El agua de los depósitos centrales de la ciudad maya de Tikal no se podía beber
DICYT - Los depósitos de agua en el corazón de una antigua ciudad maya estaban tan contaminados con mercurio y algas que probablemente no se podía beber de ellos. Así lo sugieren investigadores de la Universidad de Cincinnati, quienes encontraron niveles tóxicos de contaminación en dos depósitos centrales de Tikal, que data del siglo III a. C. en lo que ahora es el norte de Guatemala. Los hallazgos apuntan a que las sequías en el siglo IX contribuyeron a la despoblación y al eventual abandono de la ciudad.
"Que las reservas centrales de agua de Tikal pasaran de sostener la vida en la ciudad a inducir enfermedades habría ayudado práctica y simbólicamente a provocar el abandono de esta magnífica ciudad", concluye el estudio.
Un análisis geoquímico encontró que los dos depósitos más cercanos al palacio y al templo de la ciudad contenían niveles tóxicos de mercurio. Los investigadores de la universidad norteamericana, en colaboración con otros centros como el Museo Miraflores de la ciudad de Guatemala, siguieron el rastro del mercurio hasta un pigmento rojo brillante, el cinabrio, que los mayas usaron para adornar edificios, objetos de barro y otros bienes. Estaba compuesto de sulfuro de mercurio que los mayas extraía de un paraje volcánico cercano conocido como Formación Todos Santos.
Durante las tormentas, el mercurio presente en ese pigmento se filtraba a los depósitos de agua, donde se acumuló a lo largo de los años. "Pudimos encontrar una huella mineral que mostraba que el mercurio en el agua se originó a partir del cinabrio", asegura Kenneth Tankersley, coautor del estudio.
Pero los antiguos habitantes de esta ciudad, conocidos por sus imponentes templos de piedra y su arquitectura, tenían abundante agua potable en otros depósitos cercanos que permanecían sin contaminar, según hallaron los investigadores. El estudio, en el que han participado antropólogos, geógrafos, botánicos, biólogos y químicos, se ha publicado en la revista ‘Scientific Reports’.
Grandes floraciones de cianobacterias
El equipo examinó capas de sedimentos de 10 depósitos de agua que datan del siglo IX, cuando Tikal era una ciudad floreciente. El sedimento de los depósitos más cercanos al templo y palacio central de la ciudad mostró evidencia de algas tóxicas llamadas cianobacterias. El consumo de esta agua, particularmente durante las sequías, habría enfermado a las personas incluso si el agua fue hervida, señala David Lentz, autor principal.
Los investigadores consideran que es posible, pero poco probable, que los mayas usaran estos depósitos para beber, cocinar o regar, ya que con esas grandes floraciones de algas el agua tendría un sabor desagradable.
En cambio, los investigadores no encontraron evidencia de los mismos contaminantes en los sedimentos de los depósitos más distantes, llamados Perdido y Corriental, que probablemente proporcionaron agua potable a los residentes de la ciudad durante el siglo IX.
Hoy, Tikal es un parque nacional y un sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO. Los investigadores creen que una combinación de factores económicos, políticos y sociales llevó a los mayas a abandonar la ciudad y sus granjas adyacentes. Pero el clima, sin duda, también jugó un papel, dijo Lentz. "Tienen una estación seca prolongada. Durante parte del año, llueve. El resto del año, es realmente seco y casi no llueve. Así que tuvieron problemas para encontrar agua", añade.