Alimentación México , México, Miércoles, 17 de septiembre de 2014 a las 08:38

Descubren un nuevo tipo de caminatas aleatorias en los monos capuchinos

on un modelo matemático propio, Denis Boyer, del IF de la UNAM, analiza si un grupo de primates en libertad se mueve o no al azar

UNAM/DICYT Los monos capuchinos, que viven en selvas y bosques de varios países de América del Sur, en su hábitat natural realizan movimientos muy variados, más de la mitad destinados a buscar alimento y, el resto, a viajar y descansar.

 

Interesado en la “ecología del movimiento”, Denis Boyer, del Instituto de Física (IF) de la UNAM, desarrolló con su alumna de doctorado Citlali Solís Salas, un modelo matemático propio para estudiar el movimiento animal, en este caso de un grupo de monos capuchinos libres en la isla de Barro Colorado, Panamá, para indagar si se mueven al azar o siguen algún patrón.

 

Con datos de campo que le compartió la primatóloga Meg Crofoot, de la Universidad de California en Davis, Boyer y Solís realizaron un trabajo de abstracción que les permitió seleccionar algunas variables, elegir las más relevantes y reducir las caminatas a ecuaciones matemáticas.

 

Azar o memoria

 

La pregunta inicial de los investigadores fue si los monos capuchinos se mueven o no al azar. “En física existe una gran tradición en procesos markovianos (llamados así por el matemático ruso Andréi Markov), que son aleatorios, azarosos y carentes de memoria. En estos eventos, la probabilidad de que ocurra un suceso no depende de acontecimientos anteriores”, explicó el doctor en física.

 

Aunque las caminatas de los primates en general eran lentas y no muy lejanas de un territorio común, el modelo reveló que, analizados a largo plazo, los movimientos son no-markovianos, pues no son independientes entre sí y están correlacionados con el tiempo.

 

“Encontramos que los monos utilizan la memoria y el aprendizaje para moverse a sitios conocidos que no están en su rango de percepción inmediata. Ello no depende de la movilidad inmediatamente anterior, sino de hechos guardados en su memoria por mucho tiempo, que rescatan y utilizan para desplazarse y buscar alimento”, detalló.

 

Memoria y auto organización

 

Los resultados de este trabajo, publicados recientemente en la revista Physical Review Letters, ubicaron una tasa de 0.4 por ciento de uso de memoria en un minuto de tiempo.

 

“Aunque parece poco, tiene importancia, pues después de cuatro a seis meses determina patrones espaciales de ocupación”, comentó.

 

Los resultados del trabajo de Boyer “proporcionan evidencia adicional de que la memoria es un factor clave para la organización de los territorios o hábitos hogareños de los animales”. Aunque el instinto los guía para cubrir sus necesidades básicas, la memoria también influye al realizar sus actividades cotidianas.

 

Actualmente, el universitario trabaja en un nuevo modelo matemático en el que considera el decaimiento de la memoria. “Entonces pueden emerger vuelos de Lévy, donde los movimientos cortos de la población de monos capuchinos se mezclan con otros largos (que se dan con menor frecuencia).