Humana y Salud por la Universidad de Texas, Estados Unidos.

Consecuencias en la salud

Se considera que el aumento de temperatura y las lluvias permiten (o lo harán en un futuro) la transmisión de enfermedades transmitidas por vectores (por insectos o animales), en especial en aquellas regiones con sistemas de salud deficientes.


“Un estudio efectuado en Colombia indica que el cambio climático ha ocasionado que el fenómeno del Niño se presente de una manera distinta a la cotidiana. Por ejemplo, se ha observado aumento en los casos de paludismo, enfermedades transmitidas por mosquitos que se desarrollan en los cuerpos de agua que dejan las lluvias”, explica la ecóloga.


Y agrega que se considera probable que la malaria y el dengue cambien su distribución precisamente por el incremento de la temperatura; o bien, pudieran aparecer otro tipo de enfermedades de acuerdo con los cambios ambientales que están sucediendo.


¿Qué pasa con el agua? Hay que tomar en cuenta que la calidad de la misma se encuentra en función de las características físicas, químicas y biológicas. La que se define como potable debe cumplir con ciertas normas internacionales, por lo que cualquier alteración puede dañar la salud de quien la ingiere.


Las manifestaciones del cambio en el clima dan lugar a modificaciones en la cantidad y la calidad del agua superficial. Por otra parte, las áreas más pobres de las ciudades y la mayoría de las zonas rurales con frecuencia no tienen abastecimiento ni saneamiento.


“En cuanto a la productividad agrícola, es probable que se presenten decrementos. En consecuencia, disminuirá la disponibilidad de alimentos en ciertas zonas, lo que podría incrementar o suscitar hambruna y desnutrición”, acota la especialista.


Además, aclara que los impactos variarán de una localidad a otra. Por ello, “es importante trabajar en los ámbitos regional y local en torno a lo que se puede esperar y lo que seguirá cambiando a lo largo del tiempo, a medida que la temperatura aumente”.


Asimismo, destaca la importancia de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica, robustecer la infraestructura de salud pública, vigorizar los recursos humanos y financieros para ese sector, y contar con más programas de formación.