Descubren una microalga que aumenta la supervivencia de juveniles del caracol rosado
AGENCIA ID/DICYT En el caribe mexicano, principalmente en Cozumel y Banco Chinchorro, en Quintana Roo, habitan varias especies de caracoles. Históricamente la más abundante ha sido el Strombus gigas, comúnmente llamado caracol rosado. Durante años este tipo ha tenido gran demanda pesquera por sus conchas y carne, debido a esto en la actualidad este molusco está amenazado y se mantiene en veda hasta el año 2018.
Con el fin de ayudar a su recuperación, la doctora Anastazia Teresa Banaszak, investigadora de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales en Puerto Morelos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estudia desde el año 2009 la especie. Descubrió que una microalga es capaz de aumentar la tasa de sobrevivencia de las larvas del caracol rosado en cultivo. Esto representa una alternativa para su producción y conservación.
La doctora Banaszak, detalló que ya se conocía la existencia de una microalga en el estómago del caracol rosado. “Con ese antecedente, queríamos descubrir cuándo exactamente se hace la simbiosis, que es la unión de organismos que benefician el desarrollo vital, y con ello determinar si influye en la sobrevivencia y el crecimiento del caracol”.
La microalga mide aproximadamente 10 micras y se sabe que cuando se aloja en un organismo, hace fotosíntesis y muta genéticamente los productos al hospedero, aportando una significativa cantidad de alimento.
Es importante señalar que el caracol tiene un ciclo de vida complejo. La hembra deposita una masa de huevos donde se desarrollan los embriones y nacen como larvas a los cinco días. En ese momento el caracol entra en fase planctónica y nada en el mar.
“Nuestra investigación consistió en tomar muestras de la microalga de caracoles adultos y la suministramos a larvas de diferentes edades. Encontramos que a las 48 horas es el mejor momento para aplicarla, ya que en este tiempo es cuando puede establecer la simbiosis. Con esto, logramos hasta 90 por ciento de sobrevivencia, a diferencia de un desarrollo sin microalgas, que es de menos del uno por ciento”, precisó la doctora en biología acuática.
Actualmente la investigación se encuentra en proceso de obtención de la patente tras ser premiada dentro del Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI- 2014- 2015), el cual fomenta la cultura de la propiedad industrial en la máxima casa de estudios.
El objetivo de la experta es perfeccionar la técnica de cultivo, ejecutarla a gran escala, a bajo costo y con alta eficacia, para que una cooperativa de pescadores o una empresa se beneficien con su producción y venta y así, sea posible conservar la especie.
“Lo más importante es que estamos trabajando para preservar la especie y encontrar una alternativa más eficiente para el cultivo del caracol rosado como fuente de ingreso”, finalizó la doctora Anastazia Teresa Banaszak.